El viento, las dunas y un pasado enterrado bajo el fondo del mar envuelven al faro de Trafalgar de una atmósfera mágica. Sentarse a contemplar este bastión histórico, ubicado en la zona de Caños de Meca (Barbate), es toda una delicia cuando el sol comienza a ponerse.
Desde lejos, como si se tratase de un oasis en medio del desierto, se vislumbra la imponente silueta de 34 metros de altura del faro; blanca, impoluta ante la inmensidad. Se encuentra en un entorno bañado de dunas de color dorado, grandes playas y una vegetación que a veces llega hasta la arena.
Una pasarela de madera bordea la costa, cruzando los acantilados, desde donde se aprecian los diferentes tonos de azul que adquiere el mar debido a las corrientes.
Playas alrededor del faro de Trafalgar
El paseo desde el núcleo de población de Caños de Meca es de unos 2 kilómetros y se puede hacer a lo largo de la costa. El primer tramo es de arena salpicada de rocas (hay que bañarse con precaución por este motivo). En el segundo tramo se atraviesa la cala del Varadero o playa de Marisucia, una ensenada paradisíaca donde, cuando sopla el viento de levante, se terminan depositando los desechos del mar. Es frecuentada por los submarinistas que bucean en el faro, como punto de partida de sus inmersiones. Con el viento del Este se convierte en el mejor centro de kitesurf del cabo.
El camino sigue con otro tramo rocoso, donde suelen faenar los mariscadores. Cuando la marea baja, junto a la línea de la costa, se puede apreciar la enorme plataforma de arrecife que rodea el cabo. Entre las rocas hay talladas unas curiosas formaciones circulares, según los locales antiguamente se extraían de aquí las piedras de molino.
Al cruzar las calas se llega al promontorio del faro, desde donde se pueden disfrutar las vistas del tómbolo de Trafalgar y las playas situadas a derecha e izquierda. Hace siglos, esta lengua de arena era una isla. Hoy, está declarada Monumento Natural.
Desde el montículo se puede bajar a la playa del Faro de Trafalgar, una enorme ensenada virgen que parte del cabo hasta la playa de Zahora. Es de arena fina, dorada y de unos 2 kilómetros de largo. En esta zona es importante tener en cuenta la riza de Trafalgar, unas corrientes submarinas provenientes de distintas direcciones que suelen ser violentas y peligrosas en el Estrecho. Conviene apartarse de los bancos para evitar el arrastre y los rompientes. Por otro lado, al tratarse de una zona no urbanizada, hay áreas completamente solitarias para disfrutar de la tranquilidad y la puesta de sol.
Más allá se encuentra la playa de Zahora, se trata de un lugar tranquilo donde relajarse. En invierno está vacía y en verano apenas hay gente. También suelen celebrar campeonatos de skimboard (surf en las olas orilleras). Si hay buena visibilidad, desde el cabo se puede ver hasta la playa del Palmar. Una extensión de 8 kilómetros donde pasear en cualquier época del año. El acceso se realiza a través de unas pasarelas de madera con el objetivo de preservar las dunas del litoral. Además, en esta zona hay numerosos chiringuitos de playa y mercados artesanales.
Un mirador al pasado
Durante la época romana existía aquí un templo dedicado al dios Juno. Muchos submarinistas afirman haber visto restos del mismo, y de su altar de sacrificios, bajo las aguas del cabo de Trafalgar. Más adelante, en el siglo IX, los musulmanes construyeron un asentamiento cuyos restos se encuentran junto al faro.
En 1805 (hace apenas 200 años), tuvo lugar una de las batallas más conocidas y sangrientas de la Historia. Se enfrentaron los buques franceses y españoles contra la flota británica del almirante Nelson (quien se llevó la victoria en unas 6 horas, aunque falleció a causa de un disparo esa misma tarde). Durante esta batalla, 60 navíos se “cañonearon”, chocaron y algunos se sumergieron para siempre en el fondo del océano frente a la costa gaditana. Con más de 5.000 muertos y 4.000 heridos se puso punto y final al esplendor naval español.
Hoy es posible bucear y maravillarse con los restos de los navíos de la época (durante la batalla, la flota franco-española perdió 23 de sus 33 navíos). En el año 2010, aparecía en la prensa española el hallazgo del botón 79, procedente de un uniforme francés del siglo XIX, capaz de localizar la ubicación exacta de los restos del Fougueux, un navío francés que se hundió con medio millar de soldados durante la batalla de Trafalgar.
En 1860, apenas medio siglo después de la famosa contienda, se erigió el faro de Trafalgar en un lugar lleno de historia. Mucho antes de la contienda, los piratas de origen bereber ya habían asaltado la zona, y Felipe II, para poder defenderse había construido una torre de vigilancia (cuyos restos arqueológicos permanecen allí). Si bien, no fueron los primeros porque los romanos, mucho antes, ya habían establecido una factoría de salazones y viveros para peces. Quién sabe qué más esconde el cabo de Trafalgar.
Más faros famosos en Cádiz
Al tratarse de una provincia con numerosos kilómetros de costa y con una larguísima historia, el territorio gaditano está jalorado de faros, algunos tan célebres como el de San Sebastián en Cádiz; el de Cabo Roche, el de Chipiona, el de Punta Carbonera, el Camarinal; el de Bonanza, en Sanlúcar de Barrameda, y el de Punta de Tarifa. Se trata de atractivos turísticos vinculados, la mayoría, a la aventura y los piratas. Hacemos una ruta por estos grandes vigías del litoral gaditano:
Faro de San Sebastián
Este faro de 39 metros se encuentra en Cádiz capital y es el segundo más antiguo de España. Está dentro del recinto de una fortaleza militar que está catalogada como Bien de Interés Cultural, en el este mismo lugar donde ya había ya una luz en el siglo XVI. El faro actual data de 1907 y se levantó a 70 metros de distancia del faro anterior. Sin embargo, el primer día que se encendió fue el 30 de septiembre de 1913. Fue construido con acero laminado y es el único faro de estructura metálica de España.
Faro de Cabo Roche
Situado en las inmediaciones del puerto pesquero de Conil, se trata de una torre almenara de 20 metros de altura que fue levantada en el siglo XVI para defender la localidad de los ataques piratas. Hoy es alimentado por electricidad y su luz se divisa a 25 millas de distancia. También es un bonito mirador que permite divisar a lo lejos el imponente faro de Cabo Trafalgar.
Faro de Chipiona
La particularidad de este faro es que es el más alto de España, el tercero de Europa y el quinto del mundo. Tiene 69 metros y se construyó en 1867 en la Punta del Perro, exactamente en la entrada al estuario del Guadalquivir, para guiar a los barcos que intentaban acceder al río y evitar choques con el arrecife Piedra Salmedina. Se puede visitar si estás dispuesto a subir los 244 escalones que hay hasta sus linternas. Desde aquí, el panorama que se divisa es para quitar el sentido.
Faro de Punta Carbonera
Se encuentra en el municipio de San Roque, en la Punta de Carbonera. Ocupa lo que antes fue una torre almenara del siglo XVI y mide 14 metros de altura. En la fachada exterior, tiene una escalera metálica de acceso de forma helicoidal. El faro, inaugurado en 1989, se halla en la cúpula y desde aquí se divisa con nitidez el Peñón de Gibraltar.
Faro Camarinal
Ubicado junto a la Playa de los Alemanes, en Zahara de los Atunes, es una de las torres de vigilancia construidas por Felipe II en el siglo XVI para defender la costa gaditana de los ataques berberiscos. Su construcción actual data de 1990 y su silueta figura en la lista de los faros más bonitos de Cádiz y de España.
Faro de Bonanza
Estamos ante un faro de río que indica, en este caso, el acceso al puerto de Sanlúcar de Barrameda. Se construyó en 1856 en la playa de Bonanza en estilo mudéjar. Hay que recordar que Sanlúcar de Barrameda tiene otro faro, el de San Jerónimo.
Faro de Punta Tarifa
Situado en uno de los extremos de la isla de Las Palomas, este guardián del Estrecho de Gibraltar fue en su origen una torre almenara que formaba parte del sistema de vigilancia costera diseñado por Felipe II. El faro actual, una torre de sillería encalada de 33 metros de altura, data de la segunda mitad del siglo XVIII y en 1993 su funcionamiento se automatizó.
Faro de Sancti Petri
Se halla en el interior de la fortaleza de Sancti Petri, que fue erigida a finales del siglo XVI. Según la mitología, aquí se encontraba el antiguo Templo de Hércules. El entorno no puede ser más bonito, ya que está rodeado por la Punta del Boquerón, el poblado y caño de Sancti Petri y la playa de La Barrosa.