El monumento natural de Las Médulas es la hermosa herida abierta de años de explotación minera masiva por parte de los romanos en busca de oro. Durante más de dos siglos removieron la tierra para sacar el metal dorado dejando un paisaje que podría considerarse casi lunar. La zona está llena de miradores, grutas o cuevas gigantes que trasladan la sensación al visitante de estar en un espacio sobrenatural.
Acotando el valle del río Sil, no se sabe bien el origen de su nombre, aunque todo parece indicar que Las Médulas se referiría a los amontonamientos de paja que eran muy habituales en la comarca. Otros estudiosos, sin embargo, lo vinculan al vocablo latino “metalla” (metales) y se le ha relacionado también con el monte Medulio, donde los guerreros astures y cántabros resistieron el asedio romano y acabaron suicidándose antes de verse vencidos.
Desde 1997 es Patrimonio de la Humanidad y uno de los monumentos naturales más visitados de toda España.
- El contexto: Las Médulas como Patrimonio de la Humanidad
- Historia del yacimiento
- Qué ver en Las Médulas en tu visita
- Rutas en Las Médulas
- Dónde comer en Las Médulas
- Cómo llegar a Las Médulas e información para la visita
El contexto: Las Médulas como Patrimonio de la Humanidad
Este entorno ya fue declarado “Monumento Nacional” en 1931 y en 1996 “Bien de Interés Cultural” debido, entre otras características, a su interés arqueológico. Las Médulas es un testimonio clave para saber cómo los romanos explotaban estas minas pero también para comprobar cómo la tierra reacciona a siglos de trabajos masivos. En 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad, siendo el primer paisaje europeo que adquiría este reconocimiento. En 2002 se le consideró ya “Monumento Natural”.
Nada parece sencillo en Las Médulas, tampoco su declaración de Patrimonio y como anécdota se puede destacar que Tailandia, Finlandia y Alemania se opusieron al considerar que el paisaje es fruto de la actividad destructora del ser humano.
Historia del yacimiento
Los romanos llegaron a Las Médulas en tiempos de Octavio Augusto, entre el 29 y 19 a.C. En ese momento, esta comarca estaba habitada por un pueblo astur agrícola y ganadero pero que ya explotaban el oro con la técnica de bateo en los ríos.
Los romanos se dieron cuenta muy pronto de que el metal dorado se encontraba en la zona en estado libre y pusieron a producir Las Médulas como mina al aire libre con la técnica del ruina montium, es decir, el derrumbe de los montes que ha provocado el paisaje actual.
La forma era llenar las partes altas de canales por los que discurría el agua que traían de neveros y ríos y que acababan agrietando el monte y derribándolo. Los restos de las lomas caían en los lavadores donde se separaba la tierra del oro.
Por eso, el paisaje que hoy se ve va más allá de picos de montañas horadadas y se pueden visitar lagos y lagunas que tuvieron su origen en ese movimiento de aguas; algunos de los más de 400 kilómetros de canales construidos, puentes, acueductos, calzadas, caminos… toda una obra de ingeniería considerada de las más complejas de su tiempo para conseguir llevar el oro hasta Roma donde fue utilizado, principalmente, para acuñar monedas.
El escritor romano Plinio el Viejo fue administrador de Las Médulas siendo joven y dejó atestiguadas las cifras de la explotación: 60.000 hombres sacaban 20.000 libras de oro al año, unos 1,6 millones de kilos.
Qué ver en Las Médulas en tu visita
En Las Médulas hay varias rutas marcadas que pueden ser una buena forma de visitar este paraje. La mayoría recorren los miradores y las cuevas más famosas.
El mirador
Hay varios miradores que ofrecen una vista increíble de Las Médulas pero el más solicitado es el de Orellán, donde la mayoría de los visitantes se toman la foto con todo el paisaje lunar a su espalda. Aunque está señalizado, la mejor forma de llegar hasta él es tomar un desvío a la izquierda desde Orellán, por la carretera que va desde Carucedo a Las Médulas
Desde este mirador, se pueden ver las formas rojizas de la montaña que han sido repobladas por robles y castaños, lo que da una mezcla rojiverde que se ha convertido en el color típico de Las Médulas.
Galerías de Orellán
Al lado del mirador se encuentran las Galerías de Orellán, una de las pocas atracciones de Las Médulas en las que hay que pagar para visitarlas. Sacando el ticket, se puede recorrer uno de los túneles que los romanos excavaban y llenaban de agua para romper la montaña con la fuerza hidráulica. Además, se recorre una pequeña galería de unos 100 metros que desemboca en otro mirador, donde el paisaje sigue siendo sobrecogedor.
Monasterio de Santa María de Carracedo
El Monasterio de Santa María está situado en Carracedo y es considerado uno de los más importantes de la zona. Fundado por el rey Bermudo II, en el 990, para los monjes que huían de Almanzor, el edificio ha vivido momentos de gloria y otros de depresión.
En el siglo XII, Doña Sancha, hermana de Alfonso VII, levantó las estancias que hoy se consideran más interesantes, el Palacio Real o el Mirador de la Reina.
Se trata de una interesante obra arquitectónica de varios estilos: románico tardío, gótico, renacentista, barroco y neoclásico.
Rutas en Las Médulas
Las Médulas ofrece la posibilidad de hacer varias rutas a pie, ya sea con un guía (algunas salidas se ofrecen en el centro de interpretación) o por libre. Una de las más conocidas es la Senda de las Valiñas, que pasa por la fuente de la tía Viviana o las cuevas de La Cuevona y La Encantada. Es un itinerario circular que empieza en Las Médulas pueblo.
Otra de las rutas es la Senda del Lago Sumido, un canal de lavado en la antigüedad. Se trata de un paseo sencillo y corto que llega hasta el Mirador de Chao de Maseiros. Durante el camino, se puede disfrutar de los lagos formados por el drenaje natural del entorno y los canales.
La Senda Perimetral es la más larga pero recorre todos los aspectos de la minería romana del oro y permite mejor la comprensión del fenómeno. Complementando esta ruta, está la Senda de los Conventos que sale desde Orellán y recorre las zonas donde mejor se observan los elementos de la red hidráulica construida por los romanos.
Dónde comer en Las Médulas
Hay varios mesones y restaurantes en los pueblos que rodean el Monumento Natural como Las Médulas, Orellán o Carucedo que ofrecen menús de comida tradicional.
Uno de los más populares es El Complejo Rural Agoga, muy cerca del centro de visitantes, donde se puede probar el botillo, el tradicional embutido de la zona del Bierzo.
Otra opción es la Casa de Comidas Arcadio Travieso, en el propio pueblo de Las Médulas, que cuenta con una terraza y, según las horas. música en directo; o el Mesón Durandarte, a poca distancia, donde sirven un delicioso vino de la zona.
Cómo llegar a Las Médulas e información para la visita
El centro de visitantes del Monumento Natural está en el pueblo de Las Médulas, por lo que es un buen lugar para iniciar la visita, sabiendo qué podemos ver y cómo hacerlo.
La mejor forma de recorrer la zona es en coche. También se pueden contratar algunas excursiones guiadas que salen del centro de visitantes.
En cualquiera de los casos se recomienda calzado cómodo puesto que hay muchas rutas que se hacen a pie.
La mejor época del año para ir a Las Médulas es en primavera, pero si las visitamos en verano no hay que olvidarse de utilizar protección solar ni del bañador puesto que en algunas de las lagunas por las que pasas te puedes dar un refrescante chapuzón.
Qué ver en los alrededores
Las Médulas está muy cerca de los pueblos más bonitos de la comarca. Uno de los más importantes para visitar es Ponferrada, con su Castillo Templario y la famosa Torre del Reloj.
También se pueden recorrer varios municipios que se desarrollaron bajo la sombra del Camino de Santiago y mantienen ese espíritu medieval como Molinaseca o Villafranca del Bierzo, conocida como la pequeña Compostela y donde se podía conseguir la bula papal si se cruzaba su puerta del perdón y al menos se había recorrido 100 kilómetros del Camino.
Recorrer desde Las Médulas la comarca del Bierzo es el camino perfecto para disfrutar de la naturaleza y la historia a partes iguales.
Dónde alojarse en la provincia de León
En este caso, una de las mejores opciones es el Barceló León Conde Luna, situado en el corazón de la capital leonesa. Este hotel cuenta con 136 luminosas habitaciones completamente equipadas y un cuidado servicio de desayuno buffet para comenzar las mañanas con energía. Además, es un referente también en gastronomía puesto que cuenta con dos de los restaurantes más emblemáticos de la ciudad: Nimú Azotea, ubicado en la décima planta del hotel, y Casa Mando
Otra opción es el Occidental León Alfonso V, en el centro histórico de León, a unos pasos de la Casa Botines, la catedral y la colegiata de San Isidoro. La arquitectura de este hotel es sorprendente ya que cuenta con una impresionante cúpula interior que se alza imponente desde la recepción hasta la octava planta. El Occidental León Alfonso V cuenta con 62 acogedoras habitaciones y un exquisito desayuno.