La Oliva ocupa toda la zona norte de Fuerteventura, se halla en un territorio que resulta muy atractivo para el viajero y cuenta con espacios tan singulares como el Parque Natural Isla de Lobos, el Parque Natural Dunas de Corralejo, la montaña de Tindaya y las playas de El Cotillo. La Oliva, a su vez, pertenece a la provincia de Las Palmas y recibe este nombre de su municipio principal, La Oliva, que curiosamente es la localidad que tiene, proporcionalmente, más bares, restaurantes, cafeterías, heladerías y pastelerías de Fuerteventura. Así que no es de extrañar que la restauración, con una reconocida cocina tradicional, sea la segunda industria de la localidad después del turismo.
Visitas básicas en La Oliva: Casa de los Coroneles y Casa de Arte Mané
Podemos comenzar nuestro recorrido precisamente en La Oliva, una villa con 20.000 habitantes cuyos principales atractivos turísticos son los siguientes:
Casa de los Coroneles
Estamos ante un edificio señorial del siglo XVII, seguramente la construcción particular más sobresaliente de Fuerteventura. La Casa de los Coroneles fue construida por la familia Cabrera Bethencourt. Aquí se celebra el mercado de las Tradiciones o mercado de Artesanos todos los martes de 10 a 14 horas.
Centro de Arte Canario o Casa Mané
(Salvador Manrique de Lara, s/n). Abierto desde 2010, muestra una gran colección de arte canario, en la que no faltan piezas de César Manrique, el artista más internacional de Canarias, y exposiciones temporales. También ofrece, en su tienda, la posibilidad de adquirir algunas obras, además de libros, cerámicas, serigrafías, grabados, carteles, etc. Se le conoce como Casa de Arte Mané en honor a su fundador, Manuel Delgado Camino, un apasionado del arte canario. El legado de Mané ahora está en manos de su hija Belinda. Tiene una superficie de 10.000 metros cuadrados y un jardín lleno de esculturas. El acceso es gratuito.
Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria
Es una de las más grandes de Fuerteventura y tiene adosada una singular torre campanario en cantería de planta cuadrada.
Casa del Inglés
Es una vivienda del siglo XVIII que simboliza el poder económico de la burguesía agrícola y comercial que se asentó en La Oliva. Tiene dos plantas y sus estancias se distribuyen en torno a un gran patio con aljibe.
La Cilla
Data del siglo XIX y hoy alberga el Museo del Grano.
Después de haber disfrutado de los encantos de la hermosa localidad de La Oliva, podemos continuar nuestro recorrido por los territorios naturales vecinos, todos ellos dignos de una bonita escapada en tu visita a la Fuerteventura.
Excursiones desde La Oliva
La montaña de Tindaya, de gran valor arqueológico, tiene una altura de unos 400 metros de altura y es visible desde numerosos lugares del norte de Fuerteventura. Desde aquí, y si el día está claro, se puede ver el Teide. Aquí están el poblado de Tinojay y la cueva-habitación del Llano, donde se han encontrado restos guanches. También hay cuevas funerarias, como la de Esquinzo y la de Guriame. Y es que la montaña de Tindaya, situada en el suroeste del municipio de La Oliva, conserva grabados rupestres, estructuras funerarias, plataformas de observación de los astros, etc. Subir a la cima de la montaña no entraña muchas dificultades, pero se recomienda ir con calma debido a la pendiente y a los elementos de interés que se pueden disfrutar en el camino.
Corralejo
Es probablemente uno de los destinos más visitados de Fuerteventura. Es un pueblo de tradición marinera que ha sabido armonizar la zona más turística con su antiguo casco histórico. En su territorio se encuentra el Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Cuenta con un gran campo de dunas y malpaís, y también con la montaña Roja y la isla de Lobos, que en su día fue el hogar de una gran colonia de focas monje, ya desaparecida. Merece también la pena el monumento del Malpaís de la Arena, con numerosas especies vegetales singulares. La cofradía de pescadores de Corralejo es la más antigua de Canarias y la segunda de España. Todos los martes y los viernes, de 9 a 14 horas, se celebra un mercado de Artesanos en el Acua Water Park.
Isla de Lobos
En realidad, es un pequeño islote de apenas 5 kilómetros cuadrados situado en el noreste de Fuerteventura. Se divisa con nitidez desde Corralejo y su nombre recuerda el de las focas monje o lobos marinos que un día ocuparon su territorio. Hasta 1968, aquí vivía la familia de un farero, conocido como Antoñito el Farero. El islote está integrado en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo y alberga más de 130 especies. En su paisaje abundan los hornitos, un tipo de curiosas formaciones volcánicas que se producen cuando la lava entra en contacto con el agua. También hay saladares, depresiones del terreno que se inundan a menudo y que albergan una gran riqueza natural.
El Cotillo
Este pueblo es célebre por sus fantásticas playas en forma de calas, rodeadas de imponentes acantilados, donde podrás disfrutar de un buen baño y de puestas de sol increíbles. El Cotillo está custodiado por el faro y el castillo del Tostón. Aquí también puedes programar un buen almuerzo en alguno de los restaurantes que miran al mar, donde te ofrecerán el mejor pescado salvaje de la isla. Todos los viernes, de 19 a 22 horas, tiene lugar el mercado artesanal del Atardecer en la plaza pública de El Cotillo.
- Monumento a Miguel de Unamuno. Se encuentra en Montaña Quemada. Se trata de una estatua de este escritor e intelectual salmantino, obra de Juan Borges, que recuerda su estancia en la isla.
La gastronomía de La Oliva
Además, si eres aficionado al buen comer, debes saber que en La Oliva se desarrollan a lo largo del año, interesantes eventos gastronómicos, como la Ruta de la Tapa (junio), el Certamen de Coctelería Barman Deluxe (octubre) o De boca en boca (noviembre). Y es que, a pesar de estar en una tierra seca y árida, Fuerteventura produce carne, queso, frutas y verduras de gran calidad. Una de las razas autóctonas más conocidas es la cabra majorera. Por este motivo, uno de los platos más famosos de la comida típica de Fuerteventura es el estofado de carne de cabra y cabrito, o el cabrito frito o al horno, que se consume sobre todo en los pueblos del interior, como Lajares y Villaverde, este último uno de los más “verdes” de La Oliva. Otro de los productos con denominación de origen es el queso majorero, que se produce en queserías artesanales o en pequeñas industrias. No olvidamos tampoco las ‘papas arrugás’ y el gofio, que siempre están en las mesas canarias, no importa si es la hora del desayuno, del almuerzo o de la cena.