En el extremo oriental de Huesca, en el límite con la vecina provincia de Lleida, se encuentran las pasarelas de Montfalcó, una fabulosa obra humana anclada a la pared de roca que permite enlazar caminos en un paisaje de absoluto vértigo.
Una pared de roca sobre el embalse de Canelles, del río Noguera Ribagorzana, límite natural entre Aragón y Cataluña, es el gran obstáculo físico que se interpone en los caminos que unen a las poblaciones de la zona. Salvar esta barrera de la naturaleza fue el reto que se propusieron los creadores de estas pasarelas.
Montfalcó puede recordar al famoso Caminito del Rey de Málaga, otra ruta de pasarelas en pleno desfiladero que se ha hecho muy popular en los últimos años. En el entorno de las pasarelas de Montfalcó encontrarás esa ruta de senderismo que se caracteriza por una espectacularidad absoluta. Eso sí, no es apta para los que sufren de vértigo.
Qué son las pasarelas de Montfalcó
El río Noguera Ribagorzana nace en el valle de Arán y desde prácticamente sus inicios se erige como límite natural entre Aragón y Cataluña. Según avanza en dirección sur hacia la cuenca del Ebro, el río se abre paso entre diferentes serranías y relieves escarpados que conforman desfiladeros y barrancos, con la presencia de algunos embalses.
En una de estas presas, la de Canelles, se encuentran las pasarelas de Montfalcó. Estamos en la Sierra del Montsec, en el Prepirineo, un hachazo montañoso entre Huesca y Lleida que solo atraviesa el río Noguera-Ribagorzana.
Las pasarelas de Montfalcó se construyeron en los años 2013 y 2014 tras muchos años de espera. La creación del embalse de Canelles en 1960 y la consabida anegación de los terrenos se cortaron los caminos que circulaban a ambas orillas del río, dejando el pueblo de Montfalcó deshabitado. Con la recuperación de los caminos gracias a las pasarelas, se restaura una vía de comunicación utilizada desde siglos atrás.
Para recuperar el viejo camino, el proyecto establecía la construcción de dos pasarelas clavadas a la pared vertical, así como un puente colgante por la parte del barranco del Sigüe, el punto más estrecho de todo el embalse de Canelles, unos metros río arriba.
Las pasarelas son de madera con fijaciones de acero clavadas a la roca. Ambas salvan desniveles de 33 y 50 metros, respectivamente, zigzagueando por el barranco con vistas de auténtico vértigo. Junto a ellas, el puente colgante de 35 metros de largo que cruza de Huesca a Lleida, otro emocionante paso en este paraje tan singular.
El proyecto también recuperó el antiguo refugio que empleaban los trabajadores, la Casa Batllé, hoy Albergue de Montfalcó.
Recorrido: de Monftfalcó al Congost de Mont Rebei
La construcción de las pasarelas y del puente colgante han permitido recuperar el sendero que une ambas provincias y establecer varias rutas de senderismo.
La ruta de Montfalcó al Congost de Mont Rebei es la principal de ellas, ya que recorre estas impresionantes pasarelas y une ambas provincias. Esta ruta lineal parte del propio albergue de Montfalcó, en el lado aragonés, donde hay un amplio aparcamiento donde aparcar el coche, hasta La Masieta, en lado catalán, donde espera otro aparcamiento. En total, ocho kilómetros y medio de un exigente camino, dada la particularidad de las pasarelas. Como no es circular, conviene organizarse para la recogida en La Masieta.
Al comienzo de esta ruta hay un desvío para visitar la cercana ermita de Santa Quiteria, una pequeña y hermosa iglesia románica desde donde se puede disfrutar de fantásticas vistas sobre el embalse. Ya de vuelta en el camino, en apenas dos kilómetros de descenso se alcanza el primer tramo de pasarelas, un desnivel de 33 metros en pleno farallón de roca. El ancho del paso solo permite pasar a una persona. Las vistas desde la propia pared impresionan.
Tras la primera pasarela, se continúa bordeando la pared hasta alcanzar la segunda pasarela, más larga. Mide 97 metros de largo y un desnivel de 50 metros. Es el tramo más espectacular, desde donde se divisa el puente colgante del Siegue. Ya en tierra firme terminadas las escaleras, un fuerte descenso conduce hacia el vertiginoso viaducto que atraviesa el río y cruza el límite de Aragón.
Una vez en el lado catalán, una subida lleva al caminante hacia el Congost de Mont Rebei, el espectacular desfiladero que se asoma al abismo. El camino transcurre horadado sobre la propia pared, como si de la galería de un gusano se tratase.
Consejos y seguridad
Hacer la ruta de las pasarelas de Montfalcó no es en absoluto un deporte de riesgo, aunque sí que hay que tomar algunas precauciones de seguridad. La ruta no es muy larga (menos de 9 kilómetros) pero es rompepiernas por la naturaleza de las propias pasarelas, por lo que no es apta para cualquier estado de forma físico.
El principal consejo de seguridad está relacionado con el vértigo. Al tratarse de unas pasarelas que vuelan clavadas a una pared, las personas con vértigo pueden sufrir algún tipo de síntoma sobre el que conviene tener precaución. Las pasarelas tienen varios cables de acero por su lado exterior, por lo que hay seguridad en todo momento. No tengas miedo, el recorrido es seguro.
El ancho de la estructura no permite el paso de más de una persona, salvo en algunos puntos y descansillos donde sí hay más espacio. También conviene tener precaución con los escalones de las pasarelas, ya que no es un suelo continuo y hay espacios entre cada peldaño.
Un último consejo para recorrer las pasarelas de Montfalcó: no es una ruta circular, es lineal, por lo que se debe planificar qué hacer al llegar al final de la ruta. Si es un grupo grande, puede dividirse y hacer la ruta en ambos sentidos, intercambiando las llaves a mitad de ruta. Si no, también existe la posibilidad de encargar un taxi para la recogida al final de la ruta.