La situación meridional de Cádiz ha sido objeto de codicia desde hace miles de años. Por su territorio han discurrido fenicios, griegos, romanos y árabes, las civilizaciones más importantes a lo largo de los siglos, dejando huellas absolutamente imborrables de su paso. Su singular formación como isla separada del continente por el estrecho canal Caño de Sancti Petri, le confiere un carácter único. Se trata de la ciudad más antigua de Europa occidental y sus restos arqueológicos son uno de los principales motivos para conocerla.
Su estratégica ubicación a medio camino entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico ya atrajo a los fenicios, que formaron allí uno de sus primeros asentamientos. Su tradición comercial alcanza su máximo esplendor en época romana. Rebautizada como Gades y entregada incondicionalmente tras la Segunda Guerra Púnica, adquirió el estatus de ciudad federada de Roma. La exención de impuestos, repercutió positivamente en su economía y se construyeron un circo romano, acueductos y templos. La ciudad se iba haciendo cada vez más próspera. Uno de los mejores vestigios que podemos visitar de este floreciente período es el Teatro Romano de Cádiz. ¿Te gustaría descubrir todo lo que te espera en este lugar?
Algunos datos sobre el Teatro Romano de Cádiz
Una de las ventajas al acercarnos a este yacimiento arqueológico es que podemos conocer la historia de Cádiz de primera mano. Al estar situados en estos restos, no nos será difícil dejar volar nuestra imaginación y recrear las representaciones que aquí tenían lugar. Estas ruinas fueron descubiertas por casualidad, mientras se intentaba localizar en unas excavaciones el castillo de la Villa, en 1980. Desde ese momento siempre se ha abogado por la recuperación del teatro, dadas sus cualidades únicas.
Se trata del segundo teatro más grande que los romanos construyeron en España, solo por detrás del de Córdoba. También es el teatro más antiguo de todos los que se conocen en nuestra geografía. Se construyó hacia el 70 a.C., cuando se decidió ampliar la ciudad con un nuevo barrio, Neápolis, levantando en la zona un teatro y un anfiteatro.
Este edificio, símbolo del resplandor vivido en el período clásico, se abandonó a finales del siglo III d.C. y comenzó a sufrir saqueos. Su estructura se reintegró en la urbe medieval que proyectó Alfonso X el Sabio. Así, el Teatro Romano quedó sepultado y solo se conocía su existencia a través de los textos de autores como Cicerón.
Las excavaciones que se hicieron en 1980 fueron capaces de recuperar una parte del teatro, por lo que se han podido estudiar las características y el origen del mismo. Pero aun queda la zona más importante del conjunto por descubrir, la escena y el pórtico, que continúan bajo tierra.
Restos y ruinas romanas en Cádiz
Los trabajos arqueológicos han sacado a la luz una amplia fracción del graderío, la orchestra y una galería anular. Además, hay que añadir una sección de lo que sería el edificio escénico, que se puede contemplar gracias a pozos abiertos en el suelo, en el centro de interpretación. Este ofrece a los visitantes paneles explicativos, maquetas y vídeos para situar en contexto el teatro.
Su estructura aún cuenta con rasgos arcaicos de la arquitectura griega, lo que nos muestra una vez más la antigüedad de la construcción. La pendiente del terreno habría hecho más sencilla la colocación del graderío. Las técnicas que podemos observar se basan en la mampostería y en muros exteriores levantados a base de sillares.
Al ser uno de los teatros más importantes del momento, debería haber tenido una decoración acorde a la grandeza del resto del edificio. Para ver los restos de esta ornamentación tendrás que desplazarte hasta el Museo de Cádiz. En la sección dedicada a Arqueología se conservan varias piezas de la cornisa de mármol, en las que observarás motivos vegetales. Asimismo, hay restos de frisos y columnas de alabastro, principalmente la parte de los capiteles con lo que sería la clásica forma en volutas y hojas de acanto. No te pierdas el fragmento de escultura masculina que también se encontró durante las excavaciones y hoy está a buen recaudo en este espacio expositivo.
Se sabe que tenía capacidad para albergar a más de 10.000 personas. Al descubrir este conjunto, podemos trasladarnos al pasado para imaginar las diferentes representaciones dramáticas que aquí se habrían dado cita. Situado en pleno casco histórico, en el barrio del Pópulo, constituye un ejemplo excepcional de nuestra rica herencia romana.
Al estar en una zona de efervescencia turística, puedes planear un día entero de turismo en el que, además del mencionado Teatro Romano, te acerques a contemplar las primitivas puertas de la ciudad medieval, la iglesia de la Santa Cruz o la conocida plaza de San Juan de Dios. En esa plaza se levanta el Ayuntamiento y hay numerosas terrazas donde reponer fuerzas saboreando el típico “pescaíto” frito, y dejándote seducir por el embrujo gaditano y su increíble legado cultural.