Si deseas hacer un viaje en el tiempo y conocer cómo era la vida cotidiana en las zonas rurales de Fuerteventura, tienes que ir necesariamente al ecomuseo La Alcogida. Se trata de un pequeño poblado que hasta hace poco más de medio siglo, en torno a 1970, estuvo habitado y hoy reproduce con exactitud cómo se desarrollaba el duro trajín diario de los campesinos de la isla durante la primera mitad del siglo XX.
El ecomuseo La Alcogida, que debe su nombre a los terrenos que recogían el agua de la lluvia (alcogidas), se encuentra exactamente en Tefía, un pequeño pueblo situado a 20 kilómetros de Puerto del Rosario, en el norte de la isla. Un museo vivo que tiene la peculiaridad de que el visitante puede ver cómo trabajan los artesanos de la zona en sus diferentes oficios e interactuar con ellos mientras se adivina cómo era la vida del campesino majorero, nombre con el que se conoce a los habitantes de Fuerteventura.
- La vida tradicional en Fuerteventura
- Ecomuseo La Alcogida: siete viviendas de Fuerteventura
- Actividades de La Alcogida en Fuerteventura
- Casas de dos plantas con patio
- Un paseo por el ecomuseo La Alcogida de Fuerteventura
La vida tradicional en Fuerteventura
La vida en Fuerteventura antes de que llegase el boom turístico era muy distinta a la que podemos apreciar hoy día. Como en todas las islas, trataban de autoabastecerse por lo que las actividades más habituales se centraban en la pesca, la ganadería y la agricultura. Entre sus actividades económicas se encontraba principalmente el cultivo de trigo y otros cereales (incluso exportaban a otras islas del archipiélago), el de la barrilla, y también la orchilla, un colorante natural.
La arquitectura siempre ha ido a la par de las necesidades de la población y eso se muestra en el museo de La Alcogida, donde las viviendas presentan unas características adaptadas al modo de vida de sus propietarios.
Ecomuseo La Alcogida: siete viviendas de Fuerteventura
¿Qué puedes ver en el ecomuseo La Alcogida de Fuerteventura? Podrás descubrir las viviendas que levantaban los lugareños con sus propias manos, realizadas con piedra, cal, yeso, etc. También podrás ver sus estancias interiores, los patios, las granjas en las que criaban a los animales y con las que se ganaban la vida, o las múltiples formas que tenían de conseguir agua en una isla donde las precipitaciones son escasas.
Y descubrirás también las diferencias que existen entre las viviendas más humildes y las de aquellos que tenían una economía más sólida en la sociedad del momento. Todas estaban delimitadas por muros de piedra que ponían coto a las pequeñas parcelas en las que se guardaba el ganado o se plantaban las cosechas. Hoy, las granjas siguen su actividad con diversos tipos de animales: gallinas, cabras, burros… y los típicos dromedarios de Fuerteventura que ayudaban a la población del campo en sus labores cotidianas.
Actividades de La Alcogida en Fuerteventura
En conjunto, el ecomuseo La Alcogida muestra exactamente cómo era el hábitat tradicional de Fuerteventura, al tiempo que da a conocer las actividades artesanas, agrícolas y ganaderas de la isla. Dos de las viviendas del poblado se han destinado a casas etnográficas en las que se exhiben los utensilios con los que las familias trabajaban. En el ecomuseo los más pequeños también podrán practicar juegos tradicionales, dar de comer a los animales, degustar la comida típica de Fuerteventura, ver cómo se elabora el pan y hasta ir a una tienda de artesanía para comprar algunos de los objetos que se realizan en sus instalaciones. Porque aquí hay talleres de orfebrería, telares, labrado de piedra, cestería, etc. Y también para los más jóvenes, el ecomuseo La Alcogida organiza diversas actividades, tales como competiciones y juegos en grupo: carreras de sacos, soga o aros.
Con un poco de suerte, también podrás ver cómo se muele el grano y cómo se elaboran el queso y el pan. Si llegas a tiempo, tendrás además la posibilidad de probar estos productos recién hechos, que son una auténtica maravilla.
Casas de dos plantas con patio
Por lo general, las casonas del ecomuseo La Alcogida de Fuerteventura tienen dos plantas y sus cubiertas son, indistintamente, planas o inclinadas acabadas con teja árabe. La planta tiene forma de “L” o “U” y sus estancias se articulan alrededor de un patio resguardado de los vientos. Al piso superior se accede mediante una escalera exterior adosada que suele rematarse con un pequeño balcón o con una galería de madera que recorre la planta alta.
La vegetación que circunda el ecomuseo La Alcogida es la autóctona de Fuerteventura, con abundancia de tuneras, tabaibas y palmeras en medio de un árido paisaje.
Un paseo por el ecomuseo La Alcogida de Fuerteventura
A continuación, enumeramos algunas de las viviendas presentes en el ecomuseo La Alcogida:
- Casa del señor Jacinto. Es la primera casa con la que te encuentras. Está dividida en dos zonas, una orientada a la vida de la familia y otra para los animales. Aquí verás algunas cocinas y un molino que funciona gracias a un burro. La vivienda está realizada en piedra caliza y sellada con escombros y excrementos de animal. Aquí está la tienda de artesanías majoreras, donde puedes adquirir tejidos, cestas de fibra vegetal y utensilios de madera tradicionales.
- Casa de Herminia y Donato. Es una de las viviendas más humildes, aunque las habitaciones son muy amplias. En la cocina apenas hay sitio para un caldero, pero su pequeño patio está decorado con flores. Cuenta con un pequeño huerto donde se cultivan ajos, cebollas, rábanos y maíz.
- Casa de Facundo. Se trata de la vivienda de una familia numerosa. Hay, al menos, 5 habitaciones y aquí la vida personal se mezcla con el oficio del cabeza de familia. Una de las habitaciones hace funciones de establo y otra, de granero.
- Casa de Teodosio Ramos. Es un poco más lujosa que el resto y cuenta con un granero que da cabida a un gran número de animales.
- Casa de los Herrera. La vivienda pertenece a una familia dedicada a la fabricación de panes y bizcochos. Por eso cuenta con grandes hornos de barro donde se preparaba el pan para todo el pueblo. Al parecer, también se fabricaban quesos artesanos.
- Casa de los Cabrera. Es una casa de artesanos que tiene forma de ‘L’ y en la que se pueden ver vajillas, cestas y herramientas utilizadas en la primera mitad del siglo XX.
- Casa Molina. Es una vivienda grande cuyas estancias están conectadas por un patio central. Destaca un gran horno de barro adherido a su estructura.