Los ibicencos la llaman Cala Sant Vicent o, simplemente, Sa Cala. La cala de San Vicente, que mide unos 400 metros de largo por 30 de ancho, es uno de los destinos “top” para disfrutar del sol y la playa en Ibiza. Situada al norte de la isla balear, junto al pequeño pueblo de Sant Vicent de Sa Cala y a 10 minutos escasos en coche del pueblo de San Carlos, la cala de San Vicente tiene la singularidad de tener siempre en su horizonte el perfil del islote de Tagomago. Estamos ante una increíble bahía de aguas cristalinas a la que también se puede llegar desde el cercano pueblo de San Juan (Sant Joan). Tampoco está lejos de Portinatx.

 

 

 

 

  1. Cala de San Vicente, un rincón aislado de Ibiza
  2. La cala de ‘Sant Vicent’ regala unas bonitas vistas al Mediterráneo

Frente a la playa de San Vicente discurre un agradable paseo que está jalonado por restaurantes, cafeterías, hoteles, heladerías, tiendas y supermercados. Resulta muy agradable recorrerlo. En algunos locales, además, sirven pescados frescos y arroces que se pueden degustar tranquilamente mirando al Mediterráneo. De hecho, esta cala fue de las primeras del norte de la isla que desarrolló una amplia infraestructura turística. Y aunque fueron muchos los establecimientos hoteleros que se instalaron en el entorno, la playa sigue teniendo mucho encanto, ya que su paisaje natural sigue manteniéndose intacto y en algunas zonas los pinos se acercan hasta la misma orilla del mar.

 

 

Cala de San Vicente, un rincón aislado de Ibiza

Hasta la década de 1930, la cala de San Vicente se encontraba desconectada del resto de la isla, debido a que no existía ninguna carretera que facilitara el acceso a la misma. Solamente a través del mar se podía llegar a este territorio que hoy es uno de los destinos más demandados del norte de Ibiza. Dicen, incluso, que esta zona de Ibiza estuvo despoblada hasta el siglo XVIII, posiblemente porque hay muchos acantilados coronados por sabinas y pinos en los alrededores que resultaban difíciles de sortear. En la actualidad, a pesar de todo, la playa tiene ambiente familiar, no hay en ella demasiadas aglomeraciones y su entorno natural, flanqueado por frondosos bosques de pinos, es verdaderamente hermoso.

cala de San Vicente
Vista panorámica de la Cala de San Vicente.

A ambos lados de la cala, se pueden ver todavía algunos “embarcadores” o casas tradicionales de pescadores. Estas permiten imaginar cómo se desarrollaba la vida a mediados del siglo XX, cuando la playa era un territorio virgen y la gente de la zona no vivía del turismo, sino de la pesca y la agricultura.

La cala de ‘Sant Vicent’ regala unas bonitas vistas al Mediterráneo

Para acceder hoy a esta elegante playa, tanto si se llega desde la localidad de San Carlos como desde la vecina Sant Joan, hay que transitar un camino que ofrece vistas espectaculares del Mediterráneo. De Sant Joan parte una carretera muy sinuosa que desemboca en la cala de San Vicente, después de 8 kilómetros. Desde San Carlos, pasado S’Aigua Blanca, hay otra carretera que discurre por la costa y que también conduce al mismo destino después de 7 kilómetros.

Son muchos los amantes del buceo y del esnórquel que buscan esta playa para practicar estos deportes, ya que el fondo marino de la cala de San Vicente cuenta con rocas a poca profundidad y una fauna submarina abundante. Y, además, por estar rodeada de montañas, está muy protegida de los vientos fuertes, lo cual hace de este espacio un lugar ideal para disfrutar del baño y del sol.

 

 

La cala de San Vicente, situada a 30 kilómetros de la ciudad de Ibiza, cuenta con todo tipo de servicios, desde alquiler de hamacas y sombrillas, hasta duchas y pasarelas de madera de acceso. También tiene servicio de salvamento y acceso para personas con movilidad reducida.

Planes de ocio en la zona

paisaje en San Vicente
Vegetación en la Cala de San Vicente.

Además, hay muchos planes para hacer en los alrededores de la playa, desde descubrir el patrimonio monumental e histórico de las poblaciones de Sant Vicent de Sa Cala y Sant Joan, hasta disfrutar de la cocina tradicional de Ibiza. También puedes practicar algunas actividades náuticas, como velomares, piraguas o sky bus, y si lo deseas puedes contratar, junto a la playa, los servicios de la escuela de vela y motonáutica.

Dos buenos momentos para conocer la cala de San Vicente son durante las fiestas patronales de Sant Vicent de Sa Cala, que tienen lugar el día 5 de abril, y en la veraniega Fiesta Payesa del Pou des Baladre, que tiene lugar el 8 de agosto.

Un paseo en el tren turístico

La cala de San Vicente es una de las paradas de un tren turístico que sale de Portinatx y que hace un recorrido de unas tres horas de duración. Discurre por Cala Xarraca y se detiene en el pueblo de San Juan, donde se puede ver una pequeña iglesia del siglo XVIII; prosigue por la localidad de San Vicente hasta llegar a la cala de San Vicente y regresa a Portinatx, pasando por la cueva de Can Marçà y la solitaria playa de Cala Benirrás. Atención: el tren sólo funciona de mayo a octubre.

 

 

Un entorno de fantásticas playas

La cala de San Vicente es sólo un buen ejemplo de las fantásticas playas que existen repartidas por la isla de Ibiza. Así que, si te ha gustado esta playa y te apetece explorar y descubrir calas similares en la zona, te invitamos a que dirijas tus pasos a otros escenarios igualmente interesantes y hermosos. Es el caso, por ejemplo, de Cala Xarraca, una atractiva cala de naturaleza desbordante, que se encuentra de camino a Portinatx; Es Canaret, una playa recóndita e idílica situada muy cerca de Cala Xarraca; o Cala dén Serra, una playa virgen, con casetas varadero y un agradable chiringuito.

Otro destino muy recomendable es Port de Sant Miquel, un puerto de mar natural que cuenta con una playa bastante grande en la que pequeños y mayores disfrutan de unas aguas cristalinas en un escenario de ensueño.