El Campo del Moro es uno de los jardines de estilo inglés más bonitos de Madrid. Desde 1931 es Monumento Histórico Artístico, pero su concepción data del siglo XIX, cuando los preceptores de la reina María Cristina tomaron la iniciativa de añadir un espacio verde al entorno del Palacio Real. Porque hay que decir que los jardines del Campo del Moro están ubicados a los pies del Palacio Real, en unos terrenos que no habían sido ajardinados antes porque se encontraban muy por debajo del nivel de la calle. Sin embargo, y debido a esta circunstancia, desde aquí se contempla una de las mejores perspectivas de Madrid y del Palacio Real. Además, los jardines cuentan con dos monumentales fuentes neoclásicas: la de los Tritones y la de las Conchas.
- Historia y origen de los Jardines
- Qué puedes ver en tu visita al campo del Moro
- Dónde alojarse en Madrid
¿Por qué se llama Campo del Moro? Al parecer, su denominación hace referencia a un hecho histórico que tuvo lugar en 1109 y que tuvo como protagonista al caudillo árabe Alí Ben Yusuf, quien intentó reconquistar Madrid tras la muerte del rey Alfonso VI y, para ello, atacó lo que era el antiguo alcázar desde el flanco más cercano al río Manzanares. Al parecer, acampó con sus aliados en el terreno que hoy ocupan los jardines. De ahí su nombre.
Los jardines del Campo del Moro ocupan una superficie de 20 hectáreas y se extienden desde una de las fachadas del Palacio Real hasta el paseo de la Virgen del Puerto. Su gran característica es que su diseño salva un desnivel muy pronunciado provocado por el barranco que existe entre el palacio y el río Manzanares.
Historia y origen de los Jardines
El Campo del Moro fue diseñado por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer en 1844 por iniciativa de Agustín Argüelles y Martín de los Heros, preceptores de la reina María Cristina durante su minoría de edad. Hay que recordar que Narciso Pascual también es fue el autor del trazado de la Plaza de Oriente. Sin embargo, las obras de los jardines del Campo del Moro no pudieron comenzar hasta finales del siglo XIX y ya para entonces el jardinero Ramón Oliva alteró el proyecto arquitectónico original con un diseño más romántico. Hasta entonces, los terrenos habían estado abandonados.
En estos jardines se plantaron en un principio 9.500 árboles, 400 palmeras y 20.800 arbustos (de ellos, 12.000 rosales). En 1898, y dentro de este recinto, el arquitecto Enrique Repullés Segarra construyó unas casas de madera de estilo tirolés, además de decorar la gruta de Juan de Villanueva, que se encuentra bajo las escaleras de la entrada del Paseo de la Virgen del Puerto.
Durante la Guerra Civil, y debido a la cercanía del frente de Madrid, el Campo del Moro sufrió grandes daños que años más tarde se repararon. Además, en 1960 se construyó un nuevo edificio, obra del arquitecto Ramón Andrada, que hoy es la sede del Museo de Carruajes de Madrid.
El Campo del Moro constituye uno de los grandes recintos ajardinados que se encuentran en las inmediaciones del Palacio Real, pero, a diferencia de los Jardines de Sabatini, éste no está gestionado por el Ayuntamiento de Madrid, sino por Patrimonio Nacional, la institución que se ocupa del buen gobierno de los bienes de la Corona española.
Qué puedes ver en tu visita al Campo del Moro
Desde el Campo del Moro, tendrás una perspectiva fabulosa del Palacio Real, de la Casa de Campo y de buena parte de la zona sur de Madrid. Solamente por esto merece la pena una visita a los jardines y por dar un paseo entre árboles centenarios y bonitos pavos reales, patos y pájaros. Además, puedes contemplar dos fuentes monumentales; la de las Conchas y la de los Tritones.
La fuente de las Conchas llegó aquí en 1845 desde el Palacio del Infante Don Luis, ubicado en Boadilla del Monte. Diseñada en el siglo XVIII por Ventura Rodríguez, ocupa el centro de la avenida principal de los jardines. Fue esculpida en mármol por Francisco Gutiérrez Arribas y Manuel Álvarez “el Griego” y en su decoración abundan los personajes mitológicos.
La fuente de los Tritones tuvo su emplazamiento original en el Jardín de la Isla, en Aranjuez. Fue construida también en mármol blanco en Italia a finales del siglo XVI y trasladada a España en 1656, año en que Felipe IV ordenó colocarla en Aranjuez. Desde el año 1846 se encuentra en el Campo del Moro y su nombre proviene de las cuatro esculturas de tritones mitológicos que se hallan en su base.