El Embalse de la Luna, o de Barrios de Luna, que es la localidad situada al pie de su presa, es uno de los grandes atractivos de la provincia de León. En concreto se trata de una de esas grandes obras civiles que caracterizaron la época posterior a la Guerra Civil. Se construyó y puso en funcionamiento en los años 50 del siglo XX, en plena dictadura franquista, a la que bien poco importó que quedaran bajo sus aguas nada menos que 13 pueblos y que otros tres más se quedaran sin tierras de cultivo y pastos para la ganadería y otras formas de subsistencia tradicionales.

El motivo fue generar recursos hídricos para alimentar la actividad agrícola en las comarcas de la ribera del río Órbigo y El Páramo. Objetivo cumplido, aunque en su momento supusiera una enorme alteración tanto para la vida de los habitantes del valle como del ecosistema natural. Efectos que, con el tiempo, se han visto amortiguados, generando nuevas oportunidades en la zona, fundamentalmente basadas en el turismo.

Un buen ejemplo es el club náutico situado junto a Mirantes de Luna, que permite tanto la práctica de deportes de vela como recorrer el Embalse de la Luna en excursiones a bordo de pequeñas embarcaciones de recreo. Respecto a la vela, en aguas del embalse se han celebrado diversas competiciones deportivas, alguna de categoría internacional. 

    1. Contexto natural y geográfico, entre bosques y sobrecogedoras montañas
    2. Qué podrás ver en tu visita, entre vistas de gran impacto
    3. Rutas senderistas, entre la orilla y las altas peñas
    4. Qué ver en los alrededores, de espacios protegidos al patrimonio histórico

Contexto natural y geográfico, entre bosques y sobrecogedoras montañas

El Embalse de la Luna está situado en pleno valle del río que le da nombre, fiduciario a su vez del Órbigo. Este segundo es el río que baña la ciudad de León

Ambos se nutren de las aguas filtradas y recogidas en barrancos y regueros que descienden desde la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa, conformando uno de los paisajes de montaña más impresionantes del país.

 Desde el punto de vista geológico, las formaciones más características del entorno del Embalse de la Luna son las sucesiones cámbricas y precámbricas. En estas formaciones se han encontrado algunos restos paleontológicos de interés.

En cuanto a la flora, hay varios bosques de hoja perenne y caduca. Entre los más relevantes están los sabinares de Mirantes de Luna. También muy atractivos son los bosques de Mayo de Luna y Abelgas, caracterizados por la abundancia de hayas, abedules y robles peciolados. 

Los paisajes en torno al Embalse de la Luna son el hábitat ideal para la supervivencia de algunas de las especies animales más valiosas de la fauna ibérica. Entre ellas el águila real, el urogallo y la becada, en el capítulo de aves, y de osos pardos, lobos, jabalíes y corzos, en el caso de los mamíferos.

Y en las aguas del embalse viven peces como la trucha que, durante siglos, fue una de las principales fuentes de subsistencia para muchos habitantes del valle del río Luna. También hay otras especies como bogas, bordallos, bermejuelas y gobios.

Qué podrás ver en tu visita, entre vistas de gran impacto

Como ya hemos dicho, lo más llamativo del Embalse de la Luna es el entorno natural en que está inmerso. Así que observar el paisaje es una de las actividades principales de cuantos visitan el lugar. Aunque solo se esté de paso entre León y Asturias (o al revés), es muy habitual desviarse de la carretera para admirar las vistas que ofrecen los diferentes miradores y el área recreativa situada junto a la autopista AP-66.

Como parte de esta misma vía principal está el magnífico puente colgante diseñado por el ingeniero Carlos Fernández Casado, que se construyó en 1983. Su luz (la distancia o vano entre los pilares) es de 440 metros, lo que en su momento supuso un auténtico récord mundial. Hoy constituye la segunda luz de puente más grande del país, detrás del de la Constitución de Cádiz. 

Desde el punto de vista de la ingeniería civil también resulta muy llamativa la propia presa que cierra el Embalse de la Luna. Se terminó en 1954 y en ese mismo año se produjo tanto el cierre de compuertas como la primera liberación de aguas (apenas un par de meses después). Se levantó en una estrecha garganta y tiene una altura de 80 metros.  

Rutas senderistas, entre la orilla y las altas peñas

La mayor parte de las rutas senderistas en el entorno del Embalse de la Luna parten del pequeño pueblo de Barrios de Luna. Todas ellas se adentran en paisajes de gran impacto desde el punto de vista naturalístico. Entre los recorridos más populares, adaptados a todo tipo de caminantes, están:

De Barrios de Luna al bosque de Borbusende

Es una ruta circular de unos 14 kilómetros de longitud y con un desnivel total de unos 600 metros. Una parte importante del recorrido discurre en paralelo al propio embalse, para luego adentrarse en prados y el sabinar de Mirantes, con vistas a la Peña Ubiña. Tiene una dificultad moderada. 

Entre Barrios de Luna y Peña Cabrones

También de una intensidad moderada, esta ruta tiene cerca de 9 kilómetros. La principal dificultad es la subida a la propia peña, de 1.634 metros de altitud. El camino discurre en buena parte entre bosques y las panorámicas desde arriba, siempre que el día esté claro, son espectaculares:¡, con el propio embalse y las montañas reflejándose en su superficie.

Ruta a la isla del Embalse de la Luna

Con apenas desnivel y unos 11 kilómetros de longitud es una ruta relativamente fácil que, partiendo desde Barrios de Luna, discurre en paralelo el embalse por su flanco izquierdo. En función de si hay mayor o menor afluencia hídrica la isla del embalse a veces se convierte en península. Se trata de un recorrido lineal de ida y vuelta.

Qué ver en los alrededores, de espacios protegidos al patrimonio histórico

El entorno natural donde se sitúa el Embalse de la Luna es de gran valor desde el punto de vista de la biodiversidad. Entre los espacios protegidos cercanos destaca el Parque Natural Valles de Babia y Luna, una auténtica joya de la Cordillera Cantábrica. También está el propio valle del río Luna y el de Omaña, considerados como Reserva de la Biosfera por la Unesco.

Desde el punto de vista del patrimonio humano en la zona se pueden visitar lugares como la ermita de Entresierra de Olleros de Alba, las casas blasonadas que hay en Villamanín, la Torre de Ordás, la ermita de Nuestra Señora del Manadero de Piedrasecha. Todas ellas con un gran interés histórico-artístico.

Sin alejarse demasiado del embalse, en la propia localidad de Barrios de Luna, está el Museo del Pastor, lugar ideal para conocer y comprender la importancia de lo que fue la trashumancia en la zona: aquí se puede admirar desde la indumentaria y herramientas usadas por los pastores a los diferentes trabajos relacionados con la industria textil de la lana.