Además del turismo de sol y playa habitual, la isla de Fuerteventura también cultiva desde hace varios años la práctica de un senderismo de calidad. Señalizados y acondicionados con especial cuidado por la Red Insular de Senderos, los caminos y rutas de Fuerteventura suman cerca de 255 kilómetros de tramo transitable. Se trata de un total de 21 rutas diferentes –tanto en longitud como en dificultad–, que permiten al visitante conocer la isla en todas sus facetas: fauna, flora, geología o historia.

Así, las Pequeñas rutas (PF-FV) y los Senderos locales (SL-FV) que surcan la geografía majorera sirven como antesala de la Gran Ruta 131 (GR-131), un sendero internacional de larga distancia cuyo recorrido cruza Fuerteventura de norte a sur a lo largo de varias etapas. Tres parques naturales –Lobos, Corralejo y Jandía–, paisajes protegidos como el del Jable, pueblitos pesqueros y puertos con encanto como El Cotillo, o monumentos naturales como el pico de la Zarza son sólo algunos de los muchos tesoros que motivan la práctica del senderismo en Fuerteventura.

  1. Pequeñas Rutas de Fuerteventura: Morro Jable – Pico de la Zarza
  2. Los mejores senderos locales de Fuerteventura: El Cardón – El Tanquito
  3. Gran Ruta 131: La Pared – Risco del Paso

Pequeñas Rutas de Fuerteventura: Morro Jable – Pico de la Zarza

Comenzamos con la PR-FV 54, una de las seis Pequeñas rutas (PR) que guarda Fuerteventura en su haber. Con un recorrido de cerca de siete kilómetros de longitud, este sendero conecta la localidad de Morro Jable, situada al sur de la península de Jandía, con el pico de la Zarza, el punto más elevado de toda la isla con 807 metros de altitud.

A pesar de que su trazado está perfectamente señalizado con balizas, el importante desnivel de subida que entraña esta ruta garantiza un verdadero ejercicio de esfuerzo para quien la realiza. Sin embargo, las gratificaciones que el senderista encontrará por el camino compensarán el esfuerzo sobradamente. Además de las vistas espectaculares que esconde la cima –con especial mención a la interminable playa de Cofete, en la costa de Barlovento–, todo el trayecto estará repleto de oportunidades para contemplar hermosos ejemplos de la flora endémica de la isla: el cardón de Jandía, una suerte de cactus convertido en símbolo de Jandía, es el más importante.

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Pareja haciendo senderismo en Fuerteventura.

Por su parte, el trayecto se adentra desde muy temprano en el desértico Parque Natural de Jandía, un área de especial sensibilidad ecológica que también ha sido declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), por la profusión de especies aviares que anidan y crían en ella. Y como Fuerteventura no hace más que sumar reconocimientos, cabe destacar que la isla, declarada Reserva Starlight por la Unesco en 2015 –dadas sus buenas condiciones de iluminación natural–, esconde verdaderos observatorios de estrellas en lugares como el pico de la Zarza.

Los mejores senderos locales de Fuerteventura: El Cardón – El Tanquito

A continuación, nos interesamos por uno de los seis senderos locales que recorren Fuerteventura. Se trata del SL-FV 53, un recorrido de tan sólo 4 kilómetros que nos permite conectar el pueblo de El Cardón, situado en el interior del Parque Rural de Betancuria, con la ermita de la Virgen del Tanquito, excavada en una cueva a los pies del Monumento Natural Montaña del Cardón.

 

 

Dicha ruta resulta muy recomendable para aquellas familias con niños, puesto que, además de su corto recorrido, la misma está repleta de anécdotas y leyendas muy vinculadas a los antiguos habitantes de la isla. Sin ir más lejos, el propio sendero coincide con la ruta que los devotos de la virgen del Tanquito, surgidos a principios del siglo XX tras el hallazgo de una supuesta virgen grabada en la roca, realizan cada año desde la ermita hasta el pueblo.

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Hombre haciendo senderismo en Fuerteventura.

La misma puede realizarse a pie desde El Cardón a través de la carretera FV-618. Más adelante, un pequeño camino de tierra rodeado de antiguos invernaderos y gavias abandona la carretera y nos conduce directamente al área de descanso donde se encuentra la ermita. Allí es donde se celebra todos los años la romería en honor a la virgen. Una vez aquí, también podremos decidir si finalizamos nuestro día de senderismo o, por el contrario, continuamos ascendiendo hasta la cima de la Montaña Cardón. Si bien, la primera parte resulta sumamente sencilla de realizar, el ascenso hasta el pico se vuelve duro.

Gran Ruta 131: La Pared – Risco del Paso

Y ahora sí, llegamos a la Gran Ruta 131, un sendero que, además de conectar todas las islas Canarias, se integra dentro del Sendero Europeo E7, de más de 5.000 kilómetros de distancia. Desde Rumanía hasta el archipiélago canario, el GR-131 vendría a ser la última gran etapa de este gigantesco viaje.

A su vez, el GR-131 se encuentra dividido en nueve etapas que permiten unir el norte y el sur de Fuerteventura a lo largo de 253 kilómetros de ruta. Desde el mismísimo islote de Lobos, en la punta más septentrional de la isla, hasta Punta de Jandía, en el extremo sur, el abanico de posibilidades es amplio y bien surtido en cuanto a paisajes de refiere.

En esta ocasión, vamos a recorrer virtualmente la séptima etapa, aquella que discurre desde la playa de La Pared hasta la playa del Risco del Paso. En total, 18 kilómetros de recorrido a través del jable nororiental del Parque Natural de Jandía, el cual separa la costa de Barlovento de la de Sotavento. Estos conjuntos llanos de arenas móviles confieren al paisaje un aire desértico, solamente contrastado por el verde oscuro de los característicos cardones. De hecho, los primeros 10 kilómetros de esta ruta discurren paralelos a la costa norte a través del Camino de los Presos, una carretera construida por los presos políticos del régimen franquista que hoy permanece medio oculta bajo las arenas del mencionado jable.

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Mujer dando un paseo por una playa de Fuerteventura.

A partir de cierto momento, el camino gira hacia el sur y enfila su descenso hasta las tierras bajas de la costa de Sotavento. Los últimos 8 kilómetros dejan de ser de arena para convertirse en una pista de tierra con mayor vegetación a su alrededor. Estamos asistiendo al límite natural entre la llanura dunar y los barrancos terrosos del sur insular. A la altura del barranco de Pecenescal, habitualmente visitado por pastores de la zona, es cuando comienzan a divisarse las casas dispersas del Risco del Paso, asomadas todas ellas a su playa homónima. Aquí es donde termina la ruta y, si lo deseamos, da comienza un día de sol y playa con los amigos.