Situado en el casco antiguo, muy cerca de otros monumentos históricos como la Catedral y el Ayuntamiento, el Museo de Huesca nos invita a realizar un viaje apasionante por la historia de esta provincia, desde la Prehistoria hasta el siglo XX. Dividida en dos grandes secciones temáticas ―Arqueología y Bellas Artes―, la colección del museo encuentra su emplazamiento en dos edificios de gran valor patrimonial: la antigua Universidad Sertoriana de Huesca, de estilo barroco y planta octogonal; y el anejo Palacio-residencia de los Reyes de Aragón, ejemplo valiosísimo del románico civil de finales del siglo XII. Para fortuna de los amantes del arte, el Museo de Huesca es también ejemplo de la implementación de la tecnología en el espacio museístico, tal y como demuestra su catálogo en línea ―a través de la página web del museo―, o la incorporación de códigos QR que nos permiten descargar información adicional acerca de las obras expuestas en nuestro teléfono móvil. A continuación, te contamos algunos detalles acerca de la historia del museo y te indicamos las obras mas destacables de su colección.

La historia del Museo de Huesca

Hasta su instalación definitiva en la Universidad Sertoriana de Huesca en 1967, la colección del Museo de Huesca había sido una colección nómada, trasladada de un lugar a otro al albur de los grandes acontecimientos de la historia española reciente. Su origen lo encontramos en el proceso de desamortización eclesiástica decretado por Mendizábal ―principal protagonista de la Revolución liberal española― en 1835. Tras la desaparición progresiva de varios conventos en la zona del Alto Aragón, el artista Valentín Carderera, pintor de cámara de la reina Isabel II, decidió reunir todas las obras pictóricas nacionalizadas ―y parte de su propia colección privada― en torno al naciente Museo Artístico y Arqueológico de Huesca.

 

 

Fundada, de manera oficial, en 1873, esta institución se instaló en un primer momento en el edificio de la Compañía de Jesús. Más tarde, sería trasladada al Colegio Mayor de Santiago, dónde pasaría sus siguientes 120 años de vida. Finalmente, en 1967, la Universidad Sertorina ―declarada Monumento Histórico Artístico tan sólo 5 años antes― se convierte en la sede del museo, un lugar increíble que no ha dejado de experimentar renovaciones arquitectónicas a fin de actualizar las estancias a las colecciones crecientes del museo.

Visita: qué puedes ver en el Museo de Huesca

Edificios

Ubicado en la plaza de la Universidad, en el extremo norte del centro histórico de Huesca, la fachada de piedra arenisca del antiguo edificio de la Universidad Sertoriana recibe a los visitantes y los sorprende con su curiosa planta octogonal. Construido a finales del siglo XVII por el arquitecto oscense Francisco Antonio de Artiga, dicho edificio encarna la llamada arquitectura herreriana ―o manierismo clasicista―, una corriente artística surgida en España a finales del siglo XVI, cuya seña de identidad principal es la falta absoluta de ornamentación. En cambio, desafiando la austeridad decorativa del exterior, tras sus paredes se esconde un patio interior repleto de vegetación, arcos apainelados y columnas toscanas. Este edificio acoge, además de las salas de la exposición permanente, la biblioteca, las oficinas, los almacenes y el laboratorio del Museo de Huesca.

Patio interior del Museo
Patio interior del Museo (imagen cedida por el Museo de Huesca)

Por su parte, el Palacio de los Reyes de Aragón, construido en el siglo XII en estilo románico, hace las veces de prolongación del edificio principal, acogiendo en su interior estancias cargadas de secretos y leyendas. Junto a la Sala de Doña Petronila y el Salón del Trono ―ambas dedicadas a la organización de exposiciones temporales y actividades didácticas―, encontramos la Sala de la Campana, una estancia donde, según cuenta la denominada crónica pinatense, el rey aragonés Ramiro II el Monje decapitó a doce nobles oscenses que planeaban realizar una sublevación.

Sala de la Campana
Sala de la Campana (imagen cedida por el Museo de Huesca)

Colecciones

En la actualidad, el Museo de Huesca cuenta con hasta 8 salas de exposición permanente, cuyo recorrido lineal permite trazar, de manera clara y concisa, un viaje por la historia de Huesca desde la Prehistoria:

  • Las cuatro primeras salas quedan reservadas a la sección de Arqueología, cuya cronología abarca desde la Prehistoria hasta el siglo XII. Aquí podemos contemplar útiles musterienses pertenecientes a la Prehistoria oscense, como una punta y un raspador hallados en yacimientos de la zona. También cerámicas y murales de época romana, monedas visigodas, telares islámicos y figuritas románicas.
Sala Prehistoria
Sala Prehistoria (imagen cedida por el Museo de Huesca)
  • Las cuatro salas siguientes se dedican a las Bellas Artes de Huesca, con muestras del patrimonio artístico regional que abarcan desde el siglo XII al XX. Es el caso, por ejemplo, del tríptico flamenco de La Virgen de la Rosa, perteneciente al gótico aragonés de mediados del siglo XV. Asimismo, podemos contemplar el conjunto de litografías conocido como “Los Toros de Burdeos”, realizado por Goya en esta ciudad francesa en 1825. Habría que deternese también en las obras de los hermanos Bayeu, entre las que destacarían el Retrato del Conde de Aranda de Ramón Bayeu, el conjunto de pinturas que ilustran el Ciclo de San Bruno realizadas de Manuel Bayeu y el retrato de Paula de Melzi cuya atribución a Francisco Bayeu en la actualidad es dudosa.
Sala Barroco
Sala Barroco (imagen cedida por el Museo de Huesca)

Además de estas colecciones permanentes, el Museo de Huesca también habilita, en el anejo Palacio Real, algunas estancias destinadas a la celebración de exposiciones temporales y actividades culturales. Es el caso de los talleres para familias que la asociación El Laboratorio del Arte organiza periódicamente. En definitiva, una manera de acercar el arte a los más pequeños en un contexto cómodo y divertido.

A aquellos que no puedan acudir físicamente les interesará saber que, en la página web oficial, existe un acceso directo al catálogo digital ―CER.es―. Asimismo, el museo se sirve de la tecnología móvil a la hora de organizar itinerarios temáticos por las exposiciones permanentes. Dos ejemplos recientes son “El mundo funerario” y “Arqueología y mujer”, dos perspectivas distintas en torno a un mismo conjunto de obras artísticas.