La consideración de Carlos III como el mejor alcalde de Madrid se debe a sus decisivas renovaciones urbanas, las cuales hicieron de la población una capital moderna. Entre ellas, podemos destacar el desarrollo de su alcantarillado, la instalación de adoquines en sus calles o la iluminación de las mismas. Otro de los grandes proyectos del borbón fue el trazado de la arteria que hoy denominamos paseo del Prado, eje urbano en el que se instalarían bellos grupos escultóricos como los de las fuentes de Neptuno y Cibeles.
- La fuente de Neptuno y el Madrid proyectado por Carlos III
- ¿Qué representa la fuente de Neptuno?
- Neptuno y el Atlético de Madrid
La fuente de Neptuno y el Madrid proyectado por Carlos III
La escultura de Neptuno, el dios romano del mar, preside una de las glorietas más céntricas de Madrid, escoltada por edificios tan emblemáticos como el Museo del Prado, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, la Bolsa de Madrid, la Real Academia Española o la iglesia de los Jerónimos. Sin embargo, en la época en que Carlos III ordenó al celebre arquitecto Ventura Rodríguez el proyecto del Salón del Prado, como se conocía por aquel entonces, esta zona se encontraba a las afueras del casco urbano de la capital.
La intención del monarca era establecer una elegante arteria a través de la cual pudieran pasear los madrileños, y que, además, esta vía estuviera flanqueada por edificaciones palaciegas e importantes instituciones culturales. En definitiva, Carlos III estaba decidido a imprimirle a la población madrileña un aire de modernidad que la asimilara a las urbes europeas más desarrolladas.
Así pues, el gran paseo quedaría articulado por tres fontanas (la de Apolo, la de Cibeles y la de Neptuno), las cuales contribuirían notablemente a su embellecimiento. De esta triada, las dos últimas son las que han alcanzado una mayor popularidad o, al menos, las que poseen un mayor arraigo en el imaginario colectivo de los madrileños y foráneos.
En ello ha influido sin duda el hecho de haberse convertido en el epicentro de las celebraciones deportivas de los dos grandes clubes de la capital, el Real Madrid y el Atlético de Madrid, así como su privilegiado emplazamiento. En este sentido, conviene apuntar que ni la localización ni la orientación exacta que tienen actualmente fueron las planteadas en su momento por Ventura Rodríguez, sino las que adquirieron tras una modificación que tuvo lugar a finales del siglo XIX.
¿Qué representa la fuente de Neptuno?
Neptuno es la versión romana de Poseidón, la divinidad griega de los mares, que con su tridente era capaz de hacer brotar agua de las rocas, y que navegaba en un carruaje tirado por caballos marinos o hipocampos. Al parecer, la elección del dios de las aguas, que en el proyecto originario estaba enfrentado a la diosa de la tierra —Cibeles—, constituiría una alusión a la marina de Carlos III, ya que el monarca contribuyó decisivamente a reforzar las fuerzas navales del Estado para mejorar las comunicaciones con las colonias de ultramar.
La escultura, ejecutada en mármol blanco de Montesclaros, muestra la figura erguida y semidesnuda de la divinidad, sujetando su inseparable tridente con la mano izquierda, al tiempo que con la derecha domina una serpiente enrollada en su brazo. Su porte es elegante, mientras que su rostro, con barba poblada y mirada serena, imprime respeto. Alzado en su carro en forma de concha, Neptuno pareciera avanzar impulsado por los dos caballos marinos que tiran del mismo. Asimismo, el agua de la fuente emana de una serie de tritones que lo rodean.
En cuanto a su autoría, la obra fue encargada a Juan Pascual de Mena, quien falleció sin haberla concluido. Sin embargo, todo apunta a que la finalizó su discípulo José Arias en 1786. Posteriormente, la fuente de Neptuno sufrió diversas modificaciones, como el cambio de localización ya citado de finales del XIX —momento en el que quedó orientada hacia la plaza de las Cortes—, y otras más curiosas, como el remplazo del tridente de bronce por uno hierro en 1914, a raíz del robo del original.
Neptuno y el Atlético de Madrid
En la actualidad, cualquier aficionado al fútbol español relaciona inmediatamente la fuente de Neptuno y el Atlético de Madrid, ya que se trata del lugar donde el club rojiblanco festeja sus títulos, mientras que su eterno rival, el Real Madrid, lo hace en la vecina fuente de Cibeles. Sin embargo, mucha gente desconoce que no hace tantos años las tornas estaban cambiadas, es decir, la Cibeles era colchonera y Neptuno merengue.
La historia comienza en 1953, durante el 50 aniversario del equipo rojiblanco, y en el triangular organizado para conmemorar tal acontecimiento. El caso es que el Atlético incluyó en el trofeo una representación de la famosa fuente de Cibeles. Curiosamente, en 1977, coincidiendo con el 75 aniversario del Real Madrid, el Ayuntamiento obsequió al club blanco con una reproducción de Neptuno en plata de ley.
Por otro lado, fueron los aficionados del Atlético de Madrid quienes, en 1962, tras ganar la Recopa, inauguraron la fuente de la Cibeles como espacio de celebración. No obstante, en la década de los ochenta se convertiría también en escenario habitual de festejos no atléticos, entre ellos, las victorias de la selección española y del Real Madrid. De hecho, las cinco ligas consecutivas ganadas por el conjunto blanco entre 1986 y 1990 hicieron tan habitual la estampa de los merengues en Cibeles que, cuando el Atlético de Madrid ganó la Copa del Rey del 1991, los colchoneros optaron por desplazarse unos metros al sur y constituir su particular escenario de celebración: la fuente de Neptuno.
Allí es donde el equipo rojiblanco, cariñosamente bautizado como “el pupas”, festejó su victoria frente al Real Madrid en la Copa del Rey de 2013 y el campeonato liguero de 2014.