Lo que un día fue el camino al antiguo pueblo de Fuencarral es hoy una calle céntrica, peatonal en su primer tramo, que está considerada como el hub comercial de la moda y las tendencias más urbanas y alternativas. Pasear por la calle Fuencarral, que parte de la Gran Vía en dirección norte para terminar en la Glorieta de Quevedo, conectando así los distritos Centro y Chamberí, es sumergirse en un ambiente populoso y electrizante, una pasarela hípster ideal para cualquier cazatendencias que quiera enterarse de qué va la fauna urbana más moderna. Te proponemos un recorrido de sur a norte, ¿nos acompañas?

 

 

 

 

  1. El tramo peatonal: tiendas y comercios en la calle Fuencarral
  2. Hasta Glorieta de Bilbao pasando por Tribunal, centro de la juerga malasañera
  3. Hasta Glorieta de Quevedo: un bello bulevar donde resisten algunos cines
  4. Datos que quizás no conocías de la calle Fuencarral

El tramo peatonal: tiendas y comercios en la calle Fuencarral

Partiendo de la Gran Vía, en la misma esquina se ubica el Espacio Fundación Telefónica, un centro cultural que suele acoger exposiciones, talleres, conferencias y otros eventos centrados en nuevas formas culturales y artísticas en la era digital. Toda una declaración de intenciones del espíritu de la calle. Este primer tramo peatonal se caracteriza por la moda: aquí podéis encontrar una gran variedad de establecimientos de ropa y accesorios que van desde marcas de renombre nacionales e internacionales, como Sfera, Adidas, Desigual o Custo Barcelona, hasta tiendas de diseñadores independientes como El Ganso, Oveja Negra o Kaotiko Fuencarral. Todo, eso sí, apostando por una moda urbana, moderna y en ocasiones vintage. Tanto en esta calle como en las aledañas encontramos también muchos comercios muy enfocados en un público alternativo, como tiendas de tatuajes y librerías de comic o arte.

 

 

Edificio Telefónica Madrid
Edificio Fundación Telefónica, Madrid

Las terrazas aledañas a la calle invitan a sentarse un rato a tomar una cerveza mientras se observa su dinámico ir y venir de gentes; y, si nos apetece, girando a la derecha por la calle Augusto Figueroa nos meteremos en Chueca, el barrio gay de Madrid, donde merece la pena conocer el Mercado de San Antón. Este primer tramo se cierra con el antiguo Mercado de Fuencarral, que cerró en 2015 para convertirse dos años después en un Decathlon. Un ejemplo perfecto del proceso de gentrificación que ha sufrido la zona en las últimas dos décadas.

Hasta Glorieta de Bilbao pasando por Tribunal, centro de la juerga malasañera

En este segundo tramo reaparecen los coches, pero salen al paso nuevos atractivos que amenizan nuestro paseo. Enseguida encontramos el Mercado de San Ildefonso, el que fue primer mercado de abastos cubierto de Madrid, en funcionamiento entre 1835 y 1970. En 2014 también cayó preso de la gentrificación y reabrió como mercado gastronómico o gourmet, influenciado por los street food markets de Londres y Nueva York. La zona se ha convertido en los últimos años en un referente gastronómico de la capital, con restaurantes de cocina creativa que aúna tradición y vanguardias como Lateral, Ôven y Mérimeé Gastrobar.

Un poco más adelante nos espera el edificio barroco del Museo de Historia de Madrid, sito en el antiguo Real Hospicio de San Fernando, que realiza un interesante recorrido por la historia de la ciudad desde aquel “poblachón manchego” que de la noche a la mañana se convirtió en capital del reino en 1561, con Felipe II. Uno de sus mayores atractivos es una maqueta que muestra cómo era Madrid en 1830, obra de León Gil de Palacio. Tras esta visita hemos llegado a la parada de metro de Tribunal, punto de encuentro y de partida de tantas y tantas noches en los bares de las calles aledañas, donde se despliega la animada vida nocturna de Malasaña.

Subiendo un poco más desembocamos en la Glorieta de Bilbao, nexo de unión entre el distrito Centro y Chamberí. Además de acoger varias hamburgueserías, en la plaza se encuentra el histórico Café Comercial, un local inaugurado en 1887 que, tras dos años cerrado, volvió a abrir sus puertas en 2017.

 

 

Hasta Glorieta de Quevedo: un bello bulevar donde resisten algunos cines

En el último tramo de la calle Fuencarral, que llega hasta la Glorieta de Quevedo, se nota que ya estamos en Chamberí. Se trata de un bonito bulevar de barrio, rodeado de bellos edificios del Madrid más burgués y residencial, en el que podemos interrumpir nuestro paseo para ojear la Casa del Libro o tomar un helado artesanal en la popular heladería Kalua. De los muchos cines que inundaron este tramo en los años 80 aún sobreviven dos: los míticos cines Paz y Cinesa Proyecciones. Un plan perfecto para rematar nuestro paseo por Fuencarral.

Datos que quizás no conocías de la calle Fuencarral

Fuencarral es un pedazo del alma de Madrid. Por eso, la numeración de esta calle está repleta de anécdotas que el tiempo ha ido dejando a lo largo de los años. Enumeramos algunas de ellas. En el número 2, vivió hacia 1801, siendo muy joven, el gran libertador de los pueblos sudamericanos Simón Bolívar junto a su primera y única esposa. En el 4 tuvo su casa el influyente político del siglo XIX Antonio Cánovas del Castillo, mientras que en el 8 vivió el dramaturgo neoclásico Leandro Fernández de Moratín. Mucho tiempo después, en ese mismo portal número 4, abriría su estudio Alfonso, el gran fotógrafo de Madrid. En el número 22 murió en 1869 Pepita Tudó, la que fue maja vestida y desnuda de Goya, célebre por ser amante del político Manuel Godoy. Y en el 81 se halló el palacete del Conde de Aranda, ministro de Carlos III. Para terminar, aunque la lista podría seguir, el número 95 fue escenario de uno de los asesinatos más sonados de Madrid, el llamado crimen de la calle Fuencarral: una criada mató en 1888 a una viuda burguesa y adinerada, levantado un gran revuelo en la sociedad y la prensa de la época.