Centro de Girona
El Centro de Girona es pequeño, recoleto, lleno de atractivos monumentales y artísticos, restaurantes y tiendas de todo tipo. Y lo mejor es que, pese a los desniveles existentes en su barrio alto, en torno a la Catedral y las murallas, es muy sencillo recorrerlo a pie.
A nivel administrativo el Centro de Girona se divide en tres barrios: el Barrio Viejo (conocido también como Barri Vell o Call Jueu), que es donde se concentran la mayor parte de los monumentos y donde están las calles y plazas más antiguas; Mercadal, que corresponde con el ensanche acometido en la época medieval, al otro lado del río Onyar, con muchas calles peatonalizadas y repletas de tiendas, bares y restaurantes; y la zona del Carme, al Sur de los anteriores y de carácter residencial.
Algo más de 10.000 habitantes viven en esta zona, que geográficamente no ocupa exactamente el centro de la ciudad, pero que desde el punto de vista histórico sí supone su núcleo originario. Es decir, el lugar donde nació Girona y desde donde, conquistando los márgenes del Onyar, se fue extendiendo hasta conformar el municipio actual.
Aunque el primer núcleo de población data de la época íbera y está en lo que hoy se conoce como El Llano de Girona, lo cierto es que la fundación de la actual urbe y de su Centro tuvo lugar en año 77 antes de nuestra era, cuando el romano Pompeyo levantó una construcción defensiva, aprovechando el desnivel del terreno sobre la Vía Heráclea, a la que denominó Gerunda.
El periodo de mayor esplendor del Centro de Girona coincidió con la Edad Media, tras el dominio musulmán (finales del VIII) y se prolongó, aproximadamente, hasta el siglo XVII. Aquí estuvo la sede de una de las escuelas cabalísticas judía más importantes de su tiempo, lo que demuestra la relevancia que adquirió la comunidad hebrea en la ciudad, concentrada en la judería. Ésta es, sin duda, una de las zonas mejor conservadas y llamativas Europa y su laberíntico callejero regala imágenes impagables. Además, sobre el solar de lo que fue una de las sinagogas se ha levantado el Museo de los Judíos de Girona, de más que recomendable visita.
También muy llamativa es la Catedral y su imponente escalinata de acceso desde la calle de la Força, tan conocida en todo el planeta gracias a que aquí se rodaron impresionantes escenas de la serie de HBO “Juego de tronos”. Y no menos espectacular es el amplio paseo por las murallas medievales, que regala las que, sin duda, son las panorámicas más impresionantes del centro histórico y el resto de la ciudad.
A ello hay que sumar monumentos tan valiosos como los Baños Árabes, el monasterio de Sant Pere de Galligant y la iglesia de Sant Feliu, con su imponente torre-campanario.
Extramuros y en la parte baja de la ciudad, en el barrio de Mercadal, la imagen más representativa la brinda el llamado puente de Eiffel (oficialmente de les Peixateries Velles) que conecta los dos principales barrios del Centro de Girona y que, sobre todo al atardecer, regala impagables vistas a las coloristas Casas del Onyar. Son todo un símbolo para la ciudad y una referencia constante en las principales redes sociales.
Como ya hemos comentando en este barrio de Mercadal se concentra buena parte de la oferta de compras de Girona, así como algunos de sus restaurantes más destacados. Y también merece una visita el Museo del Cine, Colección Tomàs Mallol, con una variada muestra de objetos, aparatos y carteles de películas.
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