Lanzarote guarda lugares tan sorprendentes que parecen sacados de un tratado de fantasía o ciencia ficción. Uno de ellos es la Grieta de Montaña Blanca, una sorpresa de la Naturaleza que permite, a los entendidos en Geología, narrar la trayectoria de la isla a través del paso de los siglos y también seguir el rastro de las diferentes erupciones volcánicas.

En realidad, no hay una, sino tres grietas volcánicas (una mayor que las otras) que se han formado en la ladera del volcán de Montaña Blanca, situado a 600 metros de altitud. Ha sido al resquebrajarse esta ladera cuando ha quedado a la vista una estampa de gran belleza que muestra los estratos de las capas de lava de las distintas erupciones y también de los sedimentos. Estas grietas volcánicas tienen una anchura suficiente para que pueda pasar una persona y darse un paseo por un espectacular pasillo de lava petrificada con paredes irregulares que tiene unos 20 metros de longitud. Eso sí, para salir de esta lengua de lava hay que desandar el camino, porque el acceso es el mismo para la entrada y la salida.

  1. Contexto natural Grieta volcánica y razones para visitarla
  2. Cómo llegar a la Grieta de la Montaña Blanca
  3. Qué ver cerca de la zona
  4. Dónde alojarse en Lanzarote

Contexto natural Grieta volcánica y razones para visitarla

Las Grietas de Lanzarote son unas formaciones geológicas que se producen al enfriarse la lava de una erupción en contraste con el de la roca que la soporta.

El acceso a la Grieta de Montaña Blanca, en Lanzarote, es libre y gratuito y, además, merece mucho la pena visitarla, especialmente si te gusta la geología y descubrir aspectos nuevos sobre la formación de la tierra. Recuerda que está en una zona donde no hay ninguna población cercana ni ningún comercio para adquirir agua y comida, por lo que tendrás que llevar como mínimo una botella de agua. Tampoco debes de olvidarte de protección solar y un sombrero, ya que es un espacio muy expuesto al sol hasta que se accede al interior de las grietas, donde ya sí podrás disfrutar de sombra.

Cómo llegar a la Grieta de Montaña Blanca

Acceder a la Grieta volcánica de Lanzarote no es nada fácil, sobre todo si no tienes un guía que te conduzca hasta allí, ya que la carretera no cuenta con ninguna indicación. Lo más sencillo es dejar el coche en el aparcamiento que existe junto a la carretera LZ-35, justo en el punto que conecta los municipios de San Bartolomé y Tías. Y después no tienes más que bordear el sendero que sale del aparcamiento y cruzar la carretera por debajo. En poco tiempo te toparás con la grieta principal y más profunda, porque las otras dos están a la izquierda y a la derecha de ésta.

Qué ver cerca de la zona

Los paisajes que se divisan en torno a la Grieta de Montaña Blanca son impresionantes por su singularidad y compiten en belleza con otros espacios hermosos de la isla. No lejos de aquí se encuentran la localidad turística de Puerto del Carmen (a solo 7 kilómetros), la capital, Arrecife (a 9 kilómetros), y el municipio de San Bartolomé (a 4 kilómetros), además de las deliciosas playas de los Pocillos, Playa Grande, Playa Quemada y Playa Honda. En esta última, se celebra un popular mercadillo donde podrás adquirir productos locales artesanales y ecológicos.

Otra localidad cercana que no debes perderte en tu visita a la Grieta de Montaña Blanca es La Geria, la tierra del buen vino de Lanzarote, donde las cenizas volcánicas protegen el cultivo de la vid que está considerado un método único en el mundo.

Dónde alojarse en Lanzarote

Si quieres tener una experiencia inolvidable durante tu estancia en Lanzarote y de tu excursión a la Grieta de Montaña Blanca, te recomendamos el hotel Barceló Teguise Beach – Adults Only, un hotel refinado con categoría de 4 estrellas, solo para adultos, con habitaciones y suites de lujo y dos piscinas; el Barceló Lanzarote Active Resort, un hotel con estancias modernas, dos restaurantes y piscina exterior, ideal para familias; y el Barceló Lanzarote Royal Level, un alojamiento situado en primera línea de mar enmarcado en un bonito paisaje volcánico con jardines subtropicales y maravillosas vistas al mar. Cuenta con 155 habitaciones magníficas y una amplia oferta de restaurantes a la carta y bares. Todos estos alojamientos se encuentran a un paso de Montaña Blanca, y la relación calidad-precio no puede ser mejor.