Los amantes del queso tienen una visita obligada al corazón de Fuerteventura porque allí se encuentra la cuna del queso majorero, uno de los productos más valorados de la gastronomía canaria. Se elabora con leche de cabra de raza majorera y cuenta desde 1996 con denominación de origen. En 2012 fue reconocido como uno de los mejores quesos de cabra del mundo en el World Championships Cheese Contest, un famoso certamen que se celebra en EEUU y que es una gran referencia en el sector quesero.
Si quieres conocer uno de los estandartes de la comida típica de Fuerteventura, te sugerimos saborear sus matices y conocer un poco más acerca de este delicioso manjar.
De la leche de cabra al queso majorero
Los 100 km2 que ocupa la isla de Fuerteventura están integrados por paisajes eminentemente áridos y volcánicos, son el hábitat perfecto para la cría, alimentación y desarrollo de la cabra majorera. Aunque esta raza caprina se puede encontrar también en otras islas del archipiélago canario, es autóctona de Fuerteventura.
Esta raza de pelaje corto, cabeza grande, orejas largas y patas fuertes adaptadas a la aridez del terreno, se cría fundamentalmente para la producción de esta exquisitez canaria: el queso majorero. La base de su dieta, plantas endémicas de la propia isla, es lo que confiere su inconfundible sabor: suave, cremoso, con un punto de acidez y otro, muy leve, picante.
Pero su historia y producción no es reciente, sino que se remonta a la civilización prehispánica y aborigen de las islas Canarias: los guanches. En aquella época eran tres los alimentos componían la base de su alimentación: el gofio (un cereal de origen canario), la carne de cabra majorera y su leche, con la que también se elaboraba el queso.
El museo del Queso Majorero
Situado en el término municipal de Antigua, una visita al museo del Queso Majorero no sólo es una aproximación a este alimento y a la producción quesera de la isla, sino una inmersión plena en las tradiciones de Fuerteventura. Formado por tres espacios principales: el museo del queso, los molinos y el jardín, depara al visitante un apasionante viaje a la historia de la isla.
- Museo del Queso de Fuerteventura.
Recorre sus salas descubriendo, en primera instancia, el origen volcánico, la orografía, y la flora y fauna de la isla. Conoce los secretos de la cabra majorera y el resultado de la producción láctea: el queso majorero. Y, por último, no te vayas sin degustarlo y llevarte algún recuerdo de la tienda.
- El molino.
El molino de Antigua es de viento y era utilizado para moler el gofio de los vecinos del municipio, fue construido en el siglo XVIII a imagen y semejanza de los molinos de La Mancha. Durante muchos años, los molinos de Fuerteventura se convirtieron en un elemento clave del paisaje majorero, llegando a contarse hasta 1.000 molinos en toda la isla. Concretamente, éste forma parte del museo del Queso Majorero, y no puedes perder la oportunidad de visitarlo por dentro, ya que conserva la maquinaria original y, a veces, incluso lo ponen en funcionamiento como antaño. Es un espectáculo único.
- El jardín.
El complejo en el que se encuentra el museo del Queso Majorero es un espacio abierto, al aire libre y con muchas posibilidades. Un paseo por su jardín te permitirá descubrir nuevas especies de una de sus plantas más famosas: los cactus. No te pierdas el cardón de Jandía, un cactus exclusivo de Fuerteventura, y otras especies típicas de las islas Canarias como el asiento de suegra, el cardón canario o el drago.
El queso de Fuerteventura. Proceso de fabricación
Muy respetuosos con la tradición artesanal, el queso majorero se produce en los seis términos municipales que componen Fuerteventura: La Oliva, Puerto del Rosario, Antigua, Betancuria, Pájara y Tuineje. En cada lugar se unta el elemento más típico o característico de la zona. La técnica artesanal es la misma de antaño aunque se ha adaptado a las nuevas tecnologías de producción y estándares de calidad:
- Extracción de leche y filtrado. La extracción de la leche en la cabra majorera puede ser manual o mecánica, pero debe realizarse siempre en las mayores condiciones de higiene por el bien tanto del animal como del producto final.
- Cuajada. Para que la leche pase de su estado líquido al sólido se le añade cuajo. El proceso dura aproximadamente una hora, a temperaturas de entre 28 y 30 grados.
- Corte de la cuajada. Para obtener el tamaño de grano deseado, según se esté buscando un queso más tierno o más curado, se realizan diversos cortes en la cuajada. En este momento, también se aplica un primer prensado con el objeto de retirar el exceso de suero. Es lo que se conoce como desuerado.
- Modelado. Los moldes de plástico o metal en los que se introduce la pasta resultante están hechos con dibujos de hojas de palma para reproducir este motivo tan característico de los quesos majoreros, que lleva imprimiéndose desde tiempos ancestrales.
- Salado y maduración de las piezas. Se emplea sal marina, que puede estar húmeda o seca, y es el paso previo a la maduración. Las piezas permanecen posteriormente en una sala varios días, dependiendo de las necesidades de curación.
- Untado. Durante los días de maduración también se lleva a cabo el untado, que es lo que confiere las características especiales al queso: puede ser con pimentón, gofio, pimienta, aceite de oliva, etc., según la zona y la productora.
¿Dónde comprar queso majorero?
De norte a sur de la isla y a lo largo de sus seis términos municipales, encontrarás a tu paso más de 20 productores registrados de queso majorero donde poder adquirir este delicioso manjar gastronómico. Quesos de Tetir, Quesos artesanos “La Vista”, o Quesos Majoreros Julián Díaz, por ejemplo, son empresas familiares dedicadas a la fabricación de queso majorero según la tradición, y con leche exclusiva de sus cabras. Puedes encontrarlos en varios puntos de venta en tu recorrido de la isla.
Pero si hay una empresa productora famosa, esa es Grupo Ganaderos de Fuerteventura. Es una visita obligada si quieres deleitarte con uno de los quesos más premiados del mundo, su queso majorero Maxorata.