Fuerteventura invita al disfrute de su litoral. Con unos 150 kilómetros de costa, la más antigua de las islas Canarias –geológicamente hablando– reúne no solo playas volcánicas y de guijarros negros, como pudiera imaginarse, sino también muchas otras de arena fina y blanca. En El Cotillo, un pequeño pueblo pesquero situado al noroeste de la isla, se halla la playa de La Concha –no confundir con la playa homónima del islote de Lobos–, un espacio con traza paradisiaca considerado por muchos la mejor playa de la isla. A esto se añade el hecho de que mezcla el encanto de las calas vírgenes con la comodidad de una playa transitada. A continuación, os invitamos a hacer un recorrido virtual por la playa de la Concha y todos sus recovecos.
La Concha, una playa multicolor de Fuerteventura
De manera intermitente durante los últimos años, la playa de la Concha ha visto ondear la preciada Bandera Azul sobre sus arenas, un reconocimiento que se concede a playas y puertos que cumplen con ciertos requisitos relacionados con la información y la gestión medioambiental, la calidad de sus aguas, o la seguridad y los servicios presentes.
El acceso a la misma resulta muy sencillo. En el pueblo de El Cotillo debemos seguir la dirección que marca un cartel cuya inscripción reza Los Lagos, Playas, Faro; y, tras 700 metros, otro desvío a la izquierda nos conducirá directamente a un aparcamiento habilitado para el estacionamiento de vehículos a pie de playa.
De la playa, lo más característico es, sin lugar a dudas, la amplia gama de colores que en ella conviven: el azul turquesa del océano contrasta con la blanca y fina arena que, a su vez, aparece salpicada por pedazos negros de roca volcánica. Al no ser una playa muy masificada, no habrá problemas a la hora de encontrar un buen sitio donde acomodarnos, aunque probablemente nos llamarán la atención dos factores: el viento y el oleaje. Por un lado, La Concha es una playa bastante ventosa, hecho que los lugareños han intentado sortear con la construcción de corralitos: pequeños arcos de roca volcánica cuyas paredes parapetan del viento. De hecho, algunos de estos corralitos que se encuentran esparcidos por la orilla ofrecen el espacio suficiente para una familia entera.
Por otro lado, de manera paradójica el oleaje resulta prácticamente inexistente, hecho que se debe a la presencia de un arrecife natural en forma de herradura que funciona como escudo protector. En consecuencia, en su orilla convive una gran variedad de especies animales, por lo que la práctica de submarinismo es muy común y recomendable.
Para añadir aún más encanto si cabe a esta playa, su arenal acoge desde 1987 la celebración del Festival Internacional de Cometas, un concurso en el que 450 cometas de diferentes países sobrevuelan y decoran la orilla de esta playa de El Cotillo.
Por último, antes de concluir nuestro día de relax y exploración, no podemos perdernos el atardecer, que en este punto de la costa majorera cobra un color misterioso a medio camino entre el lila y el azul.
La Concha, una playa con todos los servicios en El Cotillo
La playa de la Concha es capaz de mantener el encanto de una playa virgen, incluyendo a su vez todo tipo de servicios para los usuarios. Para acceder a ella, existen unas pasarelas de madera que facilitan el paso a quienes lleven carritos de bebé o vayan en sillas de ruedas. Por otro lado, en el arenal encontramos los aseos públicos, así como duchas para los que deseen deshacerse de la molesta arena antes de marcharse.
Si tras largas horas en la playa os apetece picar algo, cerca del aparcamiento se encuentra el Bar Torino, un chiringuito de playa donde degustar algunos de los platos típicos de la zona, tales como las papas arrugás con mojo o el pescado fresco a la plancha. Sin embargo, si buscáis una opción de mesa y mantel, a sólo 300 metros se encuentra el Azzurro Chill Out, un restaurante de comida italiana y mediterránea que ofrece un completo menú, una amplia carta de vinos y música en directo.
Otras playas de El Cotillo de un vistazo
La playa de la Concha –también conocida entre los locales como Playa Chica–, muestra un encanto especial gracias a su reducido tamaño. Aun así, con unas dimensiones de 200 metros de largo y 60 de ancho, los amantes de los paseos por la orilla tal vez se sientan un poco decepcionados con esta playa. ¡No hay por qué preocuparse! Además de la de la Concha, El Cotillo alberga otras tantas playas, transitables todas ellas a través de un recorrido total de cuatro kilómetros de longitud.
Por ejemplo, en dirección sur y conectada con la Concha, se encuentra la playa de los Lagos, una playa familiar y de estética muy similar a la anterior cuya peculiaridad radica en unas pequeñas piscinas naturales formadas entre las rocas que hacen del baño toda una aventura.
En dirección contraria, hacia el norte, nos encontramos otras dos playas: playa del Islote y playa del Río. De características muy similares a las anteriores, sin embargo, ambas presumen de ser playas vírgenes, aisladas y sin ningún tipo de servicio en sus alrededores. Por ello, resultan la mejor opción a la hora de practicar nudismo.
Y si continuamos bordeando la costa hacia el norte, al cabo de 2,5 kilómetros nos topamos con el faro del Tostón, un edificio situado en la llamada Punta Ballena, cuya construcción data de 1897. En 2008 el edificio del faro pasó a convertirse en el Museo de la Pesca Tradicional, una colección de piezas originales cuyo objetivo es reflejar la importancia histórica de la pesca en este territorio. Además, las vistas desde este punto se revalorizan exponencialmente durante las horas crepusculares del día.