Biescas, enclavada en el corazón del Pirineo Aragonés, es mucho más que un punto de paso hacia las estaciones de esquí o el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este pintoresco pueblo de la comarca del Alto Gállego es un destino en sí mismo, con una rica historia, un patrimonio cultural fascinante y una naturaleza que invita a ser explorada en cada estación del año. Biescas ofrece al visitante una combinación única de tradiciones arraigadas, paisajes impresionantes y actividades al aire libre que lo convierten en un destino ideal para los amantes de la montaña, la historia y la gastronomía. Desde la emblemática Ermita de Santa Elena hasta las rutas de senderismo que serpentean por valles y barrancos cercanos, descubrir Biescas es adentrarse en una de las joyas escondidas de los Pirineos.
- Historia de la localidad: un cruce de caminos en los Pirineos
- Qué puedes ver en tu visita a Huesca: ermitas de leyenda, rutas por iglesias románicas y arcos de piedra naturales
- Senderismo en la zona: un paraíso para caminantes
- Visitas en los alrededores: antiguos balnearios del siglo XVII y reservas de fauna pirenaica
Historia de la localidad: un cruce de caminos en los Pirineos
La historia de Biescas está marcada por su ubicación estratégica en el valle del río Gállego, a medio camino entre las altas cumbres pirenaicas y los llanos de la Hoya de Huesca. Este emplazamiento privilegiado ha convertido a la localidad en un cruce de caminos y culturas a lo largo de los siglos. Ya en la época romana, Biescas era un punto de paso para las rutas que conectaban el norte de la península ibérica con el sur de Francia. Durante la Edad Media, su posición fronteriza le otorgó un papel relevante en las luchas y alianzas entre los reinos cristianos y musulmanes.
Biescas también sufrió los estragos de la Guerra Civil Española, especialmente durante la Batalla del Alto Gállego, en la que la localidad quedó prácticamente destruida. Sin embargo, como testimonio de la resistencia y la capacidad de reconstrucción de sus habitantes, Biescas resurgió de sus cenizas, y hoy se presenta como un encantador pueblo que combina la arquitectura tradicional de montaña con modernas infraestructuras turísticas.
La historia del pueblo no solo se conserva en sus calles empedradas y en sus edificios centenarios, sino también en las tradiciones, las leyendas y el espíritu acogedor de sus habitantes, que se siente especialmente en eventos anuales como la Feria de Otoño o la Romería de Santa Elena. Pasear por las calles de Biescas es como caminar por las páginas de un libro de historia que cuenta relatos de guerras, comercio, peregrinaje y, sobre todo, de la vida en la montaña.
Qué puedes ver en tu visita a Huesca: ermitas de leyenda, rutas por iglesias románicas y arcos de piedra naturales
Ermita de Santa Elena, un lugar de culto y leyenda
La Ermita de Santa Elena es uno de los lugares más emblemáticos de Biescas. Situada a pocos kilómetros del centro del pueblo, en un entorno natural espectacular entre cascadas y bosques, esta ermita es un importante centro de devoción popular y uno de los puntos más visitados del Alto Gállego. La ermita, dedicada a Santa Elena, madre del emperador Constantino, es conocida por las aguas milagrosas que brotan de una fuente cercana, consideradas curativas por la tradición local. Además, se cuenta que la santa se apareció en el lugar, lo que ha dado origen a numerosas leyendas y a una romería que cada año atrae a cientos de peregrinos y visitantes.
El entorno de la ermita ofrece también un atractivo adicional: el Dolmen de Santa Elena, uno de los megalitos más destacados del Pirineo aragonés, que data del neolítico y se cree que fue un antiguo lugar de culto prehistórico. La combinación de patrimonio histórico y natural hace de esta visita una experiencia completa, que permite al visitante sumergirse en la rica herencia cultural de la región y disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes del valle del Gállego.
Ruta de Serrablo, un recorrido por la arquitectura románica pirenaica
La Ruta de Serrablo es un viaje en el tiempo a través de la arquitectura románica aragonesa, y Biescas es uno de los puntos de partida ideales para explorarla. Esta ruta, que discurre entre los pueblos del Alto Gállego, permite descubrir un conjunto de iglesias románicas únicas por su estilo y su estado de conservación. Caracterizadas por su sencillez y austeridad, estas iglesias, como la de San Bartolomé de Gavín o la de San Juan de Busa, muestran elementos únicos como los ábsides de herradura y las portadas de arco de medio punto.
La ruta es perfecta para los amantes del arte y la historia, pero también para aquellos que disfrutan de un paseo por la naturaleza, ya que serpentea a través de paisajes de gran belleza, entre montañas, bosques y ríos. A lo largo del camino, es posible encontrar numerosos paneles informativos que explican la historia y las características de cada iglesia, convirtiendo el recorrido en una experiencia educativa y visualmente enriquecedora.
Arco de Piedrafita: un monumento natural tallado por el tiempo
Uno de los fenómenos naturales más impresionantes de la zona es el Arco de Piedrafita, una formación rocosa natural que ha sido esculpida por la erosión del viento y el agua a lo largo de millones de años. Este arco de piedra caliza, situado a unos 1.700 metros de altitud, se encuentra en el entorno del Valle de Tena y ofrece unas vistas espectaculares de los Pirineos. Para llegar hasta el arco, es necesario realizar una caminata de dificultad moderada, que parte del cercano pueblo de Piedrafita de Jaca y atraviesa paisajes de alta montaña con una fauna y flora típicas de la región.
La excursión al Arco de Piedrafita es ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, ya que permite disfrutar de la serenidad de los Pirineos y, al mismo tiempo, de una de las formaciones geológicas más curiosas y bellas de Aragón. La recompensa final es la vista a través del arco hacia los valles y picos que lo rodean, una postal natural que difícilmente se borrará de la memoria del viajero.
Otros rincones y sorpresas que no puedes perderte en Biescas
Más allá de sus grandes atractivos, Biescas cuenta con numerosos rincones que merecen ser descubiertos. Uno de ellos es el Parque de Arratiecho, un área recreativa y de esparcimiento ideal para disfrutar de un día en familia o con amigos. El parque cuenta con zonas de picnic, merenderos y juegos infantiles, además de senderos que permiten explorar la naturaleza circundante.
Otra visita recomendable es el museo de La Torraza, ubicado en una casa-fuerte construida en 1580 por un vecino de Biescas, el infanzón Juan de Acín. El imponente edificio acoge una atractiva exposición de carteles ilustrativos, maquetas, objetos y medios audiovisuales que te permiten retroceder hasta el siglo XVI, recorriendo el contexto geográfico, arquitectónico e histórico de Biescas en aquella época.
Por último, una actividad interesante para hacer con niños es la Ruta de los Bunkers de Biescas, muy cerca de la ermita de Santa Elena. Se trata de la línea P, abreviatura de Pirineos, una línea defensiva de miles de búnkeres construidos durante los primeros años del franquismo ante posibles ataques invasores desde Francia. Es considerada «la mayor obra fortificada de la Península Ibérica y la más importante levantada en Europa con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial».
Senderismo en la zona: un paraíso para caminantes
El entorno de Biescas es un verdadero paraíso para los amantes del senderismo, con rutas para todos los niveles de dificultad. Desde caminatas suaves por el Valle de Ordesa y el Valle de Tena, hasta rutas más exigentes como el ascenso a la Peña Oroel, Biescas ofrece opciones para todos los gustos. Cada sendero lleva al visitante a través de paisajes de ensueño, donde se combinan verdes praderas, ríos cristalinos y cumbres nevadas.
Una de las rutas más populares es el Paseo de las Brujas, que recorre los bosques de hayas y robles cercanos a la localidad y que debe su nombre a las leyendas de brujería que durante siglos han circulado por la zona. Este sendero ofrece la posibilidad de conectar con la naturaleza mientras se descubren las historias y mitos que forman parte del imaginario popular del Alto Aragón.
Visitas en los alrededores: antiguos balnearios del siglo XVII y reservas de fauna pirenaica
En los alrededores de Biescas, hay numerosos lugares que merecen una visita. Muy cerca se encuentran los Baños de Panticosa, un antiguo balneario situado en un espectacular circo glaciar que invita a relajarse en sus aguas termales. Otra opción es visitar el Parque Faunístico Lacuniacha, un espacio natural en el que se pueden observar especies autóctonas de los Pirineos, como el lince boreal, el lobo ibérico y el oso pardo, en un entorno que imita su hábitat natural.