El Real Jardín Botánico de Madrid, cuya larga historia comenzó en 1755, está situado en un lugar privilegiado de Madrid. Exactamente entre el Museo del Prado y la ya centenaria Cuesta de Moyano. Es, junto al Parque del Retiro, uno de los grandes pulmones de la capital. Desde 1939, su gestión depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y cuenta con más de 30.000 especies de plantas y árboles exóticos llegados de todo el mundo.
- Un recorrido por el Jardín Botánico de Madrid
- Una colección de plantas a cual más exótica
- Los más famosos del Jardín Botánico
- Momentos clave del Real Jardín Botánico
Un recorrido por el Jardín Botánico de Madrid
Comencemos nuestro itinerario entrando por la puerta de Villanueva, construida en 1789, que da a la plaza de Murillo, justo enfrente del Prado. Un folleto informativo nos ilustra sobre el plano del conjunto, desde el que nos ubicaremos. Dirijamos nuestros pasos en línea recta hacia la llamada terraza de los Cuadros, una de las tres terrazas o planos en los que está dividido el Jardín Botánico. Está situada junto a la verja del paseo del Prado, donde se halla la Puerta Real de Sabatini, que sólo se abre excepcionalmente. Y está diseñada en cuadrícula y salpicada de fuentes y estatuas. Aquí encontraremos una de las tres rosaledas emblemáticas de Madrid, junto a la del Retiro y la del Parque del Oeste. También nos toparemos con una placa de bronce dedicada a Doña Blanca Urquijo Eulate, quien inició la colección de rosales del Jardín Botánico.
Podemos continuar nuestro recorrido por el denominado paseo de las Estatuas, llamado así por estar jalonado de las efigies de cuatro botánicos excepcionales. Fueron colocadas en 1866 y son las de José Cavanilles y Palop, director del Jardín Botánico entre 1801 y 1814; Mariano Lagasca, uno de los impulsores de la recuperación del Jardín Botánico en una época de desidia; Simón de Rojas, director en 1825, y José Quer y Martínez, promotor del primer Jardín Botánico de Madrid.
Una colección de plantas a cual más exótica
Continuamos nuestro itinerario por la Terraza de las Escuelas, que está salpicada de pilones circulares de granito con surtidores de agua. Es una zona de árboles monumentales y plantas a cual más exótica, todas identificadas con su correspondiente placa informativa. No hay que decir que según la época del año en que visitemos el Jardín Botánico, lucirá con más o menos flores. Lo que permanece inalterable es la estatua en bronce del rey Carlos III que encontraremos antes de acceder a la Terraza Plano de la Flor. Es la zona más moderna, pues se añadió al resto del jardín en 1858, y está dispuesta como un jardín romántico, plagada de setos, rincones agradables y sendas sinuosas. Aquí está el Pabellón de Villanueva, que se abre junto a una glorieta en la que hay un estanque con un busto en bronce de Linneo.
Ahora vamos a dirigir nuestros pasos hacia los tres invernaderos del Jardín Botánico. Están situados en el lado norte y uno de ellos, conocido como la estufa de Graells, alberga plantas tropicales; otro acoge exposiciones temporales y el tercero, plantas de Sudamérica, Asia y África.
Los más famosos del Jardín Botánico
Algunos de los ejemplares más famosos del Jardín Botánico son el conocido como “El Abuelo”, un olmo de 200 años, o una secuoya de la misma época. También es célebre el ciprés conocido como “Bicentenario”, que está considerado el árbol más viejo de los que viven aquí, con 240 años y 32 metros de altura. Y desde 1996 también es muy reconocida la importante colección de bonsáis que donó el expresidente del Gobierno Felipe González.
Hagamos ahora un recorrido por la ya larga historia del Jardín Botánico y recordemos que fue el rey Fernando VI quien ordenó su creación en 1755. Su primer emplazamiento no estuvo aquí, sino junto al río Manzanares, en las inmediaciones de lo que hoy es Puerta de Hierro, en el Sitio de Migas Calientes, camino de El Pardo. Sin embargo, pocos años después, en 1781, Carlos III decidió trasladar aquel Jardín Botánico a su ubicación actual. El proyecto estuvo a cargo nada menos que de Francisco Sabatini y Juan de Villanueva. Con el fin de formar su gran colección de plantas exóticas, se enviaron expediciones a diferentes partes del planeta. Una de las más conocidas fue la de Malaespina, pero hubo otras con destino al Orinoco, Perú y Chile, Nueva Granada y Nueva España.
Momentos clave del Real Jardín Botánico
¿Quieres conocer algunos momentos clave de la historia del Jardín Botánico? Por ejemplo, en 1808, a causa de la guerra de la Independencia, el jardín quedó prácticamente destrozado. Y no fue hasta 1857 cuando se pusieron en marcha importantes reformas. Por esas fechas se instaló dentro del Jardín Botánico un zoológico que más tarde se trasladaría al vecino Parque del Retiro. En 1882, el Real Jardín cedió parte de su terreno para la construcción del Ministerio de Fomento, hoy de Agricultura y Pesca. Así que su superficie quedó reducida a las 8 hectáreas con que cuenta en la actualidad. Y desde 1942 tiene también la consideración de Jardín Artístico.