Un espectáculo de diversidad ornitológica casi sin parangón en Andalucía. La Marismas de Isla Cristina, más de dos mil hectáreas de humedales distribuidas entre los municipios de Ayamonte e Isla Cristina, son un verdadero paraíso para los amantes del senderismo, la naturaleza y la observación de aves.
- El valor natural de las Marismas de Isla Cristina
- Qué visitar en las Marismas de Isla Cristina
- Fauna y flora de las Marismas de Isla Cristina
El valor natural de las Marismas de Isla Cristina
Dos factores naturales han contribuido, a lo largo de los años, a la formación de las Marismas de Isla Cristina. El primero es el depósito de sedimentos de los ríos Guadiana y Carreras, un proceso lento pero constante de acumulación de materiales. El segundo es la fuerza de las mareas atlánticas, que ha contribuido a dar a la zona la forma que tiene hoy. En realidad, se trata de varias marismas conectadas entre ellas que forman un conjunto mayor: las Marismas del Carreras, de Punta de la Cruz, del Prado y de Caño del Puntal; y las conocidas como El Moral, las Salinas de los Pérez, la Punta del Robalito, El Tamijar y el Salón de Santa Gadea.
La mano del hombre también ha intervenido en la transformación de la zona. Hay zonas adecuadas para proyectos de acuicultura marina, donde se observan estanques y piscinas. Con todo, se trata de una marisma muy homogénea, con los característicos caños, brazos y esteros de estos humedales, y un agua con una gran concentración de salinidad, lo que en su día posibilitó una gran actividad salinera que hoy apenas sobrevive.
Su valor natural es incalculable: las Marismas de Isla Cristina forman una importante área de reproducción de aves de zonas húmedas, lo que las convierten en un destino fundamental para los amantes de la ornitología.
Qué visitar en las Marismas de Isla Cristina
A bicicleta, a pie o a caballo: son las tres maneras que tienen los visitantes para recorrer los múltiples senderos que existen en las Marismas de Isla Cristina, y que cuentan con puntos de observación para contemplar el paisaje natural y las aves que viven en él. Los más populares son estos:
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Vía Verde litoral:
el principal sendero de la marisma, que la recorre longitudinalmente por el trazado de la antigua línea de ferrocarril que unía Huelva con Ayamonte, que fue clausurada en 1987. Al ser una antigua vía ferroviaria, tiene muy poca pendiente, por lo que es particularmente adecuada para recorrerla a pie o en bici.
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Laguna del Prado:
se trata de un humedal de agua dulce sobre el Arroyo del Prado, cuya salida natural se taponó para construir una plataforma del antiguo ferrocarril. Se parte desde la pedanía de La Redondela, continúa hasta la antigua estación de tren y acaba en la Vía Verde. Hay miradores a ambos lados del camino.
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Molino Mareal de Pozo del Camino:
es un sendero corto, que no llega a un kilómetro, al que se accede desde la Vía Verde a la altura de la pedanía de Pozo del Camino. A lo largo de él se puede apreciar el funcionamiento de una de las últimas salinas tradicionales que siguen en funcionamiento en Andalucía.
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Salinas del Duque:
un recorrido circular de unos 7 kilómetros por el perímetro de la marisma de Punta de la Cruz. Se accede desde la pedanía de Punta del Moral, y también cuenta con un mirador para el avistamiento de aves.
Además de hacer senderismo, una visita interesante es el ecomuseo de las Marismas de Isla Cristina, situado en el punto de inicio del sendero del Molino Mareal de Pozo del Camino. Se trata de un antiguo molino de mareas (que da nombre al sendero), en uso durante el siglo XVIII, y rehabilitado para este espacio de interpretación de la marisma. En su interior, los visitantes pueden aprender más sobre las especies de flora y fauna de las marismas y también sobre cómo el hombre las ha explotado a lo largo de los años, cambiando su fisonomía.
Fauna y flora de las Marismas de Isla Cristina
Las aves son, sin duda, las reinas de las marismas. A lo largo de la costa onubense hay varios humedales como las Marismas de los Ríos Odiel y Piedras, la Flecha del Rompido o la Laguna de El Portil. Las Marismas de Isla Cristina son otro ejemplo de este tipo de ecosistema tremendamente fértil para las aves.
De entre las aves residentes en el lugar, hay algunas especies que viven aquí todo el año: las marismas son su hogar. Destacan entre ellas la avoceta, con un elegante pico curvado hacia arriba; o la espátula, con su pico amarillo en forma de cuchara.
Sin embargo, también hay otras especies de aves que usan las marismas de manera estacional, para pasar la invernada o bien en verano. La gaviota enana, el silbón europeo o el pato colorado son algunas de estas especies que tienen en este hábitat una residencia temporal cada año.
Las Marismas de Isla Cristina son un ecosistema variadísimo en el que también moran otros muchos miembros del reino animal. Hay multitud de anfibios (salamandras, ranas y sapos) y peces continentales que son, principalmente, la dieta de las aves. Además, entre los mamíferos se pueden ver comúnmente nutrias autóctonas de la zona.
La flora de las Marismas de Isla Cristina no es tan variada como su fauna. La alta concentración de salinidad de su agua hace que pocas especies puedan adaptarse. Se trata principalmente de especies de arbustos como el cantueso, aunque también hay pinos piñoneros y plantas de romero y almajo. Crece también en la zona el enebro marítimo, una especie que sólo existe en Huelva y Cádiz.