En otro tiempo, cuando la fiebre por los markets de fin de semana no había alcanzado cotas tan altas en ciudades como Madrid o Barcelona, ya se podían encontrar objetos decorativos, antigüedades y muebles viejos en el Rastro. Y es que hablamos del mercadillo más popular y castizo de Madrid, el que congrega los domingos y festivos a un increíble número de curiosos que se pasean entre los diferentes puestos en busca de alguna ganga u objeto singular que llevarse a casa.
En este artículo te contamos en qué consiste el Rastro de Madrid, ofreciéndote toda la información esencial para que disfrutes del mercadillo que siempre estuvo de moda.
El Rastro: cuando el comercio ambulante inunda las calles de Madrid
Podríamos definir el Rastro como un mercadillo de otra época. Sí, te lo advertimos, es en cierto modo un viaje al pasado, pero su diversidad de géneros, la probabilidad de encontrar chollos y la moda de lo vintage hacen que cada día más “modernos” dejen de lado los markets para explorar sus tenderetes. ¡Por algo será! Aun así, si lo que buscas son las propuestas más innovadoras en materia de diseño, ropa o productos artesanales, no te preocupes, también te contaremos cuáles son las mejores alternativas para ello. Pero antes, déjanos que te expliquemos por qué deberías darle una oportunidad al Rastro.
Aunque puede que no encuentres modernos food trucks o una agenda plagada de talleres, en el Rastro presenciarás a cambio escenas cotidianas que, por comenzar a perderse, nos despiertan un cierto cariño. Hablamos, por ejemplo, de la posibilidad de cruzarnos con personajes castizos de la capital, como el chulapo que vende barquillos o el tendero que grita tratando de despertar el interés del potencial cliente.
Su eje principal es la empinada calle Ribera de Curtidores, entre la Ronda de Toledo y la plaza de Cascorro, aunque sus puestos se distribuyen también por las calles aledañas. Los cronistas afirman que fue en el siglo XVII cuando se inició la actividad comercial en esta zona del actual barrio de Embajadores. Sin embargo, no fue hasta los años setenta del siglo pasado cuando el Rastro se convirtió en el relevante mercadillo popular que es hoy en día.
Su nombre hace referencia al reguero —o rastro— de sangre que antiguamente dejaban las reses sacrificadas en el matadero y traídas hasta este sector de la ciudad, pues era aquí donde se hallaban las curtidurías, o lo que es lo mismo, los talleres para trabajar las pieles de dichos animales. El nombre de la calle central del Rastro, Ribera de Curtidores, proviene precisamente de aquella actividad comercial.
A nivel organizativo, los tenderetes se suelen agrupar en sectores concretos en función del género que venden. Así, encontramos la popularmente denominada “calle de los pájaros”, donde antaño se vendían todo tipo de animales, o la actual calle de San Cayetano —para los locales “calle de los pintores”—, llamada así por reunir una gran cantidad de puestos de artesanías y obras de arte. Del mismo modo, en la plaza del General Vara del Rey se puede comprar ropa de segunda mano; en la calle Carlos Arniches, libros viejos; y en las calles de Mira el Río Baja y Mira el Río Alta, cámaras fotográficas y máquinas de escribir.
No obstante, lo mejor es caminar sin rumbo fijo dejándonos guiar tan solo por lo que nos despierte interés. Si queremos pasear tranquilamente, conviene adentrarnos en el Rastro temprano, a las 9:00 o las 10:00 h, cuando todavía se puede deambular con calma. A partir de las 12:00 h la tarea comienza a complicarse, aunque es el momento perfecto para conocer el mercadillo en su máximo esplendor. La última hora, en torno a las 14:00 h, es cuando mejor se regatea con los comerciantes, ya que es más fácil obtener una rebaja cuando están a punto de desmontar el tenderete.
Por otro lado, y especialmente en las horas de mayor afluencia, debemos tener cuidado de nuestros objetos personales, ya que los amigos de lo ajeno también intentan aprovechar su momento.
Qué puedes comprar en el Rastro de Madrid
El Rastro de Madrid representa a la perfección el concepto de mercado de pulgas surgido a principios del siglo XX en las afueras de París. Con independencia de tu presupuesto, en este gigantesco mercado ambulante encontrarás una muestra infinita de objetos a precios muy variados.
En las calles Ribera de Curtidores y Arganzuela, y en la Plaza General Vara del Rey, encontramos el núcleo duro de los anticuarios y las tiendas de decoración. Aquí podemos comprar cuadros antiguos, esculturas de diversa época, piezas europeas y españolas, lámparas y mobiliario antiguo. También muñecas de porcelana, maniquíes, máquinas de escribir, sombreros y ropa en general.
En la Plaza Campillo del Mundo Nuevo se aglomeran los puestos de libros viejos, revistas y cómics, así como discos de vinilo. También es este el lugar donde se dan cita los míticos intercambios de cromos y cartas de juegos de rol.
El coleccionismo militar también hace acto de presencia en los puestos de la calle Bastero, dónde podemos comprar uniformes, medallas, fotografías, documentos y banderas de carácter bélico. En esta misma calle también encontraremos juguetes antiguos y máquinas de videojuegos.
Por supuesto, la gastronomía también juega un papel importante en nuestra visita al Rastro. Si nos apetece hacer un alto en el camino y degustar un buen cocido madrileño, el restaurante Malacatín nos ofrece uno de los más auténticos de Madrid. Si preferimos unos ricos boquerones, la Cervecería Arganzuela los sirve en vinagre y acompañados de una caña de cerveza. Y si lo que de verdad nos pide el cuerpo son unas sardinas, el bar Santurce no falla. Por su parte, las navajas de la Cervecería Cruz, y los caracoles de Casa Amadeo completan la carta del Madrid más castizo.
Más allá del Rastro: Otros mercadillos en Madrid para el fin de semana
Además del Rastro, la capital está viviendo un momento de especial efervescencia en lo referente al surgimiento de mercadillos alternativos. Cada vez son más los barrios que organizan markets temáticos durante los fines de semana, y, como se hace necesario poner un poco de orden, hemos querido ofrecerte nuestra selección particular de mercadillos en Madrid:
- Mercado de Diseño (Matadero Madrid, paseo de la Chopera, 10). En un espacio tan atractivo como el del antiguo Matadero Municipal de Legazpi se levanta hoy un centro de creación contemporánea que destaca por su estética industrial. Sin duda, es un lugar perfecto para celebrar, cada primer fin de semana del mes, un mercado que reúne a talentosos artistas y diseñadores. Además, se desarrolla en una atmósfera festiva, con música en directo incluida y, esta vez sí, con food trucks.
- Nómada Market (Plaza de la Cebada, s/n). El Mercado de la Cebada, en el corazón del barrio de La Latina, es el lugar escogido para exponer 4 veces al año, coincidiendo con el inicio de las 4 temporadas del mundo de la moda, las obras de talentosos diseñadores emergentes. Nació en 2005 y, 14 años después, sigue creciendo edición tras edición. Organiza asimismo actividades paralelas, como talleres y exposiciones, y tiene la ventaja de desarrollarse en un mercado, por lo que siempre podrás picar algo en sus paradas.
- Rave Market. Se trata de una propuesta bastante singular: un mercadillo que se celebra sin periodicidad fija en diferentes salas de música y discotecas de la capital y que, por encima de todo, promueve el reciclaje. Por tanto, en el Rave Market puedes tanto comprar como vender objetos que ya no necesitas. Su lema es claro en este sentido: “porque las cosas merecen una segunda oportunidad”.
- Mercado de Motores (Paseo de las Delicias, 61). Sus puestos se distribuyen entre los vagones del Museo del Ferrocarril, ofreciendo desde productos ecológicos hasta artesanías y prendas vintage. Todo ello dentro de una atmósfera hipster que seguro que os cautivará.
Como ves, en Madrid no escasean los planes para ir de compras durante el fin de semana.