Huesca cuenta con su propia muralla china. Pero lejos de ser fruto del esfuerzo realizado por la mano de obra humana, ha sido la propia naturaliza quien se encargó de esculpir durante eones una de las “construcciones” geológicas más peculiares de Aragón. Se trata de la Muralla de Finestres (o Finestras), una increíble y vertiginosa formación calcárea totalmente vertical que se precipita al embalse de Canelles y que separa la vertiente aragonesa de la sierra de Montsec de la catalana.
Dada la imponente presencia de esta barrera doble, pues cuenta con un canal interno entre las dos crestas, no es de extrañar que haya sido aprovechado por los hombres para levantar en su parte interna construcciones defensivas como castillos. Hoy la próxima localidad Finestres está abandonada y los vestigios que quedan están en ruinas, lo que dota a la zona de mayor magnetismo. Nos acercamos a este monumento natural de la comarca oscense de Ribagorza para conocer todos sus secretos.
Descubre la espectacular Muralla de Finestres
La Muralla de Finestres es una formación geológica de roca caliza creada en el periodo Cretácico (hace en torno a 100 millones de años). Un efecto tectónico propicio las llamativas capas que hoy pueden contemplarse, aunque de forma muy distinta a como surgieron, pues la erosión propiciada por los elementos durante millones de años han terminado por esculpir los dos estratos como las lisas paredes paralelas que son ahora. A pesar de que ahora tienen el turístico nombre de Muralla China de Finestres, lo cierto es que su nombre es Roques de la Vila.
La curiosa formación dfe paredes paralelas arranca en lo alto del cerro donde se ubica el pueblo abandonado de Finestres y continúa ladera abajo emergiendo sus crestas de forma más pronunciadas hasta cruzar el embalse en la zona más profunda de la vaguada para volver a subir en la ladera siguiente y perderse dentro del cerro. En total, la formación rocosa de la Muralla de Finestres tiene una longitud en torno a 840 metros.
De las dos crestas que discurren paralelas, es el muro sur el que cuenta con paredes más altas, sobre todo en el punto por el que cruza el embalse, con una altura que puede superar los 20 metros. Precisamente, en este punto, una oportuna abertura en el muro permite que se cuelen debidamente las aguas del embalse de Canelles, pasando al otro lado de las rocas.
Finestres, pueblo, castillo y ermita
La zona de Finestres estuvo poblada hasta 1960, aunque hoy sólo quedan ruinas de su pasado como territorio fronterizo y de su actividad humana. A lo largo de la historia no destacó por ser un núcleo poblacional relevante, además la creación del embalse de Canelles en los años 60 hipotecó la vida de sus escasos habitantes, que finalmente tuvieron que abandonar su tierra.
Pero hoy estas ruinas tienen un encanto especial. Situado en la zona más alta del cerro occidental que mira a la formación rocosa se encuentran los restos del pueblo de Finestres. Pasear por sus silenciosas calles es sentir la desoladora belleza de la llamada España Vacía. Pero no está vaciada del todo, una de las casas, la Cas Coix, está habitada. En el pueblo destaca una ermita del siglo XVIII dedicada a Santa María, así como los restos de un molino de aceite, lo que significa que uno de los principales sustentos económicos de la comarca estuvo vinculado con la aceituna.
Saliendo del pueblo, a unos 350 metros, se encuentra la ermita de San Marcos, un edificio modesto que se encuentra abierto al público. Lo más destacado de este lugar es que se trata de un mirador de la Muralla de Finestres. El lugar ofrece una espectacular panorámica de la curiosa formación calcárea, con el aliciente de que se trata de un espacio estupendo para hacer un picnic acompañados de la belleza del espacio presidido por las crestas y por las tonalidades esmeraldas del enorme embalse de Canelles. Desde este lugar se divisa la ermita de San Vicente ubicada entre los dos muros de piedra y que se construyó sobre los restos que en su día fue el Castillo de Finestres.
Para llegar a los restos del Castillo y ermita de San Vicente debemos volver al pueblo y tomar el camino señalizado que nos lleva al lugar. Lo más interesante es que pasamos por medio de la Muralla. Deberemos descender toda la colina entre las dos crestas hasta cruzar el punto del embalse y volver a ascender para llegar a la sencilla ermita. El santuario románico, fechado entre los siglos XI y XII, se levantó sobre los restos que quedaron en pie de un castillo musulmán y se sirvió incluso de una parte del muro de Finestres como pared rocosa natural que completara la construcción, convirtiéndose en un ejemplo perfecto de la simbiosis perfecta entre naturaleza y arquitectura rural. De la ermita sólo se mantiene en pie parte de la bóveda que se encuentra cerca del ábside. Desde este lugar existen unas vistas maravillosas del pueblo con el pantano de Canelles como telón de fondo.
Embalse de Canelles
El embalse de Canelles es hoy el segundo pantano más grande de la cuenca del Ebro, por detrás del de Mequineza. Se construyó en 1960 y tiene capacidad para 688 hectómetros cúbicos. Sirve como frontera natural entre las provincias de Huesca (Aragón) y Lleida (Cataluña).
Uno de los principales atractivos que tiene el embalse es realizar un recorrido en kayak en la zona en la que se encuentra precisamente la Muralla de Finestres y tener la oportunidad de cruzarla con esta divertida embarcación. Varias compañías de deporte activo como Montesecactiva, Intrepidkayaks, Guías del Montsec o Sport Traveling, entre otras, ofrecen la posibilidad de realizar esta entretenida excursión por la zona en kayak. De media, el precio del alquiler del equipo y la ruta con guía durante unas 4 horas tiene un coste de unos 45 euros por persona.
Recorridos y rutas
La ruta más común es la que lleva del pueblo de Finestres a la ermita de San Vicente a través del interior de la Muralla de Finestres. A pesar de estar relativamente cerca, en torno a un kilómetro, entraña en torno a 30 minutos en llegar de un punto a otro. Sobre todo, el primer tramo de bajada hacia el nivel del embalse, muy acusado, supone cierta dificultad, por lo que se debe extremar el cuidado.
Un recorrido interesante para conocer la región es tomar el vehículo para recorrer la comarca hasta llegar a la localidad de Montañana, un pueblo medieval abandonado en los años 80 declarado Bien de Interés Cultural y que se encuentra a 30 kilómetros de Finestres. Para ello, únicamente hay que retomar la carretera N-230 que nos lleva hasta el desvío (HU-941) de Montañana. Lo más destacado del pueblo son sus calles empredradas, el majestuoso puente romano y su bella iglesia románica.