La Catedral de Cádiz es la gran obra arquitectónica de carácter religioso de Cádiz. También es conocida como la Catedral Nueva, en contraposición a la Vieja, que fue edificada en el siglo XVI por orden de Alfonso X el Sabio y que desde 1838 está considerada únicamente iglesia parroquial. Así que el nuevo templo, que comenzó a construirse en el siglo XVIII, merece sobradamente una visita en una escapada de turismo por Cádiz.
La existencia de la Catedral Nueva de Cádiz se debe, sin duda, al esplendor que vivió la ciudad durante la segunda mitad del siglo XVII y todo el siglo XVIII gracias al pujante comercio de las Indias y al traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz en 1717. El desarrollo económico de Cádiz parecía no tener fin, así que el cabildo decidió construir una catedral acorde con la prosperidad de la ciudad.
Las primeras piedras de la Catedral de Cádiz se colocaron en 1722 según el proyecto del arquitecto Vicente Acero, que había llegado a Cádiz después de haber trabajado durante cinco años en la Catedral de Granada, por lo que ambos templos guardan ciertas similitudes. Sin embargo, Vicente Acero dimitió de su cargo y se hizo responsable de las obras Gaspar Cayón, primero, y después su sobrino Torcuato Cayón. Pero hubo más, entre ellos, Miguel Olivares y Manuel Machuca, antes de que en 1832 Juan Daura diera por finalizadas las obras. Y todos, a lo largo de más de 110 años de trabajo, dejaron su particular gusto y estilo arquitectónico diseminado por el templo.
Los responsables de las obras querían conseguir que las torres de la Catedral Nueva de Cádiz fuesen más altas que la Giralda de Sevilla, pero cuando llegó el momento la economía de la ciudad ya no era tan boyante y hubo que desistir.
Subida a la torre del Reloj
La Catedral de Cádiz ofrece muchas sorpresas para el visitante pero, sin duda, la torre del Reloj o torre de Levante es uno de sus grandes atractivos, porque desde aquí se divisa una impresionante vista panorámica del céntrico barrio de El Pópulo, del océano Atlántico, del Campo del Sur, del paseo marítimo y del puerto de la ciudad.
Desde el 1 de agosto de 2015, los visitantes que lo deseen pueden llegar hasta esta torre, que tiene una altura de 56 metros y es la más cercana al arco de la Rosa. El público puede subir hasta los 40 metros, punto donde se encuentra el campanario, y permanecer en este espectacular balcón un máximo de 10 minutos.
La torre del Reloj toma su nombre del reloj que diseñó el maestro José Miguel de Zugasti en el siglo XIX, y que hoy es uno de los más antiguos de España, aunque cayó en desuso a mediados del siglo XX. Recientemente ha sido restaurado, por lo que el visitante puede admirar la minuciosidad de su mecánica, aunque muchos elementos han debido de ser restaurados o repuestos, siguiendo el patrón original.
Catedral de la Santa Cruz sobre el Mar
La advocación de la Catedral Nueva de Cádiz es la de Santa Cruz, la misma que la conocida como la Catedral Vieja. Por ello, los gaditanos también llaman a la catedral nueva Santa Cruz sobre el Mar o Santa Cruz sobre las Aguas, para distinguirla de la otra.
¿Curiosidades de la Catedral de Cádiz? Entre muchas otras, aquí se encuentran las tumbas de dos gaditanos universales: el compositor Manuel de Falla y el escritor José María Pemán. En la cripta de la catedral también se encuentra el cuerpo incorrupto de una joven conocida como “la niña de la comunión” que, al parecer, murió en el templo justo el día de su primera comunión.
Otra leyenda curiosa de la Catedral de Cádiz es que alberga en su interior un fragmento (o “lignum crucis) de la verdadera cruz en la que los romanos crucificaron a Jesucristo. Pero no sólo eso, porque también registra una de las espinas de la corona de Cristo. Tanto la madera como la espina se hallan en sus correspondientes relicarios del siglo XVII.
Visita el Museo Catedralicio
En el Museo Catedralicio se encuentra la mesa en la que se firmó la primera Constitución española, la de 1812, conocida también como La Pepa, que se promulgó en Cádiz. Es una pieza de caoba sobre la que el rey Fernando VII estampó su sello en el Oratorio de San Felipe Neri, en plena invasión napoleónica. Y en los extremos de la mesa aparece el símbolo de cada uno de los evangelistas.
Desde la plaza de la Catedral se puede continuar un recorrido arquitectónico por todo el casco antiguo de Cádiz, que está plagado de sorpresas.