La Plaza de Bib-Rambla, conocida popularmente por los granadinos como Bibarrambla, es uno de los espacios más transformados y antiguos de la ciudad. Primera plaza de la antigua Medina Garnata en tiempos nazaríes, se ha mantenido a través de los siglos como la principal de Granada, siendo escenario y testigo mudo al mismo tiempo de zocos musulmanes, justas medievales, corridas de toros, autos de fe, ejecuciones públicas, celebraciones populares y procesiones del Corpus Christi. Núcleo de la vida social y comercial, Bib-Rambla es lo más parecido que tiene la ciudad a una plaza mayor castellana. Hoy en día, el recinto se distingue por su Fuente de los Gigantones, un mercadillo permanente de flores -que van cambiando según la época del año- y su amplia oferta de restaurantes y cafeterías, donde es típico tomar un chocolate con churros.

  1. La Bib-Rambla andalusí: núcleo del zoco de la medina
  2. La remodelación cristiana: Bib-Rambla crece tras la Reconquista
  3. Bib-Rambla en el siglo XXI: un espacio ecléctico para disfrutar

La Bib-Rambla andalusí: núcleo del zoco de la medina

El propio nombre árabe de la plaza nos da una pista sobre su origen: Bib-Rambla (Puerta del Arenal) hace referencia a su cercanía a la orilla arenosa del río Darro, que en aquellos tiempos todavía circulaba a cielo abierto por todo el centro urbano de la medina.

 

 

La Puerta de Bib-Rambla, que se abría en la muralla que delimitaba la plaza por el oeste, era la entrada principal al bullicioso recinto, donde los comerciantes vendían su mercancía en puestos ambulantes. Los cristianos la conocerían después popularmente como Arco de las Orejas, ya que se cree que allí se exhibían en público los miembros mutilados de criminales condenados por la justicia. Como curiosidad: aunque la puerta fue desmontada en el último cuarto del siglo XIX, el arquitecto conservador de la Alhambra Leopoldo Torres Balbás la reconstruyó en 1933 en el paseo de las Alamedas que sube a la fortaleza nazarí, donde es posible verla en la actualidad.

La Plaza de Bib-Rambla fue, sin duda, un lugar importante por su cercanía a la mezquita mayor y a los núcleos comerciales de la medina, la calle Zacatín –que aún desemboca en la plaza por el este- y el barrio de estrechas callejuelas de la Alcaicería. Si entonces Zacatín, que en árabe significa “mercado de las ropas”, estaba repleto de comercios de sastres, zapateros y tintoreros, hoy lo está de tiendecitas de artesanía y souvenirs. Lo mismo ocurre en la Alcaicería, donde los árabes solían vender seda y especias. Lo único que ha sobrevivido del antiguo bazar son los nombres de algunas callecitas anexas a la plaza, que recogen los oficios de aquellos artesanos.

La remodelación cristiana: Bib-Rambla crece tras la Reconquista

Tras la conquista de Granada, los Reyes Católicos quisieron convertir la Plaza de Bib-Rambla en un lugar de recreo y centro de la vida social. La encontraron, sin embargo, demasiado estrecha para los gustos y forma de vida castellanos, así que en el siglo XVI el recinto se reformó y amplió hasta alcanzar las dimensiones que tiene en la actualidad. La plaza se convirtió así en escenario de todo tipo de celebraciones: corridas de toros, torneos de cañas, juegos poéticos, procesiones y celebraciones del Corpus Christi…También de otras más siniestras, como los autos de fe de la Inquisición, las ejecuciones públicas mediante la horca y las quemas masivas de libros en la hoguera. Los investigadores estiman que Francisco Jiménez de Cisneros, el confesor de la reina Isabel, quemó en la Plaza de Bib-Rambla 80.000 libros de la biblioteca de la Madraza de Granada, la primera universidad de la ciudad, al argumentar que todos eran ejemplares del Corán. En realidad, muchas simplemente eran obras escritas en árabe.

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Plaza de Bib-Rambla

De todos los edificios levantados en el siglo XVI en la plaza, el único que permanece en pie, en el extremo noreste, es la antigua sede de la Universidad de Granada, hoy Curia Eclesiástica Arzobispal de Granada. Fue rehabilitada tras un incendio ocurrido en las Navidades de 1982.

Bib-Rambla en el siglo XXI: un espacio ecléctico para disfrutar

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Plaza de Bib-Rambla

Aunque el paso de los años, los sucesivos incendios y las remodelaciones han seguido cambiando su cara, la Plaza de Bib-Rambla es una síntesis de la historia de Granada, una especie de espejo en el que ha quedado reflejado algo de cada periodo de la ciudad.

En pleno siglo XXI –si se piensa bien, solo un momento más de su larga vida-, el aspecto general del recinto ha quedado configurado por la imponente mole de la Catedral, que asoma sobre los tejados, unas espléndidas farolas de hierro de finales del siglo XIX y la monumental Fuente de los Gigantones, conocida así por los cuatro monstruos de cara grotesca –representaciones del pecado-, que soportan la taza de piedra. Procedente del claustro del antiguo Convento de San Agustín, esta fuente pasó, tras la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, por varios rincones de la ciudad hasta que vino a presidir esta plaza en 1940.

Sin prestar excesiva atención a la Historia, los visitantes de hoy prefieren centrarse en disfrutar de los muchos atractivos de Bib-Rambla, que se presta a comprar unas flores en los kioskos que rodean la fuente, leer un libro bajo la sombra de los tilos, y tomar unas tapas o un chocolate con churros en una de sus numerosas terrazas y restaurantes.

En diciembre, la plaza se vuelve más íntima con sus mercadillos navideños y puestos de castañas asadas, mientras que a finales de mayo se llena de gigantes y cabezudos durante la procesión de la Tarasca, una celebración de las Fiestas del Corpus Christi que data de tiempos de los Reyes Católicos. Cada año, se pasea por Bib-Rambla este famoso maniquí montado sobre un dragón alado –La Tarasca-, toda una alegoría del triunfo del bien sobre el mal, y la plaza se llena de las llamadas carocas, caricaturas y versos que satirizan los principales acontecimientos acaecidos durante el año.

Y es que en la Plaza de Bib-Rambla, crisol de culturas, cada época tiene sus tradiciones, sus costumbres y sus gentes. Muchas acaban muriendo, otras permanecen, pero todas quedan reflejadas en este lugar mágico de nombre rimbombante, espejo de la historia milenaria de Granada.