Existe un recorrido de 200 kilómetros que transcurre por el litoral de la Costa Brava en Girona y que une las localidades de Blanes y Portbou: el Camí de Ronda. Su origen se remonta a la época en la que el Real Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras de España -creado en 1829 para vigilar el litoral, siendo la Guardia Civil quien asumió sus funciones a partir de 1940- hacía la “ronda” (de ahí el nombre) para controlar que no llegasen contrabandistas a la costa.
Este camino costero, que se recorre principalmente en dos rutas (una circular y otra lineal) se puede hacer en cualquier época del año y a pie, debido a sus senderos estrechos y con desnivel.
El Camino de Ronda gerundense ofrece bellos paisajes agrestes de la abrupta geografía de la Costa Brava en los que se suceden calas, miradores y acantilados, y atraviesa poblaciones que bien merecen una parada para visitarlas o para hacer un descanso.
Rutas
Aunque existen diversos trazados que discurren por parte del Camí de Ronda, este histórico recorrido se suele realizar principalmente en dos rutas: una lineal, de 43 kilómetros, y otra circular, de 140 kilómetros.
Ruta lineal
La ruta lineal que proponemos por el Camino de Ronda por la costa de Girona va desde las localidad de Sant Feliu de Guíxols hasta Begur. Son 43 kilómetros en total que se pueden hacer en dos días.
La primera jornada, de 17,4 kilómetros, discurre entre Sant Feliu de Guíxols y Palamós. Esta etapa destaca por pasar por playas como la de Sant Pol o Sa Conca, por calas como la de Pi, Molí o Maset, o por lugares como Platja d’Aro.
La segunda jornada, de 25,6 kilómetros, discurre entre las poblaciones de Palamós y Begur. Admirar las vistas desde la cima del cap Gros, visitar las ruinas del Castillo de Sant Esteve en la playa de la Fosta, pasear por la playa del Castell -una de las pocas playas vírgenes de la Costa Brava-, o entrar en el Jardín Botánico de Cap Roig -más de un millar de plantas- son algunos de los atractivos de esta segunda etapa que acaba en subida hasta llegar a Begur.
Ruta circular
Esta ruta circular que proponemos tiene como punto de partida y de llegada la ciudad de Girona. Son 140 kilómetros que se pueden hacer en ocho jornadas: Girona-Llagostera; Llagostera – St. Feliu de Guíxols; St. Feliu de Guíxols – Palamós; Palamós – Llafranc; Llafranc – Begur; Begur-La Bisbal d’Empordà; La Bisbal d’Empordà – Els Àngels; Els Àngels – Girona.
Esta senda recorre el macizo de les Gavarres, pasa por la Costa Brava y finaliza de nuevo en Girona por la plana de l’Empordanet y la cima del Santuari dels Àngels. Un ochenta por ciento de la ruta transcurre por espacios naturales protegidos.
La Ermita de Sant Elm como mirador hacia la costa, los pueblos de Pals y Peratallada o la montaña de Sant Miquel son algunos de los puntos más destacados de la ruta circular del Camí de Ronda.
Pueblos más bonitos
Quien se aventure a realizar una de las dos rutas del Camino de Ronda tendrá la oportunidad de conocer algunos de los pueblos más bonitos de la provincia de Girona y de la Costa Brava catalana.
De entre todos, destacamos los tres siguientes:
Platja d’Aro
Platja d’Aro, situado en pleno corazón de la Costa Brava, forma parte del municipio Castell-Platja d’Aro. Es uno de los pueblos en los que el turista puede detenerse si realiza la ruta lineal de un solo día del Camí de Ronda por el litoral de Girona.
Además de contar con una playa de dos kilómetros de extensión, pequeñas calas con encanto y restos de una villa romana del siglo I antes de Cristo, destaca el Conjunto histórico del núcleo antiguo de Castell d’Aro, que está declarado como Bien Cultural de Interés Nacional ya que conserva calles y viviendas construidas entre los siglos XVI y XVIII, así como un castillo e iglesia que con el núcleo central de la urbe histórica.
Begur
Tras dejar atrás más de 40 kilómetros, el viandante que recorre la ruta lineal del Camí de Ronda, puede optar por descansar y pasar la noche en Begur, una localidad ubicaba en la costa meridional del Baix Empordá. También pasará por esta población quien opte por la ruta circular con inicio y final en la ciudad de Girona.
Enclavado en un paisaje escarpado y presidido desde lo alto por un castillo que data del siglo XV y que conserva parte de sus murallas y cinco torres de defensa, Begur alberga preciosas calas y playas. También destaca su núcleo urbano, donde se pueden ver casas coloniales de los indianos que se fueron a hacer “las américas”, así como antiguos barrios de pescadores donde ahora hay un puerto deportivo o complejos residenciales y turísticos.
Pals
Pasear por el litoral gerundense también es hacer un viaje en el tiempo. En algunos casos, a la Edad Media, como sucede con el municipio de Pals, ubicado en la comarca de Baix Empordá.
Esta localidad -junto con la de Peratallada-, es parada obligatoria de la ruta circular del Camí de Ronda por sus vestigios medievales. Calles estrechas y empedradas, murallas, torres, casas de piedra…, son elementos característicos de la villa medieval de Pals. Entre sus monumentos, destacan la Torre de las Horas, desde donde se pueden contemplar unas vistas panorámicas de la zona, así como la iglesia románica de Sant Pere que data del siglo XI.
En cuanto a sus encantos naturales, la playa de Pals es destino de windsurfistas o amantes del kite-surf y, si es turista tiene tiempo, merece la pena pasear junto a sus humedales y sus famosos arrozales -es conocido el arroz de Pals-.