En 1771, Lanzarote estaba en la miseria. Cerca de 2.600 personas habían muerto de hambre (y otras tantas habían emigrado) tras una prolongada sequía, y todo ello en una tierra cuyos cultivos habían sido arrasados por la terrible erupción del Timanfaya en los años 30. Preocupado por la situación, el rey Carlos III puso a los pobres y desocupados isleños a trabajar en la construcción de una fortaleza que, además de darles un empleo, protegiera la isla frente a piratas y potencias extranjeras. Así, entre 1776 y 1779, se levantó en un acantilado sobre el Puerto de Naos el Castillo de San José, también conocido como la Fortaleza del Hambre. Desde 1976, el viejo edificio alberga el Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Lanzarote (MIAC).
El Castillo de San José, Una fortaleza del arte y la gastronomía
Proyectado por el ingeniero Alejandro Des Angless y construido por el arquitecto Claudio de Lis, el Castillo de San José vino a reforzar la potencia de fuego del más antiguo Castillo de San Gabriel. En aquella época, la isla contaba además con dos garitas y cuatro atalayas para divisar la costa. Toda precaución era poca en un lugar que ya había sido atacado por piratas como los británicos Walter Raleigh y William Harper o el berberisco Morato Arraez. La entrada de la fortaleza, construida en forma semicircular de cara al mar, está protegida por dos pequeñas torretas, un foso y su puente levadizo. Los muros son de roca de origen volcánico, y el interior, cubierto de bóvedas de cañón, solía utilizarse como polvorín.
Con el paso del tiempo, la época de los piratas murió y su función defensiva dejó de estar vigente, por lo que el castillo quedó abandonado durante casi un siglo. El edificio llegó al siglo XX en ruinas; hasta que el artista lanzaroteño César Manrique convenció al Cabildo para reformar la fortaleza y convertirla en la sede del Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC).
En 1976, el MIAC se inauguró con el I Certamen Internacional de Artes Plásticas de Lanzarote, para el que Manrique reunió obras de grandes artistas españoles como Picasso, Tàpies, Miró, Mompó, Millares y Zóbel. Comenzó así a formarse una de las mayores colecciones de arte abstracto de la segunda mitad del siglo XX que existen en Canarias, con presencia de obras de artistas canarios como César Manrique, Manolo Millares, Óscar Domínguez, Cristino de Vera o Pancho Lasso, quien cuenta con una sala dedicada a su obra.
Pese a que la remodelación fue muy respetuosa con la estructura original de la fortaleza, se ha añadido un moderno restaurante de cuatro tenedores en cuyo diseño se nota la creatividad de César Manrique. En QuéMuac, productos locales e innovación se dan la mano en platos como el pescado de la isla relleno de burgaos, espinacas frescas, tomate cherry, nueces y papas, o la chuletilla de cordero sobre papas bonitas, migas con chorizo y pasas. En definitiva, un lugar privilegiado donde disfrutar de una cocina vanguardista rodeado por el mar, que se cuela por todos los rincones gracias a una inmensa cristalera panorámica con vistas a la bahía.
Dónde alojarse cerca del Castillo de San José
A escasos diez minutos en coche del Castillo de San José está el Hotel Barceló Teguise Beach, un cuatro estrellas solo para adultos que supone un buen punto de partida para conocer este monumento y el resto de atractivos turísticos de la isla. Por su situación, a 150 metros de la playa de Las Cucharas, este alojamiento permite pasar unos días en contacto con el mar, con la garantía de tener cubierta cualquier necesidad en caso no querer salir de este entorno. En total hay 305 habitaciones con un estilo moderno y confortable: entre los detalles más agradables de éstas se pueden citar las bañeras de hidromasaje. Respecto al resto de servicios del hotel, destacan sus bares y restaurantes (B-Lounge Cocktail Bar, el gastro pool bar Breeze, Champs Sports Bar y Atlantic Buffet), con una amplia variedad de cocinas del mundo, española y canaria. También son muy recomendables tanto el Centro Wellness como las dos piscinas exteriores, además del completo gimnasio.
También en Teguise y, por tanto, cercano al Castillo de San José está Barceló Lanzarote Active Resort. Un gran complejo con 659 habitaciones de diferentes tipologías y tamaños, ideal tanto para parejas como familias, grupos de amigos o personas que prefieren viajar solas. Un alojamiento ideal para combinar la actividad física y el bienestar gracias a sus completas y variadas instalaciones: diferentes piscinas (entre ellas, una de dimensiones olímpicas, con diez calles), un gimnasio de cerca de 500 metros cuadrados, perfectamente equipado con máquinas y aparatos a la última, un centro ciclista profesional y un circuito que rodea todo el complejo. Todo ello se completa con ocho bares y restaurants en los que degustar una variada gastronomía y una gran oferta de animaciones y espectáculos durante el día y la noche.
Sin salir de este resort, aquellos huéspedes que prefieran un plus de privacidad y servicios de primera clase, tienen la opción de alojarse en el Hotel Barceló Lanzarote Royal Level. Éste tiene una entrada diferenciada y servicios exclusivos para sus huéspedes, con 155 habitaciones de tres tipos: Junior Suite Deluxe, Deluxe Vista Mar y Junior Suite Deluxe Vista Mar. En general, supone un auténtico refugio de buen gusto, donde son fácilmente reconocibles elementos decorativos distintivos de Lanzarote, con su arquitectura histórica y la estética del genial César Manrique que, como ya hemos dicho, dejó también su impronta en el Castillo de San José.