El apabullante ritmo de vida que se tiene en las grandes ciudades invita a desconectar de los problemas de la rutina, y a buscar tiempo para uno mismo. Si en este momento te sientes así, es hora de buscar el destino de tu próxima escapada.
La Alpujarra tiene todo lo que necesitas y nada que no necesites. Es decir, aquí vas a poder desconectar del día a día e incluso del teléfono. Muchas experiencias, parajes y toda su gastronomía te van a tener ocupado. La Alpujarra hay que vivirla y no hay cabida para las prisas o a las redes sociales.
En las faldas de la ladera sur de Sierra Nevada, con predominio de valles y barrancos, encontramos de forma muy dispersa todos los pueblos que componen la Alpujarra. Es un territorio de contrastes y en parte es debido a toda la historia que tiene detrás. Se trata de una zona sucesivamente colonizada, primero por los íberos y los celtas, el Imperio Romano, el pueblo visigodo y por último durante la conquista árabe hasta su posterior liberación por los Reyes Católicos.
- Lanjarón, el pueblo del agua
- Órgiva y la mayor comuna hippie de España
- Capileira, con encanto
- Trevélez y su manjar más exquisito
- Pampaneira y la arquitectura bereber
- Bubión, naturaleza con nombre propio
- Del jamón al plato alpujarreño, gastronomía de la zona
- Senderismo: rutas por la Alpujarra
Aunque fue un territorio ocupado por los moriscos durante años después de la caída del reino Nazarí de Granada, la influencia de esta población árabe todavía perdura en la agricultura y su forma de cultivo en terrazas, la arquitectura cúbica de las casas, o la gastronomía propia de la zona que ha llegado hasta nuestros días.
Esto y mucho más es lo que podemos disfrutar en los pueblos que componen esta peculiar zona montañosa de Granada.
Lanjarón, el pueblo del agua
De los picos más altos de la península se extrae el agua que lleva el nombre de la población por la que pasa. Lanjarón es el pueblo de la ‘eterna juventud’, ya que se trata de una de las poblaciones más longevas del país. Muchas de estas propiedades se le atribuyen al agua que pasa, por eso en Lanjarón podemos encontrar un balneario con una leyenda detrás.
“Cuentan por ahí, que hace ya trescientos años, un enfermo bebió de las aguas de un manantial de Lanjarón y se curó de su dolencia”
Desde entonces sus fuentes comenzaron a utilizarse con fines terapéuticos y así surgió el balneario.
El casco histórico del pueblo es una explosión de color, no solo por la naturaleza que lo rodea, sino por las casas con puertas azules y ventanas verdes, fachadas caladas y vigas de madera al aire.
Órgiva y la mayor comuna hippie de España
“Beneficio” es el nombre que tiene una de las comunidades hippies más antiguas de toda Europa y sí, se encuentra en el pueblo de Órgiva, en plena Alpujarra de Granada.
A finales de los años 70 y provenientes de Ibiza, llegaron los primeros hippies a la Alpujarra, y desde entonces su forma de vida se mantiene y ha crecido de forma considerable. La mezcla de culturas es todo un choque, cualquiera es bienvenido, por eso puedes encontrar rituales traídos desde cualquier parte del planeta.
Capileira, con encanto
Este pequeño pueblo se sitúa en uno de los puntos más altos del barranco donde se encuentra el valle del río Poqueira. Desde estas alturas se tienen unas vistas inigualables de toda la ladera, que se pueden disfrutar desde los diferentes miradores con los que cuenta el pueblo. Una panorámica del Cerro Mulhacen o las cumbres del Picacho Veleta son sólo dos ejemplos de lo que podemos observar desde aquí arriba.
En este pueblo lo más destacado es la arquitectura popular, los terrados son planos para evitar la erosión cuando llueve, lo que ha llevado a generar un entramado urbano que fue declarado Bien de Interés Cultural en todo su conjunto.
Trevélez y su manjar más exquisito
Hay muchas razones por las que visitar este pueblo de la Alpujarra, pero la fundamental es por el jamón que aquí se hace. Apto exclusivamente para los paladares más exigentes, el jamón de Trevélez es un manjar de lo más exquisito.
Además es saludable, ya que es menos salado que el jamón al que estamos acostumbrados, ya que las condiciones meteorológicas de la zona permiten que esté menos tiempo en salazón.
También, es el lugar perfecto para que los urbanitas hagamos terapia de relajación y, como dicen ellos, “encontrar la calma y flores en las cumbres”.
Pampaneira y la arquitectura bereber
Pertenece al conjunto histórico artístico que ha mantenido la arquitectura bereber en sus calles. Es sabido ya que la ocupación nazarí llegó hasta los rincones más inhóspitos de Granada, por eso la Alpujarra no es una excepción.
La arquitectura bereber se caracteriza por tener en las casas plantas cuadradas, en algunas ocasiones un patio central, y torres de vigilancia con tamaño reducido en las viviendas. Las callejuelas son estrechas y empinadas para encontrar refugio en la sombra cuando hay días de mucho sol.
Bubión, naturaleza con nombre propio
Este pequeño pueblo de la Alpujarra pertenece al Parque Nacional de Sierra Nevada. Es una parte importante del término municipal que lo compone, del que cabe destacar la Cascada y el Puente del Tejar.
Además, cuenta con yacimientos arqueológicos de interés, y que merecen la pena visitar, como los de la Fundición o el Alto del Pueblo, que pertenecieron al procesado de mineral y la extracción de hierro.
Cualquiera de estos pequeños enclaves de las faldas de Sierra Nevada que componen la Alpujarra, es un lugar idóneo para tu próxima escapada. Relájate y descubre todas las experiencias que puedes vivir aquí.
Soportújar
En la cara sur de Sierra Nevada se sitúa Soportújar, otro de los pueblos más conocidos de la Alpujarra granadina. Según la etimología popularmente aceptada su nombre significa “lugar de soportales” debido al número de estos pasadizos callejeros conocidos como tinaos (soportal que une dos casas y bajo el que pasa la calle).
Del núcleo urbano destaca la arquitectura de la zona caracterizada por casas blancas. También, la iglesia consagrada a Santa María la Mayor o el Mirador del Embrujo situado en la plaza, entre otros puntos de interés. Del entorno natural de la Sierra de Soportújar, además que debido a la localización del pueblo hay unas vistas impresionantes, destacan sus bosques y robledales -los senderos Gr-7, el Sulayr y la Transnevada son una buena opción para los más “ruteros”-.
Como curiosidad, en Soportújar existe un centro budista en el Cerro de Atalaya que ha sido consagrado por el propio Dalai Lama. O’Sel Ling -así es como se llama, que significa “lugar de luz clara”- se dice que es el primero centro de culto a esta religión en España.
Pótugos
A unos 17 kilómetros por carretera de Soportújar llegamos a Pótugos, un pueblo situado en la parte occidental de la Alpujarra, concretamente entre los barrancos de Poqueira y Trévelez. Como el resto de localidades de este genuino lugar del Parque Nacional de Sierra Nevada, su arquitectura es de estilo alpujarreña, con soportales, casas blancas con balcos y terrazas donde cuelgan macetas con flores coloridas.
Lo más conocido del pueblo, y que merece la pena visitar, es la Fuente Agria: un manantial situado a las afueras de esta localidad. Desde hace muchos años son conocidos los beneficios del agua que emana de este manantial -son ricas en hierro- y su cascada ha creado una cavidad cubierta por árboles centenarios que se conoce como El Chorreón. No hay que dejar este paraje natural sin acercarse a la ermita de la Virgen de las Angustias, cuyo origen data del siglo XVIII, pero que tuvo que ser reedificada en los años Setenta.
Del jamón al plato alpujarreño, gastronomía de la zona
Los valles y barrancos de la Alpujarra son la despensa de la que se nutre la singular gastronomía local. Productos de la tierra que se transforman a partir de un recetario, de ricos matices hispanomusulmanes, que cuenta la historia de este mágico rincón andaluz.
La Alpujarra es tierra de huertas y pastores, de sabores auténticos, de esos que cautivan el paladar desde el primer momento, sin demasiadas florituras. Así, entre las joyas de esta ladera sur de Sierra Nevada está, por supuesto, el jamón de Trévelez (I.G.P./D.O.P.), curado de manera natural gracias a los frescos aires de montaña; de sabor suave, aromático y mucho menos salado que otros. Los almendros que florean entre pueblos blancos son los responsables de los típicos soplillos de almendra, uno de tantos postres de tradición morisca; los olivos y viñedos que se aferran a las laderas, de los buenos vinos y aceites de la zona. Bancales que desafían la pendiente regados por antiguas acequias moriscas que la aprovechan; un paisaje lleno de ingenio y de sabores de siempre.
En este rico escenario se encuentran protagonistas como el Plato Alpujarreño, compuesto por morcilla, lomo de orza, chorizo o longaniza, papas a lo pobre con huevos fritos y jamón serrano, de La Alpujarra, por supuesto; una especie de resumen, de síntesis de la mesa alpujarreña. O como la Olla de San Marcos, un rico puchero de cardos e hinojos, muy típico de Mairena; como las Gachas de Ajo Quemao, de Mecina Bombarón; el Puchero de Hinojos, el Conejo al Ajillo… Estofados, migas, escabeches, potajes, gachas, pucheros…, ricos quesos de cabra y oveja, varios tipos de mieles, frutas de temporada; todo el sabor de la montaña concentrado en platos contundentes, que desprenden aromas de hinojo y ajetes frescos. Una tierra fértil, generosa, que pone sobre la mesa un claro reflejo de su rica naturaleza.
Senderismo: rutas por la Alpujarra
Una de las mejores maneras de descubrir los alucinantes paisajes de la Alpujarra y el inagotable encanto de sus pueblos es recorriendo las distintas rutas y senderos, homologados y señalizados, que atraviesan la región. Desde los largos Senderos de Gran Recorrido (GR) hasta los itinerarios más modestos que atraviesan los distintos municipios de la zona, los caminos de La Alpujarra son una fuente inagotable de sorpresas.
Así, entre las rutas más atractivas se encuentra, por ejemplo, el GR 142 o Senda de La Alpujarra, un camino que conecta la localidad granadina de Lanjarón con Fiñana, ya en la provincia de Almería; 144 kilómetros de paisajes imposibles, huertas y olivares, arquitectura popular, fuentes y molinos, ermitas… Su primera etapa –de las 13 que conforman la ruta–, entre Lanjarón y Órgiva, es un buen ejemplo de la riqueza de estos itinerarios, puesto que junto con su auténtico despliegue natural nos ofrece un interesante vistazo a la historia y la cultura de la zona. En particular, a los primeros momentos de la Rebelión de las Alpujarras de 1568, cuando los guerreros moriscos de Aben Farax partieron de Lanjarón hacia Órgiva por el mismo camino que hoy sigue esta primera etapa del GR 142.
Otras grandes rutas, como el continental GR 7-E4 –más de 10 mil kilómetros, desde Chipre a Tarifa– o el GR 240 Sulayr (Montaña del Sol) que recorre unos 300km rodeando todo el macizo de Sierra Nevada, así como itinerarios de Pequeño Recorrido (PR), como el sendero PR A-27 hacia la Cañada de las Siete Lagunas, la ruta Capileira–La Cebadilla atravesando el barranco del Poqueira, el Sendero La Contraviesa (PR-A 32), el Sendero de las Encinas o el Sendero General Brenan, entre muchísimos otros, terminan por crear una gran red de caminos que no solo conecta un territorio sino que invita a descubrir todo su encanto.
Dónde dormir cerca de la Alpujarra granadina
Los pueblos de la Alpujarra granadina no distan demasiado de la ciudad de Granada, por lo que una buena opción para descansar antes o después de visitar algunas de las localidades mencionadas es hacerlo en esta mágica ciudad andaluza. Y, si quieres comodidad, la cadena de hoteles Barceló tiene opciones de muy buena calidad.
En pleno centro de Granada, una elección muy recomendable es el hotel Barceló Carmen Granada. Sus vistas a La Alhambra permiten al huesped despertarse o irse a dormir viendo uno de los monumentos más bellos del legado árabe en España. Una terraza panorámica de 360 grados y la piscina, son otros dos de los principales atractivos de este céntrico hotel.
El Barceló Granada Congress, un cinco estrellas con 249 habitaciones, está bien comunicado con el aeropuerto y a pocos minutos del centro. Ideal para viajes de negocios. Dispone de salas de reuniones, espacio de bienestar (U-Wellness) y buenos restaurantes.
Cerca del Parque de las Ciencias y del Palacio de Congresos y Exposiciones se encuentra el Occidental Granada, un hotel de cuatro estrellas con 141 habitaciones totalmente equipadas a 10 minutos del centro histórico -una de las paradas del nuevo metro de Granada está muy cerca-.
El hotel Allegro Granada, de cuatro estrellas, está situado en la zona de Beiro, que colinda con el centro de la ciudad, a menos de 15 minutos a pie, tiene cuatro estrellas y es otra opción para alojarse en Granada antes o después de ir hacia el Mulhacén. Dispone de 122 habitaciones decoradas de una forma moderna y alegre, piscina exterior y zona de solarium, entre otros servicios.