Volar es una de las experiencias más fascinantes que el ser humano pueda experimentar. Miedos a un lado, la mayoría de los mortales disfruta contemplando desde la ventanilla de un avión cómo las poblaciones y su geografía adyacente se van empequeñeciendo a medida que la aeronave asciende hasta quedar reducidas a su expresión mínima.
Si, además, mientras volamos sentimos el viento en nuestro rostro —como si fuéramos un pájaro— y aparece ante nuestros ojos un escenario tan atractivo como el paisaje volcánico lanzaroteño, volar se convertirá en un auténtico lujo. Y es que la isla presenta rincones de una belleza casi hipnótica, como por ejemplo las plantaciones de vides de La Geria, el Risco de Famara y su impresionante conjunto de cráteres, entre los que destaca la Caldera Blanca, con sus 1.200 metros de diámetro.
- ¿Qué debo saber para volar en parapente?
- Preguntas frecuentes sobre volar en parapente
- 3 motivos para volar en parapente sobre Famara
Si a ello le sumamos unas condiciones climatológicas especialmente adecuadas, en forma de lluvias escasas y de suaves temperaturas, concluiremos que volar en ala delta o parapente en Lanzarote es un plan perfecto. Al mismo tiempo, la isla dispone de vientos propicios para el vuelo prácticamente durante todo el año, aunque los expertos consideran que la mejor época para practicar ambas disciplinas es la que va de octubre a marzo, frente a la temporada estival, ya que los vientos alisios pueden complicar la navegación.
¿Qué debo saber para volar en parapente?
El éxito del parapente radica en que se trata de una forma sencilla y asequible de experimentar la sensación de volar y todos los valores asociados a la misma: adrenalina, euforia, libertad… En efecto, pese a lo aparatoso que quizás resulte desde fuera, en la actualidad podemos volar con un equipo que pesa aproximadamente 20 kilos y que está compuesto por:
- Un planeador. O lo que es lo mismo, una estructura superior —ligera y fácil de manejar— formada por dos grandes telas. El aire ingresa en el planeador por la parte delantera, inflándolo y consiguiendo que las telas actúen como si fueran alas de un avión. De este modo, el aire empuja hacia arriba el parapente y permite desarrollar un vuelo prolongado.
- Un arnés. Este va conectado por unas cuerdas muy finas y resistentes al planeador. Además, dispone de dos mandos —conectados a las secciones traseras de las alas— con los que el piloto controla la trayectoria del parapente.
Asimismo, ni el proceso de aterrizaje ni el despegue revisten mayor complejidad. Hoy día ya no es necesario ubicarse en una pendiente de fuerte inclinación para despegar. Basta con elegir una ladera enfrentada al viento; si bien este debe tener una intensidad mínima de entre 10 y 25 km/h y máxima, de 50 km/h. Por su parte, a la hora de aterrizar podemos optar por correr durante unos metros, o bien decantarnos por la versión más fácil: moderar la velocidad y acabar el vuelo sentados en tierra. En cualquier caso, el piloto profesional que maneje el parapente será quien determine la alternativa más conveniente.
Preguntas frecuentes sobre volar en parapente
Una de las cuestiones más habituales entre quienes se animan a practicar esta modalidad de vuelo es la relativa a si cualquier persona puede hacerlo. En principio, es un deporte que está al alcance de todo el mundo, es decir, no requiere de un entrenamiento específico para ello. Sin embargo, las empresas que ofrecen esta actividad dejan muy claro que se debe comunicar previamente cualquier problema circulatorio, así como mareos, vértigos y, lógicamente, embarazos.
Otro aspecto esencial es la seguridad. En este sentido, conviene saber que las empresas especializadas en parapente cuentan con profesionales experimentados en sus filas, quienes, además, revisan el estado del equipo antes de cada vuelo. Es fundamental seguir todas las instrucciones dadas por el piloto que nos acompañará durante el mismo, así como ser pacientes ante posibles contratiempos, como retrasos o suspensiones, pues este tipo de actividades siempre están supeditadas a las condiciones meteorológicas. Aun entendiendo las molestias que pueda ocasionarnos un cambio de hora en nuestra planificación, siempre se debe priorizar la seguridad —nuestra y del piloto—, por lo que deberemos, en consecuencia, ser comprensivos con los encargados del vuelo.
Asimismo, para volar en parapente en Lanzarote se aconseja llevar un calzado cerrado y que, en la medida de los posible, proteja el tobillo. También es conveniente echar en la mochila un bote de crema solar y utilizar ropa de abrigo, ya que la sensación térmica será más baja allí arriba. Los complementos adicionales, como el casco y el arnés, normalmente los facilita la propia empresa.
3 motivos para volar en parapente sobre Famara
- El viento. La localidad de Caleta de Famara, célebre por su playa y por su emblemático risco, es una de las zonas más habituales entre los aficionados al parapente de Lanzarote por la calidad de sus vientos. Estos vientos son asimismo los que reúnen cada día en la playa de Famara a tantos aficionados al surf y al kitesurf.
- Las vistas. Si fijáis el punto de despegue en Chimida y os desplazáis hacia el norte, disfrutaréis de unas vistas preciosas de los acantilados en los que se alza el Mirador del Río.
- El aterrizaje. El último, y no por ello menos importante, motivo para volar en parapente en Famara es que su playa ofrece amplias zonas para finalizar el vuelo con un cómodo aterrizaje.
Si te apasionan los deportes de aventura y quieres contemplar parajes únicos desde lo más alto, ¡no dejes pasar la oportunidad de sobrevolar en parapente.
Dónde dormir para practicar parapente en Lanzarote
Entre las mejores opciones de alojamiento en Lanzarote están los siguientes hoteles, situados en Costa Teguise, en la zona central de la isla, y con instalaciones adaptadas para viajeros muy diferentes:
Barceló Lanzarote Active Resort. Con 659 habitaciones de tipos diversos y capacidades para entre una y cinco personas, este resort es todo un edén para los amantes de los deportes y las vacaciones activas. Aparte de ser un buen punto de partida para llegar a los mejores lugares de la isla donde practicar parapente, en el propio complejo hay instalaciones como una piscina olímpica de diez calles, un circuito de track que ocupa todo el perímetro, un centro ciclista profesional y un amplio gimnasio donde hay todo tipo de máquinas y aparatos de fitness. Para los momentos de relax, este resort ofrece sus ocho bares y restaurantes, con propuestas de cocina muy variadas (oriental fusión, italiana, local, nacional…) y una divertida programación de animaciones y espectáculos.
Hotel Barceló Lanzarote Royal Level. Este alojamiento, todo un refugio de servicios exclusivos de primera clase, se encuentra dentro del complejo anterior pero concebido como un hotel aparte. De hecho, los huéspedes alojados en sus 155 luminosas y lujosas habitaciones (con vistas al mar) tienen accesos solo para ellos a las diferentes instalaciones del complejo. En concreto, a la infinity pool, al pool bar y al restaurante buffet Royal Level Assana, donde sirven una cuidada cocina a base de ingredientes de gran calidad y donde, durante las cenas, hay entretenidos y deliciosos showcookings temáticos.
Hotel Barceló Teguise Beach. Como los anteriores, este hotel solo para adultos se encuentra en Costa Teguise, por lo que es una perfecta referencia para practicar parapente en los diferentes puntos habilitados para este deporte en la isla. Sus 305 habitaciones están decoradas de una forma muy confortable, con detalles tecnológicos muy a la última. Aparte de hacer, al menos, una visita a cada uno de sus cuatro bares y restaurantes, con interesantes propuestas de vanguardia, merece la pena dejarse mimar cuerpo y mente a través de los rituales y tratamientos que se aplican en el Centro Wellness. No menos recomendable es la gran piscina de este hotel y la playa (de Las Cucharas), que está a apenas 150 metros.