Declarado Bien de Interés Cultural, el castillo de Santa Catalina es la construcción militar más antigua de Cádiz. Desde el mismo se divisa en todo su esplendor la playa de la Caleta de Santa Catalina, más conocida como ‘la Caleta’, y tiene magníficas vistas al océano Atlántico. Así que bien merece una visita en una escapada de turismo a Cádiz, porque descubrirás una edificación muy singular y un interesante fragmento de la historia gaditana.

Para comenzar, diremos que la construcción de esta fortaleza comenzó en 1598, dos años después de que las tropas angloholandesas, al mando del conde de Essex y el almirante Howard, tomaran y saquearan la capital gaditana.

Y, efectivamente, la fecha de inicio de las obras (1598) se recuerda en la puerta de entrada al castillo de Santa Catalina, si bien la obra no se dio por finalizada hasta 1621, ya en el reinado de Felipe III.

  1. Un castillo con forma de estrella
  2. El castillo de Santa Catalina, una prisión
  3. El castillo, junto a la playa de la Caleta
  4. Una curiosidad del siglo XXI

Un castillo con forma de estrella

El castillo de Santa Catalina tiene una forma similar a la de una estrella de tres puntas, en la zona que da al mar. La que da a tierra cuenta con dos semibaluartes y un foso, con un puente permanente y otro levadizo, por lo que el conjunto tiene forma pentagonal.

Después, en 1693, Carlos II mandó construir en el interior del castillo una capilla, que fue dedicada a Santa Catalina de Alejandría y a la Purísima Concepción. Contaba con algunas piezas de notable interés, que mucho después fueron trasladadas al Gobierno Militar de Cádiz y a la capilla Castrense, situada en la plaza de Fragela. Hoy podrás contemplar aún la talla de la virgen del Buen Camino, también conocida como la virgen del Buen Viaje. Y si te fijas, verás que al Niño Jesús le faltan los dos pies. La leyenda cuenta que la culpa fue de un marinero que quiso llevarse la efigie para que le protegiera en sus viajes, pero como no pudo lograrlo, decidió llevarse al menos un fragmento de la misma.

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Castillo de Santa Catalina

Durante tu visita al castillo de Santa Catalina, podrás detenerte y fotografiar el paisaje con espectaculares vistas al mar, junto a alguna de las garitas que caracterizan este tipo de construcciones defensivas. Al atardecer con la silueta recortada contra el cielo anaranjado la imagen es inolvidable. Para entrar, has de atravesar un foso, que hoy en día se mantiene seco, pero que, en otro tiempo, tenía un sistema de esclusas que se abría cuando era necesario. Es muy recomendable recorrer todo el perímetro del castillo para disfrutar de las distintas vistas, todas impactantes, desde las almenas.

El castillo de Santa Catalina, una prisión

Como la historia del castillo de Santa Catalina ha sido muy larga, han sido también muchas las funciones que ha tenido. Por ejemplo, en 1769, Carlos III lo destinó a prisión militar y tuvo esta función hasta 1991, año en el que el Ministerio de Defensa dejó de utilizarlo para usos castrenses. Aquí estuvieron detenidos políticos liberales e independentistas americanos y, a finales del siglo XX, algunos implicados en el golpe de Estado del 23-F. También estuvo aquí desterrado Mariano Abasolo, el caudillo de la independencia de México, que acabó muriendo en la fortaleza a causa de una tuberculosis pulmonar. En México se le recuerda como un héroe de la patria, aunque dicen que para salvar su vida delató a otros caudillos de la causa independentista.

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Castillo de Santa Catalina

Hoy, el castillo de Santa Catalina es un gran espacio que tiene fines culturales y se puede visitar todos los días del año. En sus salas de exposiciones polivalentes se suelen desarrollar muestras temporales, normalmente de Arte Contemporáneo, y actividades lúdicas y artísticas. También hay conciertos y una exposición permanente dedicada a la historia del castillo y, además, aquí se celebra el festival de cine Alcances.

El castillo, junto a la playa de la Caleta

Ubicado en uno de los extremos de la playa de la Caleta, el castillo de Santa Catalina tiene también numerosos pabellones, cuarteles y aljibes, y ha llegado hasta nuestros días sin graves alteraciones. Parte de responsabilidad tuvo la mano maestra del arquitecto del proyecto, Cristóbal de Rojas, que era ayudante de Juan de Herrera en El Escorial. Sin embargo, murió en 1614 antes de que la obra quedara terminada y su puesto lo ocupó Ignacio de Sala, quien, al parecer, no respetó el proyecto original y lo terminó “a su manera”.

 

 

Hay que recordar que, además del castillo de Santa Catalina, Cádiz tiene otras fortalezas defensivas, como el baluarte de los Mártires, el baluarte de San Felipe y el castillo de San Sebastián. Todos se construyeron par mantener Cádiz y su bahía a salvo de los ataques exteriores. También es de justicia recordar que este castillo sirvió de modelo a otras fortificaciones de América Latina. De hecho, en Santiago de Cuba, en Veracruz, en San Juan de Puerto Rico y en La Habana hay castillos similares al de Cristóbal de Rojas.

Una curiosidad del siglo XXI

¿Una curiosidad reciente? El castillo de Santa Catalina fue uno de los escenarios de la película Muere otro día, del célebre agente secreto 007, que protagonizaron Halle Berry y Pierce Brosnan en el año 2002.