En la zona norte de Gran Canaria, a tan sólo 17 kilómetros de la capital insular, encontramos el pequeño municipio de ArucasArehucas, si nos remontamos al topónimo aborigen—. Limitado por los municipios de Moya y Firgas al oeste, Teror al sur y Las Palmas al este, el territorio administrativo de Arucas se divide en un total de 14 barrios, que juntos suman más de 37.000 habitantes. El encantador casco histórico de su capital municipal —también denominada Arucas—, data de finales del siglo XV, cuando la conquista castellana de la isla trajo consigo la destrucción del asentamiento original prehispánico para, acto seguido, reconstruirlo de nuevo en torno a la ermita de San Juan. Hoy, esta pequeña ermita ha desaparecido, pero sobre sus cimientos se erige la actual iglesia de San Juan Bautista —conocida popularmente como la Catedral de Arucas—, una de las joyas arquitectónicas de Canarias, y símbolo por excelencia del municipio.

Por su parte, el municipio de Arucas goza de innumerables atractivos naturales y etnográficos que merece la pena visitar. Mientras que el ascenso a la montaña de Arucas nos regala vistas espectaculares desde su mirador, un paseo por la costa nos revela bonitas playas con interesantes spots surferos. Asimismo, el paisaje aruquense se completa con su famosa fábrica de ron Arehucas, con los extensos cultivos de las plataneras, con las canteras y su representativa piedra azul; o con las suculentas tapas, a base de pescado y marisco, que colman las mesas de bares y restaurantes en cada barrio.

La iglesia-catedral de Arucas

A medida que nos acercamos a la ciudad de Arucas desde Las Palmas, resulta sencillo divisar en la distancia algunos de sus puntos de interés principales. En el caso de la parroquia matriz de San Juan Bautista, todo un símbolo del municipio aruquense, son sus espigadas y elevadas torres las que se encargan de revelarnos su presencia. Precisamente, el gran porte de este templo ha propiciado que muchos se refieran a ella como Catedral de Arucas, un rango que en realidad no le corresponde.

 

Arucas
Catedral de Arucas

Antes de la construcción de la actual parroquia, a principios del siglo XX, el solar sobre el que se asienta había permanecido dedicado al culto religioso durante siglos. Desde prácticamente la fundación de la ciudad alrededor de 1480, existió en estos terrenos una modesta iglesia dedicada a San Juan Bautista, la cual fue elevada al rango de parroquia en 1515; y restaurada sucesivamente al compás de los estilos arquitectónicos vigentes. Al filo del siglo XX, Arucas recibe, de la mano de la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, la categoría de ciudad; y se decide que es hora de reemplazar su antiguo templo por uno nuevo. Bajo la supervisión del arquitecto Manuel Vega March, en 1909 la parroquia comienza su construcción; y sólo 70 años más tarde la misma se declara terminada. Hoy en día, la parroquia es, tal vez, el mayor emblema de la ciudad; y su interior, una muestra indispensable del importante patrimonio histórico-artístico que atesora Gran Canaria —esculturas de origen italiano, pinturas de tradición flamenca y andaluza, obras del pintor barroco Cristóbal Hernández de Quintana, etc.—.

Ruta por la ciudad de Arucas, en Gran Canaria

Previa visita a la oficina de turismo (León y Castillo, 10), la verdad es que la Catedral de Arucas nos sirve como punto de partida para una ruta a pie por el casco antiguo de la ciudad. Ubicada en la céntrica plaza de San Juan, este templo comparte protagonismo con el Nuevo Teatro Viejo, un establecimiento emblemático, fundado a principios del siglo XX, que con el paso de las décadas ha servido como circo, gallera y cine; y en la actualidad, como teatro.

También, a menos de dos minutos a pie podemos visitar la plaza de la Constitución, lugar dónde se levantan los edificios del Ayuntamiento y del Mercado Municipal de Arucas. Ambos son ejemplos muy valiosos del estilo colonial canario de finales del siglo XIX. Y, algo más esquinada, pero en la misma plaza, también encontramos la famosa casa de Gourié —hoy en día, reconvertida en museo municipal—, edificada a principios del siglo XIX por la misma familia que fundaría, en 1884, la exitosa fábrica de ron Arehucas.

El siguiente punto de interés podemos encontrarlo en la casa y jardín del Marquesado de Arucas, un interesante conjunto arquitectónico de 1911 ubicado al norte, en las afueras de la ciudad. Abierto al público por el Ayuntamiento, el jardín botánico que rodea la casa exhibe un trazado de estilo romántico, con estanques y flora exótica que merece la pena recorrer.

Mirador de la Montaña de Arucas, playas y otros planes

Una vez que hayamos visitado el casco antiguo, seguramente querremos conocer otros puntos del municipio. En este sentido, Arucas posee propuestas de muy distinta índole:

Por un lado, podemos ascender a la montaña de Arucas, un antiguo cráter volcánico rellenado artificialmente a mediados del siglo XX a fin de construir en la cima un mirador y un restaurante. Desde lo alto de la montaña, podemos contemplar tanto la capital insular a sus pies; como la isla de Tenerife, coronada por el volcán del Teide, en la lejanía.

Arucas
Vistas de Arucas

Por otro lado, la costa de Arucas alberga playas muy diversas a las que se puede acceder rápidamente a través de la carretera de la costa (CG-2). Podemos elegir entre playas populares como la de San Andrés, con 450 metros de arenal y oleaje tranquilo; o playas surferas como la de Los Enanos. Y si lo que buscamos son zonas de baño tranquilas, siempre podemos acudir a las piscinas naturales de Los Charcones, ubicadas en las inmediaciones del Puertillo de San Andrés.

 

Por último, si lo que buscamos es una actividad no tan deportiva sino más cultural, entonces las Cueveras de Tenoya son la opción perfecta. Este conjunto de cuevas artificiales, ubicado en el barranco de Tenoya, nos revela un auténtico poblado prehispánico. A través de numerosas y diferentes estancias excavadas en la roca, resulta posible conocer los usos y las costumbres de la población aborigen que ocupaba la zona.

Dónde y qué comer en Arucas

La gastronomía aruquense destaca por conjugar el pescado y el marisco de sus costas con las verduras y hortalizas propias de sus campos de cultivo. Así, podemos encontrarnos con platos típicos como los mejillones, los salmonetes y el abade a la espalda; y, al mismo tiempo, con potajes suculentos como el de berros, a base de ingredientes de la tierra como las habichuelas, el maíz, la batata o la piña. También destacan productos típicos como el ron miel de Arehucas, los plátanos, las galletas y las pastas, o los chocolates. Conviene saber que, si queremos adquirir alguno de estos productos, la ciudad de Arucas acoge cada sábado por la mañana la celebración de un mercadillo al aire libre en su parque de la Paz.

 

En lo que respecta a restaurantes, en el barrio de Visvique, por ejemplo, podemos comer en el emblemático restaurante Grill Casa Brito (Pasaje Ter, 17), un local rústico que, desde su inauguración en 1998, no ha dejado de ofrecer carnes de calidad cocinadas con esmero en su parrilla de leña. Asimismo, en la capital municipal podemos acudir al restaurante De Enyesque Arucas (Juan de Bethencourt, 38), un íntimo restaurante cuya ambientación típicamente canaria acompaña una carta a caballo entre la tradición y la nueva cocina.

Parque Municipal de Arucas

El recoleto pulmón verde de Arucas, hoy parque público, tuvo un origen privado. De hecho, esto fueron los jardines del Mayorazgo de Arucas, comprados por la familia Gourié tras la Desamortización de Mendizábal. Éstos construyeron junto a los jardines una bonita residencia, que hoy es uno de los edificios más representativos de la ciudad.

El parque se diseñó con el concepto paisajístico típico de finales del siglo XIX y principios del XX, en el que lo botánico se complementa con detalles constructivos a base de azulejos, ladrillo y mármol. En cuanto a las plantas, son destacables las especies autóctonas que crecen aquí junto a muchas otras variedades cuyo origen está en países tropicales y que aquí se han aclimatado a la perfección.

Tan impactante como lo que hay dentro del parque son las vistas desde su amplia terraza, con el Océano Atlántico, abajo, la imponente montaña de Arucas y los campos de cultivo que rodean la ciudad como protagonistas.

Heredad de Aguas de Arucas y Firgas

En una isla sin ríos ni demasiados recursos hídricos, la buena gestión del agua no es un capricho sino una necesidad de supervivencia. Esto explica la existencia de las heredades de agua que, como la de Arucas y Firgas, se encargan de la construcción de presas, reservorios y acequias que recojan el agua para luego distribuirla a lo largo del año.

La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas ha desarrollado a lo largo de su existencia, que hunde sus orígenes a principios del siglo XVI, una ingente labor de transformación del medio natural para hacer llegar el agua allá donde se necesitara. Hoy esta institución sigue funcionando con éstos y otros fines sociales y su sede es uno de los edificios más representativos de Arucas.

Éste, construido entre 1909-12, es una obra modernista que firmó el arquitecto Fernando Navarro. El reloj situado en su torreón es el que marca el ritmo de la ciudad y uno de los símbolos más reconocibles de Arucas.

Ron de Arucas

Durante siglos, el cultivo de la caña de azúcar fue fundamental para la economía de la isla y de Arucas, en particular. Con el azúcar que se extraía de esta planta la antigua Destilería de San Pedro comenzó a elaborar en 1885 el ron Arehucas, nombre que los guanches dieron a esta localidad y que pronto comenzó a comercializarse fuera de las Canarias y cruzando el océano hacia el continente americano.

Con el tiempo, dejaron de cultivarse las cañas (ahora llegan, por lo general, de Sudáfrica), excepto un pequeño terreno testimonial junto a la fábrica. Ésta cambió su denominación por el de la marca, que es uno de los emblemas gastronómicos del archipiélago y comenzó a producir una bebida que no suele faltar en las sobremesas canarias: el ron miel. Hoy se siguen exportando muchos miles de botellas de este producto típico de Arucas, junto al resto de variedades de la casa.

Dónde alojarse en el Norte de Gran Canaria

El Norte de Gran Canaria tiene muchos y variados hoteles de las más diversas categorías y adaptados a todo tipo de gustos y necesidades. Estos tres establecimientos son un buen ejemplo de la calidad hotelera de la isla.

Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel. Es el emblema de la hotelería grancanaria histórica. Un hotel de lujo que, con la última renovación, se ha convertido también en una referencia del diseño, el arte y la gastronomía en Las Palmas. Sin renunciar a los detalles que siempre lo han definido (como los típicos balcones canarios de madera), sus 204 habitaciones se han adaptado al diseño y las tecnologías más actuales, para convertirse en reductos de tranquilidad y buen gusto. Al completísimo spa y la estilosa piscina exterior se suman las delicias que sirven en el restaurante Poemas, de los hermanos Padrón, reconocido con una estrella en la Guía Michelin.

Hotel Occidental Las Palmas. Muy cerca del centro histórico de la ciudad, entre el puerto deportivo y el Parque Doramas, representa todo que debe ser un hotel urbano moderno. Muy confortable, con detalles de diseño actual y con 70 habitaciones amplias, luminosas y equipadas con tecnologías de lo más práctico. Entre los espacios generales destaca Stage Roof Top, en la última planta, con vistas de 360° a la ciudad, donde tomar una copa y disfrutar de la piscina de hidromasaje.

Hotel Occidental Roca Negra. En primera línea de mar, en la costa de Agaete y junto a las playas de La Caleta y Punta Gorda, este hotel tiene 140 habitaciones con una decoración elegante con detalles de gran confortabilidad. En el capítulo culinario sorprende el restaurante Rock Top Skybar, situado en la última planta del edificio, con unas magníficas vistas y donde sirven cocina internacional muy a la última. Conviene no dejar pasar la oportunidad de relajarse en el completo Spa & Wellness.