La primera vez que se contemplan los Mallos de Riglos es imposible no sentirse hipnotizados por la visión de esta formación geológica, que destaca de una forma tan impactante en el irregular relieve del Prepirineo de Huesca.

Casi 200 hectáreas de monolitos pétreos, de entre 200 y 300 metros de altura, conformados por tierras sedimentarias y rocas que subliman su color rojizo cuando los rayos del sol los iluminan durante el amanecer o el atardecer. Todo un espectáculo que atrae a miles de personas cada año y que está considerado como Monumento Natural por el Gobierno de Aragón.

Muchos de los visitantes no lo hacen solo por la contemplación del paisaje, sino que también se animan a practicar algunas de las vías de escalada y/o a seguir alguna de las rutas senderistas que hay en la zona.

Para distinguir los Mallos de Riglos cada uno tiene su propio nombre. Los más conocidos e impresionantes son el de Pisón (el mayor de todos ellos) y el de Firé. Pero son igualmente admirables, por su tamaño, Cuchillo, Agua, Frechín, Castilla, Volaos, Visera o Puro y el resto de mallos más pequeños que conforman este paisaje.

  1. Geología y formación de Los Mallos
  2. Escalada y deportes de aventura
  3. Senderismo y rutas escénicas
  4. Cómo llegar a los Mallos de Riglos
  5. Recomendaciones para la visita
  6. Qué ver en los alrededores

Geología y formación de Los Mallos

El origen geológico de los Mallos de Riglos está asociado directamente con la formación de la cordillera de los Pirineos  y el levantamiento orogénico ocurrido en los límites de la cuenca del río Ebro. Éste tuvo lugar, aproximadamente, hace unos 22 millones de años.

Lo que se produjo durante ese periodo y en este lugar fue la sedimentación, primero, y la conglomeración y después la aglomeración de los detritos procedentes de los torrentes y las morrenas de los glaciares pirenaicos durante su curso natural hacia la depresión del Ebro. Las arcillas y rocas se fueron acumulando hasta conformar un macizo de hasta 300 metros de volumen.  

Lo que acabó por dar el aspecto redondeado que hoy muestran los Mallos de Riglos fue la erosión provocada por lluvia, hielo, viento y el contraste de temperaturas diurna/nocturna y de invierno/verano a lo largo de milenios. Así, las aristas del terreno se fueron limando hasta producirse el característico aspecto redondeado de los mallos en su zona superior.

Conglomerados de Mallos de Riglos en Aragón España

Escalada y deportes de aventura

Si por algo son conocidos los Mallos de Riglos entre los amantes de los deportes de aventura es por la posibilidad de escalar sus impresionantes murallones verticales y desplomados. Los primeros intentos de asxcenderlos mediante cuerdas y mosquetones tuvieron lugar durante los años 30 del siglo XX. Y, desde entonces, son miles los escaladores que se han atrevido con el reto. 

La pared que mayor dificultad técnica presenta es la conocida como Visera y, por su verticalidad y altura, desde la cumbre se puede practicar salto base. A esta también se puede llegar a pie, aunque lo normal es hacer el recorrido a la inversa: se escala por algunas de las vías practicadas en la roca, para luego descender el mallo haciendo trekking

Desde esta montaña también se disfruta, además, de un emocionante vuelo en parapente, que regala espectaculares panorámicas a todo el conjunto geológico.

Siguiendo con las opciones de escalada, muy técnicas son las vías de ascensión por la pared de Puro que, como curiosidad, fue el último mallo en lograr coronarse, allá por el año 1953.

Asimismo, a lo largo de los Mallos de Riglos existen vías ferratas. Entre las más populares y espectaculares, tanto por el recorrido como por el punto de llegada (el Mirador de los Buitres), es la conocida como vía ferrata de Cubillo Os Fils

Senderismo y rutas escénicas

Sin duda, el senderismo es la mejor opción para disfrutar de una forma activa, aunque pausada, de los bellos paisajes que regalan los Mallos de Riglos. Hay muchas opciones, adaptadas cada una de ellas a la forma física y el tiempo de que disponga cada cual. Algunos de estos itinerarios también se pueden practicar en bicicleta de montaña

Estos son los más completos, populares y recomendables:

Camino del Cielo

Es la más seguida de las rutas en torno a los Mallos de Riglos. Un recorrido circular de algo menos de 6 kilómetros con punto de partida y final en el aparcamiento situado a las afueras del pueblo de Riglos. A lo largo del itinerario se disfruta de la visión de los mallos Ventuso, Puro, Firé, Pisón, Colorado, Chichín y Ferrera, así como al Mirador del Circo y el refugio del Ventuso.

Vuelta grande

Con casi 20 kilómetros de recorrido circular, esta ruta es ideal para quienes busquen algo más exigente. Para ello se sigue la ruta histórica de la Hoya de Huesca GR1 y, desde Riglos, se asciende hasta el Collado de Santo Román a través del barranco de La Mata, pasando también por la Foz de Escalete, para regresar en paralelo al curso del río Gállego.

Camino de El Solano

También circular, buena parte de los 10 kilómetros de este recorrido siguen la sirga histórica hacia esa localidad desde Riglos. Durante la caminata se pasa junto a los mallos Colorado, Chichín, Herrera, Visera (desde donde se contempla una buena panorámica del pueblo de Riglos), Don Justo, Os Fils y Magdalena, entre otros. El sendero también discurre en parte sobre el Paredón de los Buitres.

De Riglos a Agüero

Se trata de una ruta lineal de algo más de 12 kilómetros, que conecta ambas localidades. Éstas, desde un punto de vista paisajístico, son las que están más ligadas a los Mallos de Riglos, junto a Murillo de Gállego, por donde también pasa el itinerario. Durante el mismo conviene prestar atención a las muchas aves que surcan los cielos y que son uno de los principales recursos naturales de la zona.

Cómo llegar a los Mallos de Riglos

Para llegar a los Mallos de Riglos hay que seguir la carretera A-132. Esta comunica Huesca con Jaca (vincular a www.barcelo.com/guia-turismo/es/espana/huesca/que-ver/jaca): el desvío hacia Riglos está más o menos a medio camino (unos 45 minutos en coche desde ambas localidades). Una vez en el pueblo de Riglos se puede elegir la ruta a pie que más convenga a cada cual. 

A Riglos también se puede llegar en tren, con la línea regional que conecta Zaragoza con la estación de Canfranc. El recorrido desde Huesca (vincular a www.barcelo.com/guia-turismo/es/espana/huesca/que-ver/huesca-4-dias) es de algo más de una hora y solo hay dos trenes diarios: uno por la mañana y el otro a media tarde.

Recomendaciones para la visita

Al tratarse de un espacio natural y, por tanto, expuesto a las variables del clima, conviene tenerlo en cuenta a la hora de planificar una visita a los Mallos de Riglos. Así, en caso de viajar durante los meses de invierno, es preciso llevar el equipamiento necesario para combatir el frío y la humedad. Y en verano, evitar los días o momentos del día en que más aprieta el calor, así como protegerse la cabeza y la piel de los rayos del sol. 

En todo caso es necesario llevar un calzado adecuado a la irregularidad del terreno y preferiblemente cerrado. Sea cual sea la ruta elegida para la visita se debe llegar agua, para garantizar en todo momento una correcta hidratación, y algún alimento. 

A lo largo de estas rutas sorprende la abundancia de aves que pueblan el espacio natural. Por eso es más recomendable llevar unos prismáticos con los que observar sus evoluciones. En este sentido, es una obligación moral minimizar el impacto al medio ambiente, evitando producir sonidos fuertes o molestos para la fauna, recogiendo los desechos generados, teniendo controladas en todo momento a las mascotas y evitando deteriorar tanto el entorno geológico como la flora y la fauna.

Un último consejo: la mejor foto de los Mallos de Riglos es, sin duda, los alrededores del Centro de Interpretación de Aves Rapaces, sobre todo al atardecer. 

Qué ver en los alrededores

El impresionante paisaje geológico que conforma los Mallos de Riglos es compartido con la vecina localidad de Agüero. En ella, aparte de la contemplación en la distancia de estos monolitos, destaca su bien preservado casco urbano, con casas de piedra tan características del Prepirineo. 

En su término municipal se encuentra la ermita de San Felices, originaria del siglo XII, aunque muy reformada en el siglo XVII, que es el principal elemento del barrio prácticamente deshabitado al que da nombre.

Pueblo de Agüero en España

Muy próximo y con vistas a los Mallos está Murillo de Gállego, pueblo presidido por los espectaculares volúmenes de la iglesia del Salvador (siglo XI). Ésta, aunque ha sido muy reformada a lo largo del tiempo, mantiene un aspecto más parecido a una fortaleza medieval que a un templo. En este pueblo también merece visita el llamado Mirador del Reino de los Mallos, junto a la ermita de la Virgen de la Liena y los restos del castillo. 

Desde el punto de vista de la naturaleza resulta muy interesante el embalse de La Peña, situado a una media hora en coche de Riglos. Pese a tratarse de una obra humana (se inauguró hace algo más de un siglo para regular las aguas del río Gállego y favorecer la agricultura de la zona), es un buen refugio para numerosas especies de aves acuáticas y de rapaces.