En Fuerteventura se encuentran algunas de las mejores playas de dentro y fuera del archipiélago canario. Cuando se visitan es inevitable pensar en el acierto de denominar ‘afortunadas’ a estas islas. De hecho, este rincón tan cercano a África lleva en su nombre la palabra ventura. Así nos sentimos: venturosos, con suerte, al disfrutar de sus hermosas y paradisíacas playas. De Norte a Sur, la costa majorera sorprende por la variedad. Hay playas para todos los gustos y deseos.
Esta parte del Atlántico atrae a los amantes del surf y otros deportes acuáticos. Recomendable para unas vacaciones con la pareja o en familia, también es el lugar idóneo para los buscadores de la soledad y el silencio. Miguel de Unamuno, exiliado en la isla durante la dictadura, escribió bellas páginas sobre la sensación de aislamiento que proporciona la isla. Para el escritor vasco sus paseos por Playa Blanca, cerca de Puerto del Rosario, fueron toda una fuente de inspiración.
- Playas del sur de Fuerteventura
- Playa de Sotavento
- Playa de Cofete
- Playas de Costa Calma
- Playa del Norte de Fuerteventura
- Grandes Playas de Corralejo
- El Gran Tarajal
- Playas de El Cotillo
- Playa de Barlovento
- Playa de Garcey
Playas del sur de Fuerteventura, comienza la aventura
Las playas del sur de Fuerteventura dejan sin respiración al viajero. La hermosura de las que integran la península de Jandía es difícil de superar. Este es el lugar soñado para quienes busquen espacios poco domesticados. A la zona se llega a través de un único acceso: una pista de tierra de 20 kilómetros. Sorprendentes barranqueras a lo largo del trayecto conducen a calas vírgenes a las que hay que bajar a pie y donde es posible encontrar la soledad.
El Puertito de la Cruz, pequeño núcleo de pescadores donde degustar un buen pescado fresco, y el faro de Jandía, son dos escenarios que hay que visitar en el trayecto. En una zona acantilada, a la que se accede a través de una escalera de madera, el viajero descubre la playa de los Ojos, conocida por los charcos que se forman cuando hay marea baja.
El entorno va cambiando en dirección a la localidad de Morro Jable, importante enclave turístico. Cuenta con un gran paseo marítimo y sus playas, tranquilas y de aguas cristalinas, son las más conocidas y frecuentadas de la isla. La playa del Matorral está separada de la zona de los hoteles por el saladar de Jandía, un humedal protegido. En la playa del Risco del Paso el movimiento de las mareas forma piscinas naturales que hacen las delicias de los niños. Más pequeña y escondida, se encuentra la playa de los Canarios.
La playa de Sotavento, la estrella de Jandía
La playa de Sotavento es la estrella del territorio de Jandía y una de las mejores playas de Fuerteventura. Sus diez kilómetros de longitud la convierten en la más grande y espectacular de todas las de la zona. Sus finas arenas doradas y sus aguas transparentes, mansas y de tonos turquesa, conforman una postal perfecta. Es muy visitada, pero apenas hay edificaciones alrededor. Durante la pleamar se forma una laguna que ocupa gran parte de la playa y transforma por completo su fisonomía. Resulta ideal para la iniciación en los deportes náuticos. En ella se encuentra una destacada escuela para el aprendizaje de windsurf y kitesurf.
La playa de Cofete, inolvidable
El acceso hasta la playa de Cofete, en el oeste de la península de Jandía, es complicado. Si bien, merece mucho la pena ascender en un vehículo por una loma que conduce al mirador de la Degollada e iniciar desde ese punto la bajada. Un sendero pedregoso conduce hasta esta playa de ensueño, un espacio salvaje, solitario y rodeado de montañas. Es el lugar perfecto para quienes necesitan desconectar y entregarse a la contemplación del Atlántico. Al tomar un baño se recomienda extremar la precaución por la fuerte corriente y el oleaje del mar.
Las playas de Costa Calma, ocio tranquilo
Cerca de Sotavento, en el municipio de Pájara, se encuentra la localidad de Costa Calma, que acoge otro de los centros turísticos de la isla. Quienes busquen comodidad y ocio, sin renunciar a la tranquilidad, han encontrado su lugar. Todo transcurre en torno a dos playas magníficas de arena blanca. Costa Calma, de casi dos kilómetros de longitud y salpicada de palmeras, es la más frecuentada. Está rodeada de restaurantes y cuenta con una variada oferta de actividades. Pero nunca llega a masificarse debido a su extensión. Playa Esmeralda, protegida del viento por pequeñas montañas, con aguas turquesas y olas muy mansas, propicia más el aislamiento.
Playas del norte de Fuerteventura, contrastes paisajísticos
La zona norte de Fuerteventura se ha convertido en un destacado enclave turístico. El contraste de paisajes convierten este rincón del Atlántico en una sucesión de sorpresas. El trayecto por el norte, atravesando la carretera que parte de la capital, Puerto del Rosario, se realiza entre montañas volcánicas y colores poderosos. El viento y la aridez son características de un territorio en el que las sucesivas playas emergen como espejismos.
En el norte encontramos impresionantes regiones de dunas. Y también coladas volcánicas que se meten en el mar, cabos agrestes y playas más rocosas, de arena negra, similares a las de la isla de Tenerife. En esta parte de la denominada ‘isla del viento’ salen al encuentro encantadoras localidades de pescadores, castillos, torreones, cuevas y molinos. A todo ello se suma la espectacularidad de sus playas.
Grandes playas de Corralejo, un mágico parque de dunas
Las formidables playas de Corralejo están situadas en un entorno extraordinario, el Parque Natural de las Dunas de Corralejo. Parece que estamos en el desierto del Sáhara cuando visitamos esta franja de costa, de más de ocho kilómetros de longitud, donde impresionan los campos de dunas. Las playas próximas al pueblo de Corralejo cuentan con muchos servicios y son las más visitadas.
Ya dentro del parque, en dirección sur, se tornan más salvajes y solitarias. Estamos ante una sucesión de paraísos de aguas color turquesa. La arena blanca llama la atención por su particularidad. Está fosilizada, formada a partir de la erosión de conchas marinas. Hay calas en las que es posible practicar el nudismo. Pasarse el día recorriendo estas playas, de chapuzón en chapuzón, es un plan fantástico. Y también darse un baño en la pequeña playa de la localidad, de ambiente familiar, y tomar un buen pescado en alguno de los restaurantes de la zona. Desde Corralejo se puede tomar un ferry a la isla de Lobos, una experiencia inolvidable.
El Gran Tarajal, volcánica y oscura
La playa del Gran Tarajal, en la localidad del mismo nombre, en el municipio de Tuineje, es una playa urbana que proporciona contraste. Aquí las arenas se tornan negras y su fisonomía más rocosa, recuerda a las de Tenerife. Muy frecuentada por la gente del lugar, se extiende a lo largo de un kilómetro de largo y unos cien metros de ancho. Cuenta con variedad de servicios y es idónea para pasar una jornada con niños. Uno de los atractivos de esta playa es que en ella se han celebrado distintas ediciones del Festival de Música Womad, de carácter internacional, fundado por el compositor y productor Peter Gabriel.
Otras playas de la zona, son las de La Lajita, Las Playitas, Tarajalejo o Playa Blanca, en Puerto del Rosario, la favorita del escritor Miguel de Unamuno durante su exilio en la isla. De gran atractivo también es el rincón de El Cotillo, donde destacan playas cristalinas como Los Lagos y La Concha. Y la impresionante zona natural de los Cuchillos de Vigán, donde llama la atención su playa de Jacomar, muy poco conocida por los turistas, un reducto de paz y autenticidad.
Playas de El Cotillo
Para visitar estas preciosas playas hay que dirigirse al pueblo de El Cotillo, situado en el norte de Fuerteventura, exactamente en el municipio de La Oliva. Alrededor de esta encantadora localidad pesquera, de algo más de mil habitantes, se extiende un conjunto de calas de arena blanca conocidas como las playas de Los Lagos. Son ensenadas tranquilas ideales para las familias, y para practicar esnórquel. Puedes continuar visitando El Caletón, una cala situada al sur del pueblo y que brinda una gran belleza salvaje. Lo más aconsejable es acudir cuando la marea esté alta, ya que al bajar deja la roca volcánica a la vista y dificulta la entrada al agua para el baño.
Y, entre otras, también destaca La Concha, que también tiene una bonita arena blanca, escaso oleaje y es ideal para el baño. Además, muy cerca hay algunos chiringuitos donde reponer fuerzas de vez en cuando. Antes de marcharte de esta zona no dejes de visitar el faro de El Tostón, donde actualmente se sitúa el Museo de la Pesca. Con sus rayas blancas y rojas, y el mar al fondo forman una postal maravillosa.
Playa de Barlovento
En esta playa de 6 kilómetros de largo y unos 60 metros de ancho no se echan en falta los bares o chiringuitos porque rezuma una belleza salvaje que enamora a primera vista. La playa de Barlovento es la de mayor tamaño del municipio de Pájara pero está poco concurrida debido a la ausencia de un acceso sencillo. Se debe circular por pistas de tierra y el último tramo hay que hacerlo obligatoriamente a pie. Este hecho, más que como una desventaja, se debe considerar una suerte ya que así se puede gozar de esta playa de arena sin bañistas.
Si vas a pasar el día no olvides llevarte todo lo que puedas necesitar. En el entorno encontrarás algunas visitas de interés como el mirador de los Canarios y la Villa Winter.
Playa de Garcey
La playa de Garcey está situada en el municipio de Pájara y tiene unos 400 metros de largo. Está formada por arena gruesa negra, cantos y rocas, pero el paisaje virgen que la rodea compensa las molestias al estar tumbado en la toalla. Puede que te suene el nombre de Garcey porque en 1994 naufragó en este lugar un barco, el American Star, y mucha gente venía a verlo encallado en la orilla. Los que más disfrutan de esta ensenada son los surfistas que se acercan hasta ella para cabalgar sobre las olas que llegan con fuerza hasta la orilla. Mucho cuidado si te bañas porque las corrientes son muy fuertes. El acceso a esta playa se debe hacer por pistas de tierra lo que le confiere un toque de aventura a su paisaje desértico formado por pequeños barrancos.