El Pirineo Aragonés está salpicado de pueblos con encanto que debes descubrir en tu escapada de turismo por esta hermosa zona del norte de España. Son, en general, municipios pequeños que conservan aún todo el sabor y las tradiciones de una cultura que se ha ido forjando durante siglos en medio de una naturaleza prácticamente virgen. Hablamos de localidades como Aínsa, Ansó, Alquézar, Panticosa, Torla, Benasque, Hecho, Broto, Lanuza… Son pueblos bonitos de Huesca que tienes que descubrir en tu escapada de turismo por el Pirineo Aragonés y que no te dejarán indiferente.
Para que no te pierdas en tu deambular por los pueblos de Huesca, te ayudamos a descubrir los más singulares:
- El encanto de Aínsa
- Los bonitos rincones de Ansó
- Alquézar, en lo alto
- Nieve y termalismo en Panticosa
- Torla-Ordesa, una puerta hacia la naturaleza
- Benasque, el corazón del Pirineo
- Hecho, un pueblo privilegiado
- Sallent de Gállego, la meca del esquí
- El paisaje de Tramacastilla de Tena
- Lanuza y el festival Pirineos Sur
- Broto, a la entrada del valle de Ordesa
- Jaca, capital del Pirineo y de la Jacetania
- Montañana, un viaje a la Edad Media
- Loarre, a los pies de un increíble castillo
- Boltaña
- Canfranc, el pueblo de la estación de tren
- Tella, misterio entre ermitas y brujas
- Formigal, paraíso de la nieve y la fiesta invernal
- Dónde comer en el Pirineo aragonés
El encanto de Aínsa
Estamos ante una localidad ubicada en pleno Pirineo de Huesca que cuenta con una larga historia representada en los restos de su viejo castillo amurallado. No puedes perderte la Colegiata, la Ciudadela, la iglesia románica de Santa María… Además, tienes a un paso el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara.
Los bonitos rincones de Ansó
Este pequeño pueblo de la Jacetanía tiene un casco histórico muy bien conservado, con un conjunto arquitectónico que ha merecido la declaración de Bien de Interés Cultural. No dejes de visitar la iglesia parroquial de San Pedro ni el Museo del Traje Ansotano. Disfruta también de las bonitas edificaciones de piedra y madera de uno de los pueblos que están cerca de Jaca, mientras descubres los rincones más encantadores de la villa.
Alquézar, en lo alto
Encamarado sobre una de las sierras limítrofes al Pirineo, este bonito pueblo del Somontano oscense mira desde lo alto un impresionante paisaje que ha modelado el río Vero. Alquézar cuenta con una magnífica colegiata y un casco urbano medieval que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. Desde sus miradores, se divisan espacios dignos de la mejor postal.
Nieve y termalismo en Panticosa
Ubicado en el valle de Tena, el pueblo de Panticosa es un destino muy codiciado por los amantes del esquí y el senderismo. En su territorio confluyen los ríos Caldarés y Bolática y en su casco histórico sobresale su iglesia de origen románico. Sin embargo, sus principales bazas turísticas son la estación de esquí, que se eleva hasta el Valle de Sabocos, y las aguas termales de su balneario, situado a 1.630 metros de altitud.
Torla-Ordesa, una puerta hacia la naturaleza
Enmarcada por altas montañas, la localidad de Torla-Ordesa tiene una larga historia y un patrimonio cultural que ha sabido conservar durante siglos. No olvides visitar su iglesia románica construida sobre una gran roca. El pueblo tiene 230 habitantes aproximadamente y representa la puerta de acceso al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un espacio natural digno de visitar por sus espectaculares paisajes y por su variedad de rutas de senderismo.
Benasque, el corazón del Pirineo
Es uno de los pueblos más bonitos de Huesca. La localidad de Benasque, que comprende también los núcleos de población de Cerler y Anciles, cuenta con elementos tan singulares y atractivos en su casco antiguo como el Palacio de los Condes de Ribagorza o Casa Juste, con su particular torreón. En total, cuenta con 1.700 habitantes. Dicen que su balneario de aguas sulfurosas ya estuvo activo en tiempo de los romanos.
Hecho, un pueblo privilegiado
Estamos ante uno de los pueblos de la provincia de Huesca que puede considerarse privilegiado, no sólo por su precioso casco urbano, sino también por el paisaje que le rodea. Sus calles empedradas, los tejados de pizarra plagados de curiosas chimeneas y sus fachadas de piedra con escudos hacen de Hecho un destino muy atractivo. Descubre su exposición permanente de esculturas al aire libre y su Museo Etnológico, ubicado en una típica vivienda chesa, Casa Mazo.
Sallent de Gállego, la meca del esquí
Este bonito pueblo pirenaico está rodeado de paisajes espectaculares y cuenta con interesantes monumentos en su centro histórico, tales como su iglesia de estilo gótico del siglo XVI y su puente medieval. Date un paseo tranquilo por sus calles y descubrirás rincones que te dejarán huella. A escasos kilómetros de Sallent de Gállego, se encuentra Aramón Formigal–Panticosa, la estación de invierno con más kilómetros esquiables de España.
El paisaje de Tramacastilla de Tena
Su nombre significa “entre castillos” y se halla enclavado en un paraje espectacular, en un valle presidido por las peñas Telera y Blanca, con el pantano Búbal a sus pies, y rodeado de bosques. Es muy emocionante descubrir la arquitectura tradicional de Tramacastilla de Tena dando un paseo por sus calles y callejas. Es muy recomendable visitar la iglesia románica (siglo XIII) y admirar su retablo renacentista (siglo XVI).
Lanuza y el festival Pirineos Sur
Situado en el epicentro del valle de Tena, en la orilla izquierda del pantano de Lanuza, es uno de los pueblos con encanto de Huesca y seguro que te enamora por sus bonitas casas de piedra y pizarra. Esta bonita localidad rodeada de montañas acoge cada verano, desde 1994, Pirineos Sur, el prestigioso Festival Internacional de las Culturas. El escenario se coloca sobre el pantano que embalsa las aguas del río Gállego.
Broto, a la entrada del valle de Ordesa
Enclavado en la comarca del Sobrarbe, Broto es uno de los pueblos más bonitos del Pirineo Aragonés. Cuenta con un bonito castillo que se ilumina a la caída del sol y se ve desde kilómetros. Se halla a la entrada del Valle de Ordesa y en las afueras del pueblo se puede contemplar la célebre cascada de Sorrosal, desde la que parte una vía ferrata de unas dos horas de duración. Una opción ideal para disfrutar de otro pueblo encantador, incluso con niños.
Jaca, capital del Pirineo y de la Jacetania
Con 14.000 habitantes, Jaca es la capital del Pirineo y también de la Jacetania, un territorio histórico que se extiende en una zona de Aragón que hace frontera con Francia. Cuenta con muchos atractivos turísticos, desde la Casa Consistorial hasta el Monasterio de las Benedictinas, pasando por el Fuerte de Rapitán, la Torre del Reloj o sus edificios modernistas. Hay que recordar que en su término municipal, compuesto por 33 pueblos, se encuentra el célebre Monasterio de San Juan de la Peña, del siglo X, cuna del primitivo Reino de Aragón. En la actualidad, Jaca es un importante centro turístico y de deportes de invierno del Pirineo, debido a su cercanía a las estaciones de esquí de Astún y Candanchú.
Montañana, un viaje a la Edad Media
Montañana es una villa pirenaica con un encanto especial. Atesora más de mil años de historia y sus calles empedradas dan fe de cómo vivían sus habitantes en la Edad Media. De su pasado de esplendor hablan sus tres iglesias románicas, los restos de dos castillos y un bonito puente medieval de doble arcada que se ha convertido en el logotipo de la villa. El pueblo se encuentra rodeado de un entorno natural idílico que invita, también, a ser descubierto a través de alguna de sus espectaculares rutas de senderismo.
Loarre, a los pies de un increíble castillo
Lo primero que el viajero divisa al aproximarse a Loarre es su espectacular castillo medieval, el más importante de Aragón y uno de los mejores de Europa, en el que se han rodado películas tan célebres como “El reino de los cielos”, de Ridley Scott. A los pies de esta magnífica fortaleza y a unos 30 kilómetros de Huesca, se encuentra el casco histórico de la villa, que cuenta con edificios tan emblemáticos como el de su antiguo ayuntamiento, de estilo renacentista, que hoy está ocupado por una de las hospederías de Aragón, o el de la iglesia de San Esteban, dotada de una singular torre, que custodia las reliquias de San Demetrio.
Boltaña
A orillas del río Ara y muy cerca de Aínsa, se asienta Boltaña, una tranquila villa con uno de los cascos históricos más grandes del Pirineo aragonés. Las callejuelas siguen una trama que creció entre los siglos XVI y XVIII, donde las casas blasonadas nos muestran el esplendor de la piedra como elemento de construcción. Pero en Boltaña manda su monasterio del Carmen, reconvertido hoy en el Barceló Monasterio de Boltaña, un hotel de ensueño a las puertas de los Pirineos.
Canfranc, el pueblo de la estación de tren
¿Cómo una estación de tren tan grande ha encontrado su espacio entre montañas de casi 3.000 metros? Hermosa, afrancesada, mítica y cautivadora, siempre con un halo de misterio que te atrapa, especialmente cuando sobresale entre el manto blanco del invierno. La estación de tren de Canfranc reina en su homónimo pueblo gracias a sus 241 metros de longitud. Ya solo por ella merece la pena venir hasta aquí. Pero Canfranc, el lugar, es más que eso. Es el entorno, majestuoso, con las estaciones de esquí de Astún y Candanchú a dos pasos. Y es la historia, donde el Camino de Santiago ha dejado su huella. Así es Canfranc, único.
Tella, misterio entre ermitas y brujas
Aislada entre barrancos y montañas se encuentra Tella, una minúscula aldea a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Tella esconde tres ermitas, de las más antiguas del románico aragonés, en un paraje idílico. Suyos son también el dolmen de Tella, la Cueva del Oso Cavernario y la leyenda de las brujas, que tendrás que descubrir allí. Y es que por algo se conoce a Tella como el pueblo de las brujas.
Formigal, paraíso de la nieve y la fiesta invernal
Formigal es uno de los templos del esquí en España. Su estación de esquí hace las delicias de los aficionados, con cuatro valles y más de 150 kilómetros esquiables que llegan hasta la frontera francesa. Al terminar la jornada, el ambiente festivo toma tanto la estación como el pueblo de Formigal, a la vera de las pistas. Bares, restaurantes y alguna que otra discoteca se activan hasta altas horas.
Dónde comer en el Pirineo aragonés
Ternasco de Aragón, longaniza de Graus, paté de Aínsa, chiretas, ensalada aragonesa, migas, setas… La gastronomía aragonesa y de montaña tiene en la provincia de Huesca numerosos lugares donde disfrutarla. En localidades como Benasque, Biescas, Jaca, Formigal,, Torla o Aínsa encontrarás tabernas y restaurantes donde poder degustar estos platos preparados de la manera más tradicional. También cuentas con las bordas, antiguas casas de montaña dedicadas al ganado reconvertidas en fantásticos restaurantes en medio de un entorno privilegiado. En Ansó o en Hecho encontrarás varias de ellas.