El Carmen de los Mártires, el más grande de la ciudad de Granada, se extiende a lo largo de siete hectáreas por la falda sur de la colina del Mauror, sobre un terreno perteneciente al recinto de La Alhambra que los árabes solían llamar Campo de Ahabul. Para los cristianos, siempre fue conocido como el Corral de los cautivos: era entonces, como pudo ver con sus propios ojos el viajero y humanista alemán Hieronymus Münzer en 1494, una zona “sembrada de silos y mazmorras» donde los árabes castigaban a los infieles. De este lugar partió Boabdil para entregar las llaves de Granada a Isabel la Católica, quien ordenó construir en lo alto de la colina una ermita -la primera iglesia de la ciudad- que honrara a esos mártires cristianos, entre ellos el obispo de Jaén y varios frailes franciscanos. Aunque aquella antigua ermita ya no exista, su historia da nombre al actual Carmen de los Mártires, un enorme jardín de jardines de diferentes estilos donde cada rincón, gracias a sus lagos, esculturas y laberintos vegetales, evoca el Romanticismo del siglo XIX. No en vano, es uno de los rincones más solicitados de la ciudad para celebrar bodas.
- El huerto monacal de San Juan de la Cruz
- La isla del lago, el rincón más romántico de Granada
- El jardín francés, español e inglés
- El patio neo-nazarí
- Mirador del Carmen de los Mártires
- Qué ver en los alrededores
- Información práctica
- Dónde comer cerca del Carmen de los Mártires
- Dónde dormir cerca del Carmen de los Mártires
El huerto monacal de San Juan de la Cruz
Aquella primera ermita se convirtió, en 1573, en un Convento de los Carmelitas Descalzos que contaba con un huerto. El convento fue demolido en 1842, tras la desamortización de Mendizábal, pero aquel huerto ha sido restaurado y puede disfrutarse a día de hoy, gracias a una reproducción que ha respetado las diferentes especies aromáticas y medicinales que podrían haber utilizado los carmelitas descalzos en su tranquila vida monacal: tomillo, romero, lavanda, orégano, fresas…
Por este jardín se paseó San Juan de la Cruz, quien llegó a ser prior del convento entre 1882 y 1888. El poeta místico, que escribió aquí la mayoría de sus versos, también se dedicó a plantar árboles, a ayudar en la configuración de los jardines del convento y a construir, junto a su hermano, un acueducto que traía agua desde el Generalife y que todavía hoy sigue aquí. Se dice que solía sentarse a leer y escribir siempre bajo la sombra del mismo árbol, una extraña variedad de ciprés, a menudo confundida con un cedro, que fue traída de Méjico por misioneros carmelitas y trasplantada por el propio San Juan de la Cruz. Aunque hace dos décadas fue alcanzado por un rayo, el viejo árbol aún pervive extendiendo sus ramas hacia el cielo en la linde este del jardín.
La isla del lago, el rincón más romántico de Granada
Tras la destrucción del convento, la finca pasó por subasta pública a manos del general Carlos Calderón, quien ordenó construir el palacete que hoy conocemos. El Carmen de los Mártires no alcanzó su mayor esplendor, sin embargo, hasta que después de pasar por varias manos fue adquirido en 1891 por un rico señor belga llamado Hubert Merrsmans. Él confirió a los jardines un misterioso aire romántico, dotándoles de fuentes, esculturas y de laberintos de vegetación. También convirtió el estanque en un lago de cisnes negros en cuyo centro hay una isla donde, a día de hoy, resisten algunos árboles -carpes, madroños, cedros de Bussaco y el famoso árbol de las pelucas– plantados hace 150 años. Rodeado de cañas de bambú, palmeras y arrayanes, el lago destaca por la evocadora silueta de un torreón en ruinas desde el que, subiendo por una escalera en espiral, se ofrecen unas espléndidas vistas del Carmen y los alrededores.
El jardín francés, español e inglés
La familia Calderón construyó, entre 1858 y 1861, los jardines históricos de diferentes estilos que rodean el palacete. Alrededor de una plazoleta circular con una fuente dedicada a Neptuno está el jardín francés, donde crecen magnolios, palmeras, naranjos y arbustos de flor. Su aspecto actual es distinto al original, más bajo y recortado. Del jardín español, situado en la terraza próxima al Auditorio Manuel de Falla, solo han sobrevivido un estanque rodeado de rosas y algunos tilos, ya que fue destruido en los años 60. Se diseñó originalmente a imitación de los Cármenes granadinos.
A espaldas del palacete se extiende el jardín inglés, un bosque de palmeras presidido por una fuente dedicada a Felipe II. La mandó colocar Joaquín de Arteaga, duque del Infantado, quien adquirió el Carmen de los Mártires en 1930 para dejar también su huella personal, aplicando su “pasión hidráulica” a construir cascadas y fuentes. “Dolido de que no quedara en el Carmen memoria alguna de Felipe II, el monarca que dio a los Carmelitas el agua capaz de transformar el desierto en oasis, le dedicó una gran fuente que llevaría su nombre, entre las embrujadas sombras de un sinfín de palmeras fundidas en una sola masa», escribió al respecto su hija, la monja y escritora Cristina de Arteaga.
El patio neo-nazarí
Inspirado por el Patio de la Acequia del Generalife, el Duque del Infantado promovió en 1944 la construcción de este patio, un homenaje a la jardinería de la dinastía nazarí con jazmines asomando en los ventanales y un estanque central rectangular. Aunque tiene su encanto, la verdad es que no tiene comparación con los auténticos patios árabes centenarios de La Alhambra y El Generalife.
El Carmen de los Mártires fue catalogado como Bien de Interés Cultural en 1943, y Cristina de Arteaga, última propietaria privada de la finca, lo cedió al Ayuntamiento de Granada en 1958. Todo eso no impidió que el lugar quedará abandonado en los años 70, cuando un proyecto para construir un hotel demolió buena parte de la propiedad. Solo las protestas de los granadinos consiguieron que las obras se detuvieran, y que hoy el Carmen de los Mártires todavía se mantenga en pie, envolviendo a millones de visitantes con la magia y belleza centenarias de su jardín de jardines.
Mirador del Carmen de los Mártires
El Carmen de los Mártires no es solo el más grande de los cármenes granadinos, también es un magnífico mirador a la ciudad de Granada, a la fértil verga que la rodea y también a las no tan lejanas cumbres de Sierra Nevada. De hecho, se puede considerar al mirador de este carmen como uno de los más espectaculares de Granada y, desde luego, de los más románticos.
Sobre todo, en ese tramo del muro situado delante del propio carmen en el que hay una ventana enrejada a través de la cual se puede contemplar la ciudad a los pies, y sobre la que está pintada la inscripción: “Estando aquí sentado te imaginé a mi lado y te regalé todas las aves del mundo”.
Qué ver en los alrededores
En los alrededores del Carmen de los Mártires hay varios lugares que también merecen una visita. Por ejemplo, el Mirador de Alixares, una construcción de los años 80 del siglo XX a base de columnas y pérgolas distribuidas en dos terrazas, que pretende emular la visión de las vegas granadinas que disfrutaban los habitantes primigenios de La Alhambra.
También junto al Carmen de los Mártires está el Auditorio Manuel de Falla, sede de la Orquesta Ciudad de Granada y del archivo del propio compositor gaditano, que residió en esta ciudad durante los que probablemente fueron sus años más fructíferos desde el punto de vista crearivo. El auditorio como tal, perfectamente integrado en la colina de La Alhambra y con buena parte de la construcción en un plano subterráneo, alberga dos estudiadas salas para conciertos.
Entre los lugares más espectaculares de dicha colina están también los arbolados paseos del Generalife y del Bosque de La Alhambra, que conducen hasta el pabellón de acceso al más famoso monumento de la ciudad, en solo de unos minutos de agradable caminata en los que comprender y empaparse de toda la belleza de este entorno histórico.
Información práctica
El mejor momento para visitar el Carmen de los Mártires es por la tarde, cuando el sol empieza a declinar en el horizonte y los magníficos jardines comienzan a adquirir tonos dorados. Desde luego, la primavera y el principio del otoño son las mejores épocas del año para disfrutar de ese momento, aunque lo cierto es que este lugar resulta igualmente espectacular en cualquier otro momento del año.
Por otro lado, teniendo en cuenta la distancia que hay hasta llegar a él (si se decide venir a pie) y los largos paseos por los distintos espacios exteriores, es recomendable llevar un calzado cómodo y con una buena suela.
Dónde comer cerca del Carmen de los Mártires
Hay varios restaurantes muy próximos al Carmen de los Mártires. Locales, por lo general con terraza o con mesas en el jardín, ideales para disfrutar de comidas y cenas románticas con impresionantes vistas a Granada y su entorno. Estos son algunos de ellos:
Jardines Alberto (Paseo Sabica, 1): justo en el acceso principal al recinto de La Alhambra, está decorado como un mesón y presume de patio andaluz. Aquí se degusta una cocina de inspiración nazarí, con numerosos guiños a la gastronomía andaluza actual. Es un lugar ideal para celebraciones en grupo.
Mirador Carmen San Miguel (Plaza Torres Bermejas, 3): las vistas desde aquí son, desde luego impagables. Y la historia que desprende el lugar, al pie mismo de las Torres Bermejas, más. Cocina creativa a base de buen producto de temporada, con un especial protagonismo de los ingredientes que llegan desde el mar.
La Mimbre (Paseo del Generalife, 18): cocina popular sin pretensiones ni demasiados artificios. A cambio, la historia y el emplazamiento de este restaurante (junto al recinto de La Alhambra) compensan sobradamente la sencillez de la propuesta gastronómica.