Situado en lo más alto de la sierra de Verdera, junto a la localidad de El Port de la Selva, el Monasterio de Sant Pere de Rodas forma, junto con el poblado de Santa Creu y el castillo de Sant Salvador de Verdera, uno de los conjuntos monumentales más significativos del Medievo en Cataluña. En su día, este monasterio fue el más importante del condado de Empúries, tanto por el protagonismo de sus abades como por ser un centro de peregrinaje.  

Sin embargo, y a pesar de haber sido en su momento uno de los centros de poder espiritual, político y económico más importantes de su tiempo, la comunidad de Sant Pere de Rodes casi nunca superó la veintena de monjes benedictinos.  

La entrada al conjunto monumental de Sant Pere de Rodes cuesta 6 euros, aunque hay tarifas reducidas, incluso gratuitas, para determinados colectivos: pensionistas, estudiantes, familias numerosas, desempleados, etc. Además, la entrada es libre el último martes de cada mes, entre el 1 de octubre y el 30 de junio.  

 

  1. Historia del Monasterio de Sant Pere de Rodes
  2. Que puedes ver en tu visita al Monasterio
  3. Actividades culturales y exposiciones
  4. Mirador y vistas panorámicas
  5. Qué ver en los alrededores
  6. Mejores hoteles de la provincia de Girona

Historia del Monasterio de Sant Pere de Rodes 

Desde el momento mismo de su fundación, el Monasterio de Sant Pere de Rodes gozó siempre de la protección de los condes de Empúries, que le otorgaron tierras y privilegios. En el año 944 se convirtió en abadía. Entre sus dominios, se encontraba Santa Creu de Rodes, un pueblo entregado al comercio y a la artesanía que atendía las necesidades del monasterio y que gozó de una gran prosperidad durante los siglos XII al XIV, sobre todo por las peregrinaciones. En el siglo XVIII, las guerras, los saqueos y la mala situación económica, debido a las malas cosechas y a las epidemias, hicieron que Santa Creu y el monasterio fueran abandonados. Durante el siglo XIX y parte del XX, el edificio sufrió un deterioro progresivo y la consiguiente expoliación, hasta que en 1930 fue declarado Monumento Artístico Nacional y comenzaron las primeras obras de restauración. Hoy es uno de los monumentos con más visitantes de España. 

 

Qué puedes ver en tu visita al Monasterio 

El elemento más importante del conjunto monumental de Sant Pere de Rodes es la iglesia del monasterio, ya que constituye un ejemplo excepcional del románico catalán. El templo, que destaca por su riqueza ornamental y por la maravillosa y casi desaparecida portada de mármol del maestro Cabestany, fue levantado entre los siglos X y XI para acoger a los peregrinos. Hay que tener en cuenta que la iglesia se construyó en una pendiente de la montaña, por lo que hubo que rebajar la roca en el sector sur del templo y rellenar desniveles de hasta cuatro metros para equilibrar el edificio.  

Además de la iglesia, en Sant Pere de Rodes hay muchas más cosas que ver. Por ejemplo, la bodega con bóvedas y arcadas del siglo XVII, la cripta, el claustro inferior del siglo XI, que fue descubierto en 1989 durante unas excavaciones, y el claustro superior, del siglo XII, considerado el corazón del monasterio benedictino y hoy prácticamente reconstruido. 

El monasterio conserva todavía la Sala Capitular, del siglo XII, donde el abad se reunía con la comunidad de monjes y despachaba los asuntos importantes del monasterio, si bien este espacio no se puede visitar. Sí está abierto al público, sin embargo, el Refectorio, destinado al comedor comunitario y a la cocina y que estaba comunicado con los huertos.  

La portería, delimitada por la torre del campanario y la torre de defensa, conectaba la vida claustral del monasterio con el mundo exterior con una puerta que comunicaba con la plaza. A su lado, estaba la despensa, que contaba con una fresquera y un depósito que transportaba el agua desde los huertos hasta una fuente situada en el claustro.  

Conviene disfrutar también de la torre de Sant Miquel, construida junto a la iglesia, que tuvo una función original de campanario, si bien con el tiempo se convirtió en una capilla para celebrar ceremonias de los monjes. Del Palacio del Abad, un edificio gótico de tres plantas, hoy sólo se puede ver la fachada exterior. Recientemente, en 1989, se descubrió aquí un tesoro numismático con 658 monedas de oro y plata datas entre los siglos XIV y XV que se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. 

Actividades culturales y exposiciones 

En el interior del Monasterio de Sant Pere de Rodes se realizan, durante todo el año, diversas actividades culturales y exposiciones temporales que tienen que ver con la cultura y la historia del conjunto monumental. Recientemente se ha organizado una actividad temporal bajo el título “Federica Dalmau, la primera ‘influencer’ de la historia”. También se celebran catas de vino amenizadas con representaciones teatrales protagonizadas por personajes históricos vinculados con las bodegas de la zona. Y se pueden reservar visitas nocturnas y visitas teatralizadas al monasterio. 

 

Mirador y vistas panorámicas 

Es muy importante que te dirijas al mirador del Monasterio de Sant Pere de Rodes, situado junto a la torre de defensa, porque desde aquí tendrás una vista espectacular de la costa norte del cabo de Creus, del castillo de Sant Salvador y de la zona de los antiguos huertos del monasterio. Descubrirás también que, en su día, los huertos comunicaban con las zonas del interior del complejo monumental con las que guardaban relación, como los establos, los talleres, la cocina, la despensa y el refectorio. 

 

Qué puedes ver en los alrededores 

El conjunto monumental de la sierra de Rodes, protagonizado por el Monasterio de Sant Pere, se complementa con otros monumentos y edificaciones de interés histórico que permiten comprender mejor la importancia de la abadía como centro de poder feudal. Es muy importante ver lo que queda del castillo de Sant Salvador de Verdera, del siglo XI, muy vinculado a la historia del monasterio. Todavía se pueden contemplar sus estructuras defensivas, una cisterna y una letrina medieval, además de una vista espectacular de la llanura ampurdanesa. Del pueblo de Santa Creu de Rodes, que fue abandonado en el siglo XVI, sólo quedan las partes más bajas de algunas casas, algunas calles y los dos portales de la muralla que rodeaba la vida. Sí se ha recuperado la vecina iglesia de Santa Elena de Rodes, expoliada durante el siglo XIX y restaurada en 1992.  

También conviene observar otras edificaciones vinculadas al monasterio, como el Hospital, una estructura de dos pisos que se utilizaba como hospedería para peregrinos. O lo que queda de las terrazas que se hicieron en el momento de apogeo del cultivo de la viña o la acequia en piedra seca que conducía el agua de la montaña hasta los huertos. Hay otro lugar interesante conocido como Coll del Bosc, desde el que se domina el pueblo de La Selva de Mar, el valle de Sant Romà y la costa norte del cabo de Creus. Y si puedes, acércate y refréscate con el agua helada de la Font dels Monjos, situada en un paraje cubierto por plátanos centenarios. 

Mejores hoteles en la provincia de Girona 

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