El Valle de Pineta supone el acceso natural a ese impresionante paraje que es el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Uno de los espacios protegidos más impresionantes del país, coronado por cumbres de más de 3.000 metros en la cabecera del valle.
Sin duda, se trata de uno de los entornos naturales y humanos más impresionantes de la provincia de Huesca y una meta ineludible para amantes del senderismo y de las ascensiones de alta montaña. Como en el resto de los Pirineos, aquí el agua, en forma de ríos, cascadas, nieve y hielo tiene una importancia principal. Elemento del que se nutre una valiosa biodiversidad. De hecho, contemplar la naturaleza, sin más, es una de las mejores actividades que se pueden y deben disfrutar en el Valle de Pineta.
Contexto natural y cómo llegar
En el Valle de Pineta se suceden los bosques de coníferas (abetos y pinos) y de hayas, el nacimiento del río Cinca, con su cascada natural y las de Lalarri, prados de alta montaña, nieves perpetuas y circos glaciares, como el de Pineta, que está al pie de sus principales alturas: Monte Perdido (3.355 metros), Marboré (3.248 metros) y Tuca Roya (2.818 metros).
Para acceder al Valle de Pineta en vehículo propio hay que llegar hasta Bielsa por la carretera A-138 desde Barbastro. A Bielsa se puede llegar también en bus con la compañía Autocares Bergua desde Ainsa, aunque conviene decir que los horarios son bastante reducidos en la temporada de invierno y con frecuencias diarias en verano.
Qué ver en el Valle de Pineta
Una ruta para ver el Valle de Pineta debería comenzar en Bielsa, que es su principal núcleo de población. Pese a haber sido arrasado durante la Guerra Civil (1936/39) se logró reconstruir parte de sus edificios históricos, entre ellos el Ayuntamiento (siglo XVI) y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, también renacentista. Además, merece una visita el Museo Municipal, con una interesante colección etnológica y una buena introducción a lo que luego se puede conocer en el resto del valle.
Hay otros pueblos interesantes en Pineta, como Javierre (auténtica puerta de entrada al valle), Espierba, Parzán y Chisagües. Pero, como ya hemos comentado, más que el elemento humano, por lo que destaca el Valle de Pineta es por sus parajes naturales. Entre los más recomendables están:
- Circo de Pineta: se trata de una formación geológica de origen glaciar, cabecera del Valle de Pineta y punto de nacimiento del río Cinca, uno de los principales fiduciarios del Ebro.
- Cascada del Cinca: es uno de los lugares favoritos de visita en el Valle de Pineta, fundamentalmente por la facilidad de acceso, pero también por su belleza. Se encuentra a poco más de 1 kilómetro a pie del Parador.
- Llanos y cascadas de Lalarri: también de origen glaciar, por aquí discurre el río Lalarri que, antes de llegar a los llanos debe salvar un barranco, formándose varios saltos de agua a cada cual más atractivo y refrescante.
- Balcón de Pineta: es uno de los mejores miradores de esta zona de los Pirineos, al que se accede tras una esforzada caminata que parte desde la ermita de Nuestra Señora de Pineta.
- Ibón de Marboré: se trata de un pequeño lago de montaña situado justo encima del Circo de Pineta, a unos 2.600 metros de altitud. Permanece congelado durante buena parte del año.
Senderos y naturaleza
Son muchos los recorridos senderistas que surcan el valle. Y, aunque desde aquí parten algunas de las ascensiones más técnicas y complicadas en los Pirineos (como la de Monte Perdido), lo cierto es que hay rutas adaptadas a todo tipo de condición física.
Entre las más populares y conocidas están la que lleva al Balcón de Pineta desde las inmediaciones del Parador. Una ruta de dificultad media, aunque con un fuerte desnivel, que se puede cubrir en algo más de tres horas (solo ida).
Desde el Balcón de Pineta se puede continuar por la llamada Faja de la Tormosa, a más de 2.000 metros de altura, desde la que se pueden observar impresionantes panorámicas a Monte Perdido y su glaciar. Desde las inmediaciones del Parador también se puede llegar a los Llanos de Lalarri, en una ruta de dificultad media-baja y unas tres horas de paseo.
A lo largo de los senderos pueden salir al paso muchos animales autóctonos, entre ellos el sarrio (especie de cabra salvaje). Además, aquí habita el jabalí, la nutria, la marmota, el armiño o la marta, entre los mamíferos. En cuanto a las aves, destaca la presencia de quebrantahuesos, águila real, buitre leonado y alimoche, entre otras muchas. También es importante la colonia de lagartos verdes y tritones pirenaicos.
En cuanto a la flora, como ya hemos dicho abundan los bosques de coníferas y de hayas. Y en las alturas también se puede encontrar la flor de nieve (o edelweis), además de varias especies de orquídeas de montaña, como la conocida como zapatito de dama.
Consejos para tu visita al Valle de Pineta
Lo más importante que hay que tener en cuenta para la visita al Valle de Pineta es la climatología. Incluso en plena temporada estival los cambios son habituales, con grandes bajadas de temperatura. También son frecuentes las tormentas. Esto no debería suponer mayor problema, siempre que se visite el valle con una buen equipación, sobre todo si se pretende disfrutar de alguna de las excursiones a pie a los principales puntos de interés del valle.
Esto es especialmente importante en invierno, cuando buena parte del Valle de Pineta permanece cubierto de nieve y se desaconseja la visita a sus parajes más elevados. Al tratarse de un espacio de alta montaña, con independencia de la época elegida para la visita, lo recomendable es hacerlo siempre con compañía y suficiente agua y víveres, por si fuera necesario pasar la noche en algunos de los refugios.
Por otro lado, conviene recordar que el Valle de Pineta forma parte de un espacio natural protegido, en el que conviene ser especialmente respetuoso con la flora y con la fauna, evitando en lo posible alterar su hábitat y atendiendo en todo momento a las indicaciones tanto de la cartelería situada junto a los senderos como la que ofrecen en los centros de información.
Qué ver en los alrededores
Al estar el Valle de Pineta en plena cordillera de los Pirineos, es fácil deducir que son muchos y bellísimos los paisajes naturales que se pueden admirar en su entorno. Un buen ejemplo es el Valle de Chistau (o Gistau), regado por el río Cinqueta y rodeado, como Pineta, por imponentes montañas. Desde la localidad de Gistau, la más alta del valle, se puede disfrutar de una impresionante panorámica de conjunto.
No muy lejos está el Cañón del Añisclo (vincular a https://www.barcelo.com/guia-turismo/es/espana/huesca/que-ver/canon-de-anisclo/), muy próximo a la localidad de Escalona. Se trata de una profunda garganta generada en la época glaciar que, con el paso de los siglos, ha sido horadada por el río Bellós. Un entorno rodeado de espesos bosques de media montaña, cascadas y cuevas.
Por su parte, la localidad de Ainsa (vincular a https://www.barcelo.com/guia-turismo/es/espana/huesca/que-ver/ainsa/) es, sin duda, una de las más atractivas del Pirineo oscense. Sus calles y plazas preservan parte del urbanismo medieval, construido sobre los restos de la muralla y el castillo que se levantaron en la época del dominio musulmán.
Por último, también merecen una visita la Garganta de Escuaín, uno de los espacios menos conocidos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Se puede acceder a ella desde las localidades de Escuaín, Tella y Revilla, muy próximas al Valle de Pineta. La riqueza natural de la zona la hace muy indicada para la observación de aves, entre ellas el quebrantahuesos.
Dónde alojarse en la provincia de Huesca
En la provincia de Huesca, relativamente próximo al Valle de Pineta, al Parque Nacional de Ordesa y al emblemático Monte Perdido, está el Hotel Barceló Monasterio de Boltaña. Todo un emblema para ese grupo hotelero, pues está situado en un edificio histórico (un antiguo centro religioso del siglo XVII) reformado de una forma muy confortable y con un gran diseño.
En total, este alojamiento ofrece 96 habitaciones a las que se suman 40 villas distribuidas por la propiedad. Además, tiene un restaurante a la carta muy recomendable, piscina exterior, terraza solarium, parque infantil, fitness center y la posibilidad de practicar todo tipo de actividades al aire libre. Por ejemplo, el hotel cuenta con un taller especializado para bicicletas con las que recorrer el riquísimo entorno natural.