En mitad del Parque Natural de Sierra Nevada, muy cerca de Dúrcal, el pueblo granadino, hay una ruta que es un homenaje al agua, a su fuerza y a su libertad. Es la Ruta de los Bolos, un recorrido lineal por una acequia de origen árabe que juega en su camino con las aguas del río Dúrcal. La senda, recomendada para mayores de 12 años, sobre todo la segunda parte, está llena de pequeñas pruebas que la hacen muy divertida.
Túneles excavados en época musulmana que hay que atravesar metiendo los pies en el agua de la misma acequia, pozas escondidas donde darse un baño o pasos estrechos que apenas pueden ser cruzados por una persona de lado.
Situación y contexto natural
Este camino recorre parte del Parque Natural de Sierra Nevada, muy cerca de Dúrcal (Granada). Se trata de un área muy protegida, donde la naturaleza vive libre y el agua juega casi en los tres estados posibles dependiendo de la época del año. En esta ruta es posible ver especies protegidas o en peligro de extinción por lo que se pide a los caminantes que vayan en silencio, para no molestar a los animales y, en caso de cruzarnos con alguno, dejarlos tranquilamente que escojan su camino.
A pesar del calor del verano que hace en la zona, se recomienda realizar esta travesía en la época estival porque en invierno, con el deshielo de las nieves, el Dúrcal lleva mucha más agua y algunas de las zonas pueden resultar más difíciles de atravesar. Además, es una ruta llena de pozas donde refrescarse y en los meses de invierno el agua puede estar congelada y resultar imposible meter ni un dedo.
La primera fase del camino llega hasta el llamado Salto de Agua del Canal de Fuga. La razón de la existencia de esta pequeña catarata es la central eléctrica de San José que se construyó en los años 20 en la zona y que provoca un canal con una caída de más de 780 metros.
La caída del agua, desde una altura de 15 metros, se crea cuando la instalación devuelve al río el agua que utilizaban las turbinas.
A partir de este primer recorrido se continúa por la zona inundada de agua por lo que es necesario llevar escarpines y otra muda si queremos coronar la ruta hasta el final. En el camino hay pequeñas pozas a lo largo del río donde nos podremos dar un bañito hasta el salto natural de Los Bolos, ya al final, bajo una piedra enorme que crea un efecto natural increíble.
Cómo llegar desde Granada
Para iniciar la ruta tenemos que llegar hasta Dúrcal, situado a unos 34 kilómetros de Granada. Lo mejor es coger la GR 30 y luego un poco de la N 323 hasta la salida 157. El trayecto nos puede llevar una media hora más o menos.
Una vez en Dúrcal, para iniciar la ruta, hay que buscar el instituto de Enseñanza Secundaria del Valle de Lecrín, el lugar indicado para poder dejar el coche y arrancar el camino.
Hay zonas que están menos señalizadas pero en muchas partes se pueden ver carteles de madera donde se indica la ruta Río Dúrcal – Los Bolos.
Características del recorrido
La Ruta de los Bolos es bastante conocida entre viajeros y habituales por lo que es fácil encontrarse en el camino con grupos de compañeros de sendero.
Las recomendaciones insisten en que hay que llevar un calzado cerrado y escarpines porque parte del camino es con agua y las piedras son muy resbaladizas. Concretamente, en la segunda parte del camino, tras el Salto del Canal de la Fuga, la cosa se complica y por momentos hay zonas muy estrechas y con riesgo de caída por lo que mejor andamos con cien ojos.
Si bien el camino está recomendado para mayores de 12 años, algunas familias también van con sus hijos más pequeños pero, en este caso, no hay que perderlos de vista porque hay tramos que pueden tener algo de peligro para ellos.
En total, la ruta recorre unos 6,5 kilómetros, de nivel medio de desnivel, y con muchos secretos y misiones que realizar para seguir adelante. Es, en general, un camino muy divertido.
Qué se puede ver en Dúrcal y alrededores
Además de esta ruta, hay otras vías de senderismo que recorren esta parte del Parque Natural de Sierra Nevada. Dúrcal es la capital de una comarca muy vinculada a la naturaleza pero que también tiene su encanto hasta en la toponimia. La famosa cantante española Rocío Dúrcal, que eligió este nombre al azar para convertirlo en su apellido artístico, ha llevado el nombre del pueblo por toda España y América. De hecho, una estatua de bronce de la cantante de rancheras se levanta en plena Plaza de España, uno de los lugares que hay que visitar sí o sí.
La Ermita de San Blas, también en el pueblo, es un lugar muy visitado y no sólo por su riqueza popular sino porque es el origen del camino que lleva a los baños de Urquízar, una de las 70 termas en Granada que, en este caso, tiene aguas curativas que emanan a 24º.
Además de los baños, también podemos disfrutar del Puente de Lata, construido en hierro para soportar el paso del ferrocarril pero que fue trasladado desde el valle de Gor tras quedar en desuso allí para permitir el paso de las vías. En Dúrcal estuvo funcionando hasta los años 70.