El que fuera un humilde pueblo pesquero se ha convertido en las últimas décadas en uno de los principales enclaves turísticos de Fuerteventura. Caleta de Fuste está rodeado de resorts y cuenta con una extensa oferta de actividades, restaurantes y ocio para los veraneantes.

Pocos recuerdan hoy que la localidad fue, siglos atrás, la puerta de entrada preferida por corsarios y piratas que aterrorizaban a los vecinos de la isla. Por este motivo se erigió en el siglo XVIII el castillo de Caleta de Fuste, también conocido como castillo de San Buenaventura, una contundente torre defensiva de planta circular cuya misión era repeler invasiones mientras se daba la voz de alarma a toda la isla del ataque.

Conocer las circunstancias en las que se levantó el castillo es aproximarse a un periodo histórico que terminó por forjar el carácter de los majoneros.

Dónde está el castillo de Caleta de Fuste

Además del sinfín de actividades y servicios que ofrece un núcleo turístico como Caleta de Fuste, tal vez el principal reclamo que tenga para los viajeros sea la cala (“caleta”) que, precisamente, da nombre a la localidad. Es de los pocos lugares protegidos, de forma natural, del bravo oleaje que azota la isla.

 

 

Sin embargo, la pequeña bahía que hoy hace las delicias de los visitantes resultó ser una condena para los lugareños siglos atrás, al convertirse en una de las puertas de entrada de piratas de todos los pelajes. Para defender la zona se levantó el castillo de San Buenaventura, que se encuentra situado en la esquina norte de la rada, entre el arenal y el puerto deportivo. En la actualidad, se encuentra rodeado por dos sinuosas piscinas que pertenecen al complejo hotelero Barceló Castillo Beach Resort.

Cómo es este castillo de Fuerteventura

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Castillo Caleta de Fuste. Fuerteventura.

El castillo de Caleta de Fuste es una torre de planta circular con dos alturas, construida en oscura piedra volcánica que subraya su robustez. Cuenta con una bóveda que se sostiene gracias a un grueso pilar central. El acceso a esta fortificación se hace a través de una escalera de piedra en la que, a su vez, se apoya el puente levadizo con cadenas de hierro.

Según la asociación de vecinos ‘El Castillo’, de Caleta de Fuste, este puente levadizo gira sobre las quicialeras de la puerta de entrada, lo que permite cerrar el acceso y aislar la torre. Las quicialeras son piedras que soportan la pieza vertical de madera, conocida como quicio, que forma uno de los lados del marco de la puerta y en la que se fijan las bisagras.

Historia del castillo de Caleta de Fuste

A lo largo de la historia de las islas Canarias, desde que pasó a formar parte del reino de Castilla a mediados del siglo XV, las incursiones y asaltos de piratas berberiscos, franceses e ingleses fueron periódicos y algunos de los choques especialmente trágicos. Sin embargo, a principios del siglo XVIII no existía en todo Fuerteventura ninguna fortificación que repeliera estos ataques. Las torres que proyectaron los conquistadores normandos –Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle– a principios del siglo XV llevaban siglos destruidas y se hacía cada vez más acuciante proteger a la aterrorizada población majorera.

 

 

El castillo de Fuerteventura en el siglo XVIII

Una dramática incursión de corsarios ingleses en la playa de Gran Tarajal, en 1740, arrasó la población de Tuineje y quedó marcada en la memoria colectiva de la población de la isla. El comandante general de Canarias, Andrés Bonito y Pignatelli, encargó un año después al ingeniero militar leonés Claudio de L’Isle la construcción de dos torres defensivas prácticamente similares: nuestra torre de San Buenaventura en Caleta de Fuste y el castillo de El Cotillo, también conocida como torre del Tostón, en la costa noroccidental de Fuerteventura. La finalidad era proteger estas dos radas tan estratégicas para el tráfico mercantil de la isla.

Se estima que la construcción del castillo de Fuste concluyó en 1743. En el periodo en que se erigió contaba con dos cañones de hierro de pequeño calibre y con guarnición formada por un condestable, un teniente y cuatro soldados encargados de manipular la escueta artillería de los dos cañones. A esta dotación militar se la conocía como “guardineros” del castillo. Era el propio Cabildo de la isla el encargado de aportar y mantener el personal que protegían tanto la torre de Caleta de Fuste como la de El Cotillo a través de los propios vecinos de la isla, lo que generaba malestar entre la población de Fuerteventura.

Cuando se construyó la torre de San Buenaventura era más esbelta, con muros de un grosor de tres metros. Tras un ataque pirata que destruyó buena parte de su “frágil” pared por el impacto de un cañonazo, ésta se amplió hasta alcanzar las dimensiones actuales, con seis metros de anchura. También por aquellas fechas se sustituyó el puente levadizo por uno fijo.

Siglo XIX, levantamiento popular y cárcel de los amotinados

No hay registros históricos sobre intervenciones militares desde el castillo ante amenazas externas. Sin embargo, el edifició terminó por ser utilizado contra la propia población de la isla. Un levantamiento popular en 1829 de unos 500 campesinos del norte de Fuerteventura, que reclamaban el uso público de la dehesa de Huriame, fue sofocado por la autoridad militar de la isla de manera contundente.

Un total de 30 de los responsables del levantamiento fueron encarcelados en el castillo de Caleta de Fuste. Finalmente, se ordenó su traslado a la torre de Tostón, que estaba mejor acondicionada para albergarlos.

A lo largo del siglo XIX el castillo paso a ser de propiedad privada, si bien en 1871 se dispuso que tanto esta torre como la de El Cotillo se entregaran a Hacienda.

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Castillo Caleta de Fuste. Fuerteventura.

Siglo XX, Guerra Civil y ‘boom’ del turismo

Durante un breve periodo de la guerra civil española, entre 1936 y 1939, el castillo de Fuste volvió a tener una utilidad defensiva. En 1949 tanto la fortificación de San Buenaventura como la del Tostón fueron declaradas Bienes de Interés Cultural.

A principios de los 80, fruto del desarrollo turístico de la isla, el castillo quedó rodeado por las piscinas del resort.

 

 

Presente y futuro de un referente histórico de Fuerteventura

No es hasta 2013 cuando tanto el Cabildo insular como el Ayuntamiento de Antigua, municipio al que pertenece Caleta de Fuste, acometen las obras de restauración que le dan el aspecto actual.

Si bien, en este momento la torre está cerrada al público, está previsto que abra sus puertas para disfrute de vecinos y visitantes. La idea es que albergue una sala de exposiciones de carácter histórico-etnográfico.

A la entrada norte de Caleta de Fuste, viniendo por la carretera FV-2, existe una réplica de menores dimensiones del castillo de Caleta de Fuste en el centro de una rotonda. Es el particular homenaje de la isla al “vecino más insigne” de Caleta de Fuste.