La playa de la Caleta es la playa de Cádiz. Sí, es cierto que en la ciudad también están la playa de la Victoria, la de Santa María y la kilométrica playa de Cortadura. Pero es que la playa de la Caleta es, sin duda, la que muestra una mayor personalidad gaditana, de ahí que la consideremos entre las mejores de Cádiz.
Quizás en ello tenga mucho que ver que éste no es solo un lugar para la diversión y el baño, sino que tiene una carga histórica fundamental: aquí comenzaba el canal que comunicaba las dos islas que originaron el Cádiz actual. Y ha sido un punto de atraque de embarcaciones desde, al menos, la época de los fenicios. Y, desde luego, no se podría entender el popular barrio de La Viña sin el estrecho vínculo que lo une a su playa de la Caleta.
Aquí vienen a diario, en cuanto llega el buen tiempo, muchos vecinos de ese barrio para bañarse, tomar el sol, jugar al bingo, comer y cenar. Y, por supuesto, compartir conversación y experiencias con cuantos se animen a visitarlos.
- La Caleta, la playa con más tradición de Cádiz
- Balneario Nuestra señora de la Palma y del Real
- Qué se puede hacer en La Caleta
- La Caleta de Cádiz y su historia
- Dónde comer junto a La Caleta
La Caleta, la playa con más tradición de Cádiz
Así pues, la playa de la Caleta es, por definición, la playa más gaditana y popular. Pero, ¿cómo es? Se trata de una franja de arena dorada y fina de unos 450 metros de longitud y una anchura máxima (en bajamar) de 50 metros.
Está enmarcada por dos fortificaciones, situadas sobre sus respectivos espigones formados por grandes rocas: el castillo de San Sebastián y el de Santa Catalina. En el primero se encuentra el potente faro de San Sebastián, que durante la noche ilumina a ráfagas la playa y buena parte del barrio de la Viña.
Balneario Nuestra señora de la Palma y del Real
Pero, de la playa de la Caleta la construcción que más llama la atención es, sin duda, el balneario de Nuestra Señora de La Palma y del Real. Hoy es uno de los edificios gaditanos más representativos entre los construidos en las primeras décadas del siglo XX.
Tanto el cuerpo principal de este edificio como los dos grandes brazos paralelos parecen abrazar la playa de la Caleta, además de ser una sombra segura para aquellos días en que el sol aprieta.
Aunque tras un largo periodo de abandono se ha intentado recuperar el edificio para el uso público, lo cierto es que en la actualidad se dedica a fines puramente administrativos. Así, aquí se encuentra la sede del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Algo que no debería extrañar, pues justo en la zona de la playa de la Caleta se ha localizado la mayor cantidad de restos históricos de toda la ciudad de Cádiz. Muchos de ellos se encuentran en el Museo de Cádiz.
Qué se puede hacer en La Caleta
A la playa de la Caleta se va, aparte de a disfrutar de los baños de sol y mar, a ver y dejarse ver. Y, además, en este bonito lugar de Cádiz siempre pasan cosas. Muchas veces, sorprendentes, otras también inauditas para los ajenos a la vida en La Viña. Por ejemplo, a la caída de la tarde, muchos “caleteros” bajan a la playa con sus sillas y mesas portátiles para montar sus timbas de bingo o de juegos de naipes con sus vecinos, amigos y familiares. Desde luego, es un espectáculo que merece la pena ver y que tiene lugar tanto en verano como en cuanto la temperatura lo permite.
Con el buen tiempo, la playa de la Caleta muestra un agradable ambiente playero desde bien temprano. La mayor parte de los que vienen aquí bajan a la playa con tarteras y sus propias bebidas, en una especie de pic-nic colectivo.
Con todo esto, es fácil deducir que el ambiente no es de silencio y relajación, sino más bien de todo lo contrario. Aquí reina la diversión y resulta muy sencillo establecer conversación con los vecinos de toalla.
De hecho, si uno no es un habitual de este lugar lo normal es que cualquiera le interpele y enseguida se establezca una conversación. Como otros lugares emblemáticos de la ciudad, la playa de la Caleta tiene sus propios personajes icónicos. Personas que llaman la atención por su vestuario, su comportamiento o sus especiales relaciones con el resto de los que frecuentan la playa. Muchos de ellos suponen un auténtico ‘espectáculo viviente’.
La Caleta de Cádiz y su historia
Tal y como ya hemos comentado, La Caleta ha cambiado mucho su fisonomía desde los tiempos que en que los fenicios tomaron a Gadir como base para sus operaciones comerciales en esta zona de la Península Ibérica.
En aquel periodo, la playa de la Caleta y lo que hoy es el puerto de Cádiz estaban unidos por una canal que separaba las islas de Erytheia y Kotinoussa. Así, la actual playa suponía un puerto natural entre ambas islas, separadas por apenas unos centenares de metros.
Con los siglos, este canal se fue cegando, hasta conformar la actual fisonomía de Cádiz. Pero la playa de la Caleta siguió siendo un fondeadero para barcos de pequeño y mediano tamaño. De hecho, junto a ella siguen atracando pequeñas embarcaciones de pesca y recreo.
Dónde comer junto a La Caleta
Muy próximos a La Caleta, existen bares y restaurantes en los que se puede comer muy bien. Estas son algunas ideas:
- Bar Club Caleta (avenida Duque de Nájera, 7): sobre la propia playa y con una terraza con vistas a la misma. Es el lugar ideal para tomar un refresco entre baño y baño o, después, a la caída de la tarde.
- Quilla (Antonio Burgos, s/n): se autodefine como restaurante, café y terraza. Y tienen razón, pues es todo esto, aparte de un magnífico mirador al océano y al faro de San Sebastián. En la carta triunfan los productos locales tratados con mimo y creatividad.
- Barra del Faro de Cádiz (San Félix, 15): es la parte informal del restaurante El Faro de Cádiz. Cocina típica gaditana y productos de una gran calidad.
- Casa Manteca (Corralón de los Carros, 66): un clásico de La Viña en el que tomar el aperitivo entre viejas botellas, fotografías de época, carteles de corridas de toros y azulejos típicos.