Calella es uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava que llama la atención incluso antes de llegar por sus casitas blancas y el contraste con el azul intenso del mar. Además, es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía de la zona y descubrir los pequeños tesoros que guarda en su centro histórico. Dicen que en uno de sus hoteles, Joan Manuel Serrat escribió la famosa canción de Mediterráneo inspirado por todo lo que vio.

  1. La historia de este pueblo de pescadores
  2. El casco antiguo de Calella, una rara avis en la región
  3. Los jardines de Cap Roig, un lugar lleno de leyendas
  4. Las mejores playas de la zona que no te puedes perder
  5. Los mejores miradores de Calella para disfrutar del amanecer
  6. Los senderos que recorren este enclave
  7. Dónde comer erizos de mar en Calella

La historia de este pueblo de pescadores

Calella es una pedanía de Palafrugell que hasta hace menos de 20 años no llegaba a los mil habitantes y ahora es uno de los pueblos turísticos más bonitos de la zona. La mayoría de sus vecinos son herederos de las familias de pescadores que se instalaron en este punto en el siglo XVIII, buscando un puerto que diera salida a los productos de la región de La Bisbal, pero al mismo tiempo que tuviera una buena defensa para evitar el ataque de los piratas que se repetían en toda la costa.

De hecho, la importancia del puerto de Calella fue tal que llegó a tener su propia autoridad aduanera para controlar las mercancías que entraban y salían en barcos cada vez de mayores dimensiones.

A finales del siglo XIX, algunos miembros de la burguesía catalana descubrieron la bondad de los baños de esta costa, donde ya era típico bajar a pasar el domingo a las calas, y empezaron a construir sus casas pero en las afueras del pueblo manteniendo el centro en su forma original.

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El casco antiguo de Calella, una rara avis en la región

El centro de Calella es uno de los mejor conservados de toda la Costa Brava, lo que ha convertido a este pueblo en uno de los más bonitos para recorrer. Su entramado de calles estrechas se mantiene rodeado de las tradicionales casas blancas de dos pisos, decoradas de flores en todas sus ventanas y balcones y con una cubierta de teja que las hacen muy especiales.

Se trata de las antiguas viviendas de los pescadores que se han conservado tal cual durante estas décadas creando un encanto único que atrae a muchos turistas. Dos de sus calles más bonitas son las de Les Voltes y Gravina, donde es imposible cruzarlas sin fotografías hasta el último detalle.

Dentro del casco antiguo, no podemos perdernos la visita de la Iglesia de Sant Pere, de finales del siglo XIX, que con su torre cuadrada y su estilo sencillo se integra perfectamente en la esencia de Calella.

Los jardines de Cap Roig, un lugar lleno de leyendas

Estos jardines son famosos en toda la Costa Brava no sólo por sus increíbles vistas sobre el mar Mediterráneo en contraste con la piedra roja. Tampoco por las más de 1000 especies diferentes provenientes de todo el mundo que se pueden ver durante su visita; sino sobre todo por la bonita historia de amor que lo hizo posible.

jardines de Cap Roig

Situado a las afueras de Calella, los jardines de Cap Roig pertenecieron a un coronel ruso, Nicolai Woevodsky, y a su mujer, la aristócrata inglesa Dorothy Webster, que buscaban un lugar único en esta costa para instalarse.

Aficionados a la decoración, a la historia y a la belleza, en 1927 llenaron estas 17 hectáreas de especies diversas y construyeron un castillo en piedra autóctona que los ha unido para siempre con Calella. No en vano pidieron incluso que se les enterrara aquí.

Tras su muerte, la finca fue adquirida por varias instituciones que han convertido el castillo en uno de los escenarios clave del importante festival de música que se celebra cada verano en Calella de Palafrugell donde han actuado desde Lady Gaga a Elton Jonh.

Las mejores playas de la zona que no te puedes perder

Además de la mítica playa de Port Bo, donde hay una arcada que se convirtió en el icono de Calella durante algunos años y descansan las barcas de los pescadores, también hay muchas pequeñas calas y zonas de baños que tenemos que visitar por la belleza natural de los enclaves.

Justo pegado a Port Bo y sólo separadas por la roca de La Trona, está la playa del Canadell, un lugar muy concurrido por familias y donde encontramos otra de las tradiciones de este pueblo que son los porches donde guardaban las barcas, pintados de distintos colores, muchos de los cuales se han convertido ahora en chiringuitos.

Pero merece mucho la pena darse una vuelta por la costa del pueblo para descubrir pequeños rincones de aguas cristalinas como la cala d’En Calau, Port Pelegrí, La Platgeta, Sant Roc o Els Canyers.

playa de Port Bo
Playa Port Bo

Los mejores miradores de Calella para disfrutar del amanecer

Calella no sólo es bonita a nivel del mar sino que merece mucho la pena caminar un poco para subir a las alturas y disfrutar de las vistas. Uno de los miradores más famosos es el de Manel Juanola i Reixach, el farmacéutico de Palafrugell que inventó las famosas pastillas Juanola. Este saliente rocoso es un lugar único para disfrutar del atardecer cualquier día o simplemente sentarse a dejarse llevar por el sonido del agua y los rayos del sol.

El mejor lugar para tomar una foto de todo Calella es, sin duda, la Punta dels Burricaires, entre Port Pelegrí y La Platgeta. Este entrante que termina en un asiento circular con la bandera catalana es el mejor lugar para entender el alma de un pueblo que vive entre la serenidad del Mediterráneo y la belleza de las rocas.

Los senderos que recorren este enclave

Entre las rutas más famosas que podemos hacer desde Calella está el Camino de Ronda. Se trata de 1,5 kilómetros de un amplio paseo que bordea la costa, a veces por tramos muy rocosos, pero que ofrece unas vistas del pueblo y de las playas inolvidables.

También podemos optar por otras rutas que nos llevan de una impresionante cala a otra, por un camino en el que descubrir los tesoros naturales de esta costa. Así podemos ir desde El Golfet a San Roc, o de Cala Pedrosa a Aigua Xelida o de los Tres Pins a San Sebastián.

Calella de Palafrugell

Dónde comer erizos de mar en Calella

Uno de los productos más típicos de la zona es el erizo de mar o garota y Calella es uno de los mejores lugares para probarlos. Podemos encontrarlos en muchos chiringuitos de playa y también en algunos de los mejores restaurantes de la zona. Pero no es lo único que tenemos que probar en esta parte de la Costa Brava: no podemos perdernos sus típicos mar y montaña y los pescados frescos que salen todos los días del mar.

Entre los mejores lugares de Calella para disfrutar de esta gastronomía está La Blava, con unas increíbles vistas al Mediterráneo, igual que Sol i Mar.

Para tapear tenemos Calau y algunos de los bares que se abren en el centro del pueblo y que nos servirán para hacer una parada perfecta durante nuestra visita.