Las calas en Cádiz son algo así como el chocolate que descubres al final del cucurucho de un helado. Y es que el litoral gaditano esconde rincones que despiertan los sentidos y alegran, por lo inesperado, el ánimo. Unas vistas de ensueño, el tacto de la arena fina, el aroma y sabor inconfundible a salitre y, cómo no, el rumor de las olas como banda sonora. Esta estampa, que parece onírica, se extiende por toda la costa, salpicando la misma de pequeñas playas de lo más evocador.
La Costa de la Luz está formada por un paisaje heterogéneo donde la naturaleza llega, por momentos, hasta el mar. Los paisajes del litoral, con sus kilómetros de arenas blancas y doradas, sus aguas cristalinas y el eco de sus gentes, no dejan indiferente a nadie. Aunque son muchas las playas gaditanas que invitan al relax, son las calas las que proporcionan auténticos rincones de cuento en los que, quien más y quien menos, soñaría con perderse.
Las mejores calas de Cádiz
Las calas de Conil, las de la bahía de Cádiz, las de Barbate o Tarifa, hay muchas entre las que elegir. La provincia de Cádiz tiene más de 260 kilómetros de costa de los cuales alrededor de 140 ofrecen a residentes y visitantes ensenadas, arenales y calas en forma de playas para todos los gustos. Las hay con mucha historia, como la playa de Trafalgar que fue testigo silencioso de la mítica batalla; aunque también algunas de cine, como La Caleta por la que Pierce Brosnan paseaba en una de las míticas entregas de la saga 007.
Pero, incluso sin un pasado tan glamuroso, son muchas las calas gaditanas que pueden presumir de estar consideradas entre las mejores de la provincia. ¿Qué tal una estampa de playas invadida por colores en Tarifa? ¿O tal vez prefieras los escenarios ideales para la práctica de deportes acuáticos que brindan Los Lances, Bolonia o Valdevaqueros? Hay más de ochenta playas y otras tantas calas para elegir.
Calas de Roche
Puestos a empezar a recorrer las mejores calas de Cádiz, el litoral que describen los acantilados que unen la costa de Chiclana y Conil es un punto de partida de lo más recomendable. Al norte de este último se encuentran las llamadas calas de Roche, una sucesión de pequeñas ensenadas de gran belleza, rodeadas de naturaleza y rocas. Aunque durante los fines de semana de buen tiempo y en la época estival tienden a estar masificadas, lo cierto es que esta condición no resta atractivo alguno a la riqueza que ofrece el paisaje.
Una red de senderos peatonales describe la ruta hacia estas calas de Conil, apenas perceptibles desde la carretera que bordea la costa. Esa discreción es parte de su encanto, lo mismo que su naturaleza efímera que las revela o esconde casi por completo en función de las mareas. Ni chiringuitos, ni aseos, ni servicios, las calas de Roche mantienen el atractivo de su esencia virgen, ideal para pasar una jornada (o varias) en contacto con la naturaleza.
Cala Encendida, Cala Áspero, Cala Tío Juan Medina, Cala Pato, Cala Medina y Cala Frailecillo son la media docena de escenarios que componen esta atractiva zona del litoral gaditano. De entre todas ellas, la primera, cala Encendida, es quizás la que cuenta con un acceso más fácil, además de ser la más grande y, en consecuencia, también una de las más concurridas. No obstante, todas cuentan con accesos por escaleras para salvar los desniveles de los acantilados. Además, en muchas de ellas es habitual la práctica del nudismo.
Cala Encendida (Conil)
Una de las calas conileñas que forman parte de las calas de Roche es la cala Encendida. Este curioso nombre lo recibe debido a la tonalidad anaranjada de los acantilados que la custodian. Es, quizás, la cala que ofrece el mejor acceso para el visitante. Tiene dos escaleras, una en cada extremo de la playa, así que además de la toalla puedes cargar sin problema con sombrilla y hamacas.
Está situada en la urbanización de Roche por lo que podrás aparcar directamente en alguna de las calles cercanas. Al estar en una zona donde hay casas, chalets e, incluso, un hotel suele estar más frecuentada que las otras calas de Roche. Sin embargo, si quieres gozar de intimidad sólo hay que madrugar un poco porque antes de las 10 de la mañana, aún en agosto, no hay más de cuatro o cinco personas.
Una ventaja añadida a su ubicación en esta zona urbanizada es que podrás comer de maravilla en el restaurante El Timón de Roche, que está muy cerca y es uno de los más renombrados de Conil.
Cala del Aceite
Sin abandonar aún Conil, encontramos otra propuesta interesante: cala del Aceite. Se trata de la mayor de las calas de este municipio, además de ser una de las más populares. Ubicada junto al puerto pesquero de la localidad, su orientación al sur y la protección que le brindan los acantilados, la convierten en el escenario perfecto para ir con niños o practicar deportes acuáticos como el buceo. Cuenta con una zona amplia de aparcamiento y un chiringuito durante los meses de verano.
Cala de los Alemanes
La ruta de las mejores calas en Cádiz nos lleva hasta Zahara de los Atunes, una entidad local autónoma perteneciente al municipio de Barbate. Pese a que tiene menos de dos mil habitantes, es uno de los destinos de moda en los últimos tiempos y sus playas tienen mucho que decir al respecto. Arenas finas y doradas, aguas cristalinas y calmadas cuando no sopla viento de levante… Lo tiene todo para convertirse en un lugar ideal de vacaciones, incluida la cala de los Alemanes.
Unas escaleras conducen al visitante hasta este escenario paradisíaco en el que las puestas de sol parecen sacadas de una postal. Pero sus curiosidades no terminan ahí. Las teorías al respecto de su nombre son de lo más interesante: hay quienes aseguran que debe el título al submarino alemán que, durante la II Guerra Mundial, custodiaba el estrecho de Gibraltar y se acercaba a la costa. Aunque también los hay que opinan que muchos alemanes encontraron en este lugar el refugio perfecto tras la contienda, y que de ahí deriva su nombre.
Cala de Arroyo Cañuelo (Tarifa)
La cala de Arroyo Cañuelo, también conocida como cala de los Poetas, se encuentra a unos kilómetros de Zahara de los Atunes –aunque también pertenece a Tarifa–, y es una de las que tiene más encanto en la zona. Al estar alejada del núcleo de población ofrece una intimidad que ninguna otra proporciona. Esta playa con forma de media luna tiene una arena dorada muy clarita que contrasta con el azul del Atlántico. Aunque no está catalogada como nudista, se puede practicar el nudismo sin problema.
En esta cala de 800 metros no hay servicios de playa ni chiringuitos ya que forma parte del Parque Natural del Estrecho y no están permitidas las construcciones. Lo mejor es que lleves todo lo que puedas necesitar y te dispongas a disfrutar de este tramo virgen de costa durante el día completo.
La mejor forma de acceder es desde el faro de Camarinal, pero si vas en coche debes dejarlo antes en el aparcamiento de la playa de los Alemanes. Es sólo un kilómetro de recorrido, así que disfruta de la flora y de las vistas hasta tu llegada.
Playa Chica Tarifa
La capital europea del viento también puede presumir de contar con una de las mejores calas de Cádiz. Playa Chica, en Tarifa, tiene apenas medio kilómetro de longitud, más que suficiente, para hacerse un hueco entre las mejores calas gaditanas. Ubicada entre el puerto de la localidad y la isla de Tarifa, es una de las más populares de la costa gaditana.
Sus aguas cristalinas la convierten en el escenario perfecto para los amantes del buceo o el esnórquel pero, sin duda, el kitesurf es una de las actividades más practicadas (aunque no está permitida durante la temporada veraniega). En cualquier caso, el mejor momento para disfrutar de un baño en playa Chica es cuando sopla viento de poniente ya que, si lo hace de levante, puede resultar complicado.
Cala Arena
El encanto de las calas en Cádiz va más allá de la estampa de arenas finas y largas jornadas al sol. De hecho, cala Arena es un buen ejemplo de ello. Este rincón del litoral gaditano formado por tres calas similares de roca y grava, está a unos diez kilómetros de Algeciras, envuelta en vegetación.
Su complicado acceso es a su vez uno de sus principales atractivos. No obstante, completar la jornada de senderismo previa a la llegada al lugar merece la pena y es que, cala Arena es uno de esos escenarios que destilan serenidad. ¿Te apuntas?
Calita de la Bocana del Río (Puerto Real)
Esta cala semiurbana, situada en el entorno del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, pertenece a la población Ciudad Real. Es de arena dorada, y tiene una extensión de unos 355 metros de largo por unos 40 de ancho. Es un lugar muy agradable bordeado por pinos costeros y que no suele estar tan frecuentado como otros en esta franja del litoral. Si vas entre semana, es fácil que puedas desconectar o leer un rato un rato sin el ruido de otros bañistas.
Debes tener cuidado si viajas con niños porque esta zona de la entrada del río San Pedro tiene unas corrientes fuertes que les pueden pillar desprevenidos.