Bañarse en cualquiera de las piscinas naturales de Gran Canaria es una gran idea para disfrutar del mar. Talasoterapia en estado puro, con vistas a la inmensidad del océano Atlántico y con la certeza, en algunos casos, de sumergirse en lugares con una especial relevancia geológica. Incluso con una gran vida subacuática, sin duda un gran aliciente para amantes del submarinismo o, incluso, para todo aquel que se sumerja en estas piscinas con unas gafas de buceo y un tubo de esnórquel.
Son lugares también muy interesantes desde el punto de vista etnográfico, pues algunas de estas piscinas naturales de Gran Canaria, antes que espacios para el placer, supusieron una buena fuente de ingresos para la isla. Sobre todo, por su uso como salinas. De hecho, en algunas de ellas, como la de Agaete, se adivina aún esa función primigenia.
Piscinas naturales de Gran Canaria
Las piscinas naturales de Gran Canaria son la mejor forma de disfrutar de los beneficiosos efectos del agua marina, sobre todo en aquellos días en que el oleaje no permite hacerlo en las playas a mar abierto. También en aquellas zona de la isla donde las corrientes desaconsejan el baño.
En otros casos, las piscinas naturales de Gran Canaria han sido creadas por los propios grancanarios como una forma de compensar la falta de playas que hay en determinadas zonas de la isla. Una carencia que viene motivada por las particulares condiciones geológicas, con muchos kilómetros de costa rocosa.
Estas piscinas naturales de Gran Canaria, además, ofrecen el aliciente de que la mayor parte son aptas para todos los públicos: desde los niños más pequeños a personas mayores o aquellas que tienen una movilidad reducida.
Muchas de las piscinas naturales de Gran Canaria se sitúan entre la zona Norte y Este de la isla. Por lo general, es fácil llegar a ellas, aunque no siempre las indicaciones son lo suficientemente claras. En caso de duda, lo mejor es preguntar a la población local que, seguro, también informará sobre el mejor momento para el baño en estas piscinas.
A continuación detallamos las piscinas naturales de Gran Canaria más conocidas, bonitas y agradables para el baño.
Piscinas naturales de Agaete
Entre las piscinas naturales de Gran Canaria, quizás las más buscadas sean las de Agaete, también conocidas como las salinas de Agaete. Y, de hecho, esa fue su función hasta fechas relativamente cercanas.
En total, son tres las piscinas que conforman este complejo, situadas junto a la playa de Las Salinas. Una de sus principales particularidades es que, aparte de estar conectadas con el mar, lo están también entre sí a través de túneles bajo el agua.
Por tanto, también son un lugar muy frecuentado por submarinistas, que tienen aquí un reto asequible y que les permite observar bastantes maravillas de la flora y fauna íctica de esta zona de Gran Canaria.
El lugar también es muy interesante para los amantes de los fenómenos geológicos, pues las rocas que lo delimitan, las que cubren el fondo y los tubos que conectan las tres piscinas son de origen volcánico.
Piscinas naturales Gáldar
A las piscinas de Gáldar también se las conoce como las piscinas del Agujero, que es el nombre de la playa junto a la que se encuentran. De entre todas las piscinas naturales de Gran Canaria son, probablemente, las que tienen un carácter más local. De hecho, hasta aquí no suelen llegar los turistas.
El premio para los que decidan llegar hasta este lugar son dos piscinas de aguas absolutamente limpias y transparentes, frente al azul del mar y con una escasa profundidad.
Además, son de las piscinas naturales de Gran Canaria mejor adaptadas para personas con movilidad reducida. De hecho, hay varias barandillas en los accesos e, incluso, uno de ellos es una rampa que permite entrar en la piscina en silla de ruedas.
Eso sí, para llegar hasta aquí es necesario callejear por Gáldar, que fue la primera capital de la isla. Y las indicaciones son, más bien, escasas. A cambio, y a no ser que haya alguna competición de surf o bodyboard, es relativamente fácil aparcar junto a la propia playa del Agujero.
Piscina natural de Arinaga
Muchos conocen esta piscina como la del Zoco Negro. Se trata de una de las más familiares entre las piscinas naturales de Gran Canaria, siempre protegida del oleaje del océano, pero también con renovación natural de sus aguas a diario, gracias a las mareas.
Situada en el municipio de Agüimes, este sitio también es muy frecuentado por submarinistas novatos. De hecho, varias empresas suelen utilizarla para los bautismos de buceo, por la escasa profundidad de la piscina, pero también por la riqueza biológica que albergan sus aguas.
En verano suele estar muy frecuentada por la población local de la isla. Y uno de sus principales alicientes es que en el entorno hay numerosas opciones para comer o cenar en restaurantes, chiringuitos y terrazas populares.
Tan populares como la propia zona en la que se encuentra esta piscina de Arinaga que, por otro lado, tiene un fácil acceso a través de un agradable paseo marítimo peatonal.
Otras piscinas naturales de Gran Canaria
Aparte de las citadas, hay más piscinas naturales en Gran Canaria. Estas son algunas de las más destacadas:
- Piscinas Naturales de la Laja: están al sur de la ciudad de Las Palmas. Se las considera naturales en la medida en que se nutren directamente de las aguas del mar. Pero lo cierto es que este complejo de tres piscinas está concebido como un equipamiento municipal, apto para todo tipo de públicos. De hecho, una de ellas tiene longitud olímpica (50 metros).
- Charcones del Puertillo: en el municipio de Arucas, la mano del hombre ha intervenido para crear una zona de baño en un lugar donde las playas son casi inexistentes por la abundancia de rocas. Tiene habilitados accesos para personas con movilidad reducida.
- Piscinas naturales Castillo del Romeral: están en el municipio de San Bartolomé de Tirajana y son dos piscinas que ocupan una superficie total de 340 m2. Además, esta instalación municipal cuenta con un gran solárium, ideal para unir los beneficios del sol a los de la talasoterapia.