Entre San Esteban y San Carlos, la cuna hippie de la isla en los años 60, se encuentra este famoso mercadillo cuya visita es imprescindible en un día de compras por Ibiza. Se trata de un jardín lleno de colores, aromas, música, fusiones gastronómicas y una oferta de artesanía única. Sin duda, un rincón de la isla donde soñar y empaparse de la filosofía del lugar.
- Mercadillo de las Dalias, el rincón más hippie de Ibiza
- San Carlos, un pueblo anclado en los 70
- Las Dalias, un mercadillo donde encontrar tesoros
Mercadillo de las Dalias, el rincón más hippie de Ibiza
Las Dalias es, quizás, el más popular entre los mercadillos de Ibiza. Nació en 1985 de la mano de Juan Fernando Marí, en el lugar donde su padre había abierto un bar en los años 50. En aquella época, el norte de la isla se encontraba en el olvido, pero a raíz de la dictadura franquista, la gente comenzó a acudir en busca de inspiración y libertad. Muchos intelectuales, artistas y famosos encontraron en Ibiza su refugio.
Muy pronto, y dado el éxito del bar La Dalias, el cura de San Carlos comenzó a proyectar películas en las noches de fiesta para intentar alejar a sus feligreses del pecado. Sin embargo, en los años 60, una oleada hippie sacudió la zona. Músicos y artesanos de todo tipo se reunían en el bar Las Dalias para relajarse tras la jornada de trabajo.
Los conciertos esporádicos de rock, punk y reggae comenzaron a volverse algo serio. Incluso, en 1978, Bob Marley dio un legendario concierto en Ibiza. En los años 80, el lugar ya era conocido a nivel mundial y Juan Fernando Marí, junto con la galerista Helga Watson-Todd (de origen inglés), decidieron abrir una pequeña sala de exposiciones junto al bar. Más tarde abrirían un mercadillo con cinco puestos de ropa, cerámica, artesanía y objetos traídos del Lejano Oriente, y pasado el tiempo, ese lugar modesto se transformó en el célebre mercadillo hippie de las Dalias.
Con Las Dalias convertido en un punto de encuentro para conciertos improvisados, donde se subían las estrellas del rock del momento, el mercadillo pronto comenzó a florecer acogiendo unos 300 puestos y 20.000 visitantes durante los sábados de verano.
San Carlos, un pueblo anclado en los 70
Hoy, el mercadillo se ubica en un hermoso jardín lleno de caminos y puestecitos donde cuelgan atrapasueños, bolsos de cuero, vestidos blancos de encaje y coloridas piezas de arte. A 10 minutos caminando desde el centro de San Carlos, se llega a este mítico lugar donde los hippies originales, que hicieron de los años 60 y 70 su estilo de vida, aún permanecen. En el pueblo parece haberse detenido el tiempo, con sus antiguos buzones de madera y cabinas de teléfono en el Bar Anita, el único lugar de todo el pueblo que contaba con un teléfono. Las casas blancas, de dos pisos, con balcones, arcos y tejas rojas, se esparcen por el antiguo terreno rural, junto con la iglesia de San Carlos, de la cual surgió el pueblo en 1785.
Las Dalias, un mercadillo donde encontrar tesoros
Aquí es donde se dan cita cada sábado los artesanos y artistas más creativos de la isla. Además de disfrutar de las buenas vibraciones y una atmósfera relajada, este mercadillo es el lugar ideal para lanzarse a las compras. Prácticamente todo está hecho a mano: ropa, bisutería, cerámica, arte, instrumentos musicales, zapatos, inciensos, etc. Los productos son de buena calidad y lo mejor de todo es que no hay dos iguales, así que se acabó el vestir lo mismo que todo el mundo.
Además del espectacular entorno y los productos de estilo hippie, este mercado ofrece conciertos en directo, cuentacuentos e incluso dispone de una jaima tradicional donde tomarse un té con dulces marroquíes. También destaca por su fusión de comidas del mundo, su food truck de comida callejera, un puesto de zumos naturales, pizzas caseras, un bar de tapas, barra de copas, granizados (muy recomendables en verano) y el popular Soul Bar, donde los DJ’s pinchan música al atardecer hasta que cierra el mercadillo.
Mercadillo de día y de noche
Durante las cálidas y apacibles noches de verano, el mercadillo nocturno de Las Dalias es un punto de encuentro perfecto para disfrutar del lugar sin tanta gente y comprar con calma. La decoración e iluminación, tenue y con un toque romántico, invita a pasear entre los puestos, rodeados de palmeras, mientras los artesanos y vecinos charlan de forma amigable.
Al igual que en el mercadillo diurno, aunque con menos puestos de artesanía, también se puede disfrutar de la amplia oferta gastronómica y de unas vibrantes actuaciones musicales en vivo. Además, para los más pequeños hay un espacio con monitor en el que se realizan teatrillos con títeres, malabares y otras actividades.
Durante las fiestas navideñas, Las Dalias se transforma con diseños y productos especiales para regalar en esta época del año. Acuden familias y amigos que se reúnen en torno a la chimenea y toman vino caliente con especias, al más puro estilo europeo. Los puestos se reducen, a unos 40, y se ubican en el interior de la galería.
Por otra parte, existe Las Dalias On The Road, un proyecto que permite a este mercadillo hippie moverse en España y Europa. Se trasladan con una caravana multicultural y conquistan todo a su paso, así que no te preocupes si no puedes volar a Ibiza, quizás Ibiza vaya a ti.