El pueblo marinero de Agaete, al noroeste de Gran Canaria, tiene multitud de razones para estar orgulloso. En primer lugar, es uno de los asentamientos más antiguos de la isla, no sólo por los testimonios de los conquistadores cristianos del siglo XV, sino porque ya era un importante núcleo poblacional en su pasado aborigen, como atestigua la cercana necrópolis de Maipés, uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes de la isla.
Otro motivo de orgullo para los más de 5.700 agaetenses o “chanos” (como se les conoce en Gran Canaria) es precisamente su carácter afable y parlanchín, así como la belleza de sus casas blancas y de sus cuidadas callejuelas o el exquisito aroma y sabor del café que en sus animados bares preparan.
El municipio, que dista tan sólo 32 kilómetros de Las Palmas por la carretera del Norte, también cuenta con un entorno natural privilegiado. Agaete está asentado en un valle fértil rodeado de vegas, así como de impresionantes montañas y acantilados desgastados por la erosión de la roca volcánica en su batalla con el mar. Recorramos la zona y disfrutemos de las múltiples atracciones del municipio.
Qué ver en Agaete
El mejor punto de partida para conocer la zona es recorrer a pie el municipio de Agaete. El elemento vertebrador de la localidad es la atractiva y serena plaza de la Constitución, donde se ubica la iglesia de la Concepción, templo de 1875 que reemplazó a otro anterior destruido por el fuego.
Detrás de la iglesia se encuentra el Museo Etnográfico La Rama, de reciente creación, que rememora la importante festividad a la que debe su nombre y que se celebra a primeros de agosto. Lo más relevante de este museo es constatar las profundas raíces de rituales guanches que se han mantenido en esta festividad.
Dejando atrás la plaza y andando por la calle principal, en el margen del barranco se encuentra el Huerto de las Flores. Se trata de un coqueto jardín prácticamente oculto que fue creado por una importante familia de la zona, que después pasó a titularidad municipal. Cuenta con multitud de especies de plantas exóticas tropicales y caribeñas que han conseguido adaptarse a la zona gracias al buen clima y a sus aguas ferruginosas. El lugar se puede visitar por las mañanas y es estupendo para abandonarse en soledad ante su exuberancia.
En las afueras del pueblo, penetrando por el fértil valle de Agaete, se encuentra la necrópolis de Maipés, uno de los yacimientos del pasado aborigen más importantes de la isla. No es para menos, Agaete era uno de los núcleos más destacados de lo que se conoció como el Guanartemato de Gáldar. La necrópolis tiene unas 645 estructuras tumulares de dimensiones y tipologías muy variadas. Algunas de las tumbas datan de hace más de 1.300 años. La necrópolis abre al público, con la posibilidad de visitas guiadas, de 10 a 17h, de martes a domingo.
Otro lugar en las afueras del municipio digno de visitar, si se tiene ocasión, es la Casa Fuerte. Se trata de la fortaleza que sirvió como refugio y base de operaciones a los conquistadores castellanos Alonso de Lugo y Fernán Peraza para conquistar la isla en 1481. El insigne historiador canario Millares Cubas asegura que en este edificio se retuvo al Guanarteme de Gáldar antes de ser enviado ante los Reyes Católicos. A pesar de todo, el lugar se encuentra en estado de abandono.
Puerto de las Nieves en Gran Canaria
El Puerto de las Nieves se encuentra a un kilómetro de Agaete. Es el punto más cercano entre Gran Canaria y Tenerife, lo que ha hecho proliferar un continuo trasiego de enormes ferrys que ha terminado por generar un paulatino impacto ambiental en la zona.
Con todo, aún conserva el saludable aroma del antiguo barrio marinero que un día fue: lo que se percibe en el perfil blanco de sus viviendas, su delicioso paseo de los Poetas, la estupenda lonja en la que comprar pescado fresco o los calmados de pescadores que elevan sus cañas en la zona del muelle viejo. La práctica del submarinismo en las inmediaciones del Roque Partido, anteriormente conocido como Dedo de Dios, o los económicos y estupendos restaurantes frente al muelle son razones suficientes para disfrutar del Puerto de Agaete.
Las vistas desde el puerto de los impresionantes acantilados que se abren en dirección sur, junto con el Risco Partido, resultan sobrecogedoras. Anteriormente conocido como el Dedo de Dios, esta singular estructura colapsó, quedando mutilada en noviembre de 2005, como consecuencia de la tormenta tropical Delta.
Entre los reclamos culturales del Puerto está la interesante ermita de Nuestra Señora de las Nieves, terminada en la segunda mitad del siglo XVI, con frontis neoclásico y artesonado mudéjar. Su principal tesoro es un tríptico flamenco de Nuestra Señora de las Nieves del pintor Joos van Clever pintado en torno a 1515.
Playas y piscinas naturales de Agaete, en Gran Canaria
Al tomar la carretera en dirección a la Aldea de San Nicolás –y recorrer la costa oeste hacia el sur– se llega a las dos playas más bellas del municipio. Guayedra es un increíble circo natural rodeado de riscos que bajan vertiginosos desde más de 1.400 metros de altura.
En las inmediaciones se encuentra el agradable pinar de Tamadaba. En caso de bajar a esta playa hay que extremar la precaución, ya que la virulencia de las corrientes puede desviar nuestro baño hacia peligrosas zonas rocosas. Es una playa de arenas negras frecuentada por nudistas y jóvenes campistas.
La playa del Risco se encuentra en el barrio con el mismo nombre. Al igual que la anterior, es muy peligrosa por las corrientes y es bastante común verla atestada durante los fines de semana.
Piscinas naturales de las Salinas de Agaete
Un desvío a medio camino de la calle del Muelle, que sale de Agaete y rodea el Puerto de las Nieves hasta llegar a su puerto, lleva al aparcamiento de las piscinas Las Salinas. Son tres piscinas naturales protegidas frente al mar por pilotes de hormigón, cual almenas de un castillo. Las piscinas de las Salinas, ideales para toda la familia, están conectadas por tubos volcánicos, disponen de solarium, bar y todo tipo de facilidades para su acceso. Las vistas desde estas zonas de baño pueden llegar a ser impresionantes con la silueta del Teide asomando sobre el Atlántico.