Durante mucho tiempo, Madrid le dio la espalda a su río. Contaminado y aislado de la ciudad por los carriles de la M-30 desde los años 70, los madrileños olvidaron su antigua relación natural con el río Manzanares, un afluente del Jarama nacido en la Sierra de Guadarrama al que siempre se desdeñó por su escaso caudal –Quevedo llegó a llamarlo «arroyo aprendiz de río“ en el siglo XVII-. Pero todo esto es pasado. Aquella concepción negativa ha dado un vuelco desde 2011, año en que se inauguró Madrid Río, un enorme parque lineal que discurre junto a los márgenes del Manzanares durante 7 kilómetros. Y es que el parque va más allá de sus jardines, pistas deportivas y áreas de juegos infantiles que han devuelto este espacio a la sociedad; es, además, un corredor ambiental que, gracias a la apertura de las compuertas que embalsaban las aguas desde 1955, ha renaturalizado el río, que ha recuperado en tiempo récord su actividad geológica. Y, por si fuera poco, Madrid Río ha traído consigo lo que muchos madrileños anhelaban desde hace tiempo: una playa donde aliviar los calores veraniegos.
Los orígenes de Madrid Río: el milagro de la resurrección y su entorno
La esperanza para el Manzanares renació con el soterramiento del tramo de la M-30 que corría junto al río, comenzada en 2003. Como consecuencia, quedó libre un enorme espacio en el que el Ayuntamiento quiso recuperar la relación de la ciudad con su río. Se lanzó un Concurso Internacional de Ideas que ganaría el proyecto dirigido por el arquitecto Ginés Garrido, que se planteó, esencialmente, “fabricar” un paisaje con elementos naturales sobre el túnel de la M-30, que ahora circula bajo tierra.
El resultado es Madrid Río, un enorme espacio de 1.200.000 metros cuadrados en el que se han plantado 33.623 nuevos árboles, 470.844 arbustos y 210.898 metros cuadrados de pradera. Desplegado a ambos lados del río entre el Puente de los Franceses y la Pasarela de Legazpi, el parque lineal está recorrido en la margen derecha por el Salón de Pinos, un corredor verde de 6 kilómetros que se abre a distintos jardines. En la margen izquierda, que une la ciudad con el río, destaca la amplia zona verde del Parque de Arganzuela, conectada con el centro cultural ubicado en el antiguo Matadero de Madrid. El tercer gran paisaje del parque es el que ha recuperado el histórico acceso sobre el río que ha conectado durante siglos el Palacio Real con la Casa de Campo, antiguo cazadero real y hoy el parque público más grande de la ciudad. Aquí, en la margen derecha, se ha construido la Plataforma del Rey, una enorme explanada ideada para acoger eventos que da acceso a la Casa de Campo, y se ha recuperado la histórica Huerta de la Partida, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI.
Más allá de este nuevo entorno, la apertura de las compuertas de las siete presas del río en 2015 ha causado una inesperada explosión de vida en el agua y su entorno. En apenas tres años, el río ha recuperado sus orillas e isletas, y el cauce se ha llenado de más de cincuenta especies de aves, cientos de peces y más de 2.000 ejemplares de árboles autóctonos que no se veían desde hace décadas.
QUÉ VER Y HACER EN MADRID RÍO
Instalaciones para pequeños y mayores deportistas
Madrid Río es el lugar perfecto para pasar una mañana de fin de semana practicando deporte en familia. Su largo paseo se presta a recorrerlo en bici, en patines o simplemente dando un agradable paseo junto al río. Por el camino nos encontraremos 17 áreas de columpios y juegos infantiles, para que los niños jueguen mientras los mayores descansan, y otros equipamientos como pistas de petanca, mesas de juegos y hasta 63 fuentes de agua potable.
En la zona del Parque de Arganzuela, cerca del Matadero, hay además multitud de pistas deportivas en las que es posible practicar fútbol, fútbol sala, pádel, tenis y baloncesto. El parque también cuenta con un skate park y un rocódromo para los aficionados a la escalada.
Y para quienes Madrid Río se les quede pequeño, el parque enlaza con la Senda Real (sendero GR 124), por el que podemos llegar, caminando o en bici, hasta la localidad serrana de Manzanares el Real.
Un plan perfecto para niños
Madrid Río alberga 17 áreas de juegos para los más pequeños que se distribuyen entre el Parque de la Arganzuela y el Salón de Pinos. Aparte de refresacarse en su “playa” durante los días más calurosos o hacer uso de sus pistas deportivas, el skate park o el rocódromo, los niños pueden jugar en tirolinas, toboganes o puentes colgantes, entre otros elementos que se integran en el entorno ambiental gracias a su particular diseño.
Una de las zonas más divertidas para los pequeños es la de los toboganes gigantes. En total, hay ocho. Otro de los grandes atractivos es la súper tirolina, que se encuentra en el Parque de la Arganzuela. Figuras de animales talladas en madera o troncos de árboles forman parte de pequeños “bosques de juegos” que se expanden a lo largo y ancho de Madrid Río. También están las populares telas de araña, hamacas, puentes colgantes o lianas para trepar.
La Playa de Madrid Río, un consuelo en verano
No tener playa es uno de los grandes dolores de los madrileños, pero el parque ha facilitado un pequeño consuelo con esta playa urbana situada en el corazón del parque, junto a la Pasarela de la Arganzuela. Aunque no cuenta con zona de baño ni arena, la “playa” está compuesta por tres zonas acuáticas ovaladas con divertidas fuentes verticales en las que refrescarse. A su alrededor, se extiende un amplio espacio de césped donde extender la toalla y echarse a tomar el sol. Además, como toda playa que se precie, esta cuenta con chiringuitos: podemos tomar algo en la Terraza La Playa Madrid Río o, cruzando el puente, acercarnos al Madrid Río Café.
Las terrazas de Madrid Río
Desde que entramos en Madrid Río por la torre del Matadero, justo en la glorieta de Legazpi, hasta que llegamos al final del parque, hay varias terrazas en la que poder sentarse a tomar o comer algo. Tanto a orillas del río Manzanares, por las calles de Avenida del Manzanares, Paseo de Yeserías o Paseo de la Virgen del Puerto, por ejemplo, hasta en el interior del parque, tomar una bebida o comer en un establecimiento no supondrá un quebradero de cabeza.
En e interior del parque, la Terraza Playa (Parque Madrid Río, Paseo de las Yeserías 33) es una de las más conocidas entre los transeuntes. Se sitúa cerca de la playa urbana y de las canchas de fútbol o de skate. En una de las orillas del río Manzanares, casi a las puertas de la Casa de Campo, está el Café del Río, que también tienen una amplia terraza exterior tanto en la entrada como en el tejado.
Matadero Madrid: cultura junto al Manzanares
El centro cultural Matadero Madrid, situado en el extremo sur de Madrid Río, ofrece un final perfecto a nuestro paseo junto al río. Los pabellones de estilo neomudéjar del antiguo matadero municipal, cerrado en 1996, acogen desde 2007 diferentes espacios que conforman una miniciudad dedicada a la cultura. Aquí podemos venir a ver teatro en las Naves Matadero, documentales en la Cineteca o arte y diseño de lo más vanguardista en el resto de pabellones que integran el conjunto.
Monumentos históricos de Madrid Río
A lo largo de los 7 kilómetros de longitud que ocupa el parque lineal de Madrid Río se observan puentes, edificios y monumentos históricos -la mayoría han sido rehabilitados y puestos en valor-.
Para acceder a la Casa de Campo desde Madrid Río, se puede llegar cruzando el Puente del Rey, cuyo origen data de de 1816, durante el reinado de Fernando VII. Y para entrar en la Casa de Campo una vez se ha cruzado el Manzanares por este puente, se accede pasando por la Puerta del Rey, una estructura de pilastras que se construyó durante el reinado de José Bonaparte (1808-1813).
Si seguimos por la margen de la izquierda del Manzanares, un poco más adelante del Puente del Rey nos encontramos con la ermita de la Virgen del Puerto (siglo XVIII). Con un interior con forma de cruz griega, este templo destaca por una cúpula central flanqueada por cuatro capillas. Fue reconstruida en 1951 tras quedar prácticamente destruida durante la Guerra Civil.
Pocos metros más adelante, nos topamos con el Puente de Segovia, el más antiguo de la ciudad de Madrid. Lo mandó construir Felipe II en el siglo XVI. Otro de los puentes de mayior valor histórico, y situado bastantes metros más adelante, es el Puente de Toledo, construido en el siglo XVII por el rey Felipe IV.
Y, por destacar otro monumento histórico de Madrid Río, no hay que perderse el edificio del antiguo Matadero de Madrid. Edificado a principios del siglo XX, abarca una superficie enorme de 150.000 metros cuadrados y es un ejemplo de la arquitectura industrial madrileña. Con la construcción de Madrid Río se le dio un vuelvo tremende a su uso convencional, pasando deser un matadero -como su propio nombre indica- a eregirse como uno de los centros de actividad cultural más importantes de la capital de España.
Los puentes y miradores de Madrid Río
Las dos márgenes del río están conectadas por multitud de puentes entre los que encontramos algunos históricos como el Puente de Segovia, el Puente del Rey y el Puente de Toledo, que conviven con modernas pasarelas como el Puente del Principado de Andorra, que imita a los puentes ferroviarios de montaña del siglo XIX, o el Puente de Arganzuela, quizá el más icónico del nuevo Madrid Río con su espiral metálica sobrevolando el Manzanares, obra del arquitecto francés Dominique Perrault.
Aunque los puentes constituyen de por sí excelentes miradores desde los que contemplar la Cornisa Histórica de Madrid sobre el Manzanares, en la que destaca el Palacio Real, la vista es aún mejor desde alguno de los miradores del parque, como el mirador de la Huerta de la Partida o el de la Glorieta de San Vicente.
Dónde comer cerca de Madrid Río
Desde el Matadero hasta la Puerta del Rey y, viceversa, desde la Casa de Campo hasta la Plaza de Legazpi, las dos orillas del río Manzanares y el interior del parque Madrid Río albergan un buen número de restaurantes y bares donde comer bien y con diferentes calidades y precios.
Además de las terrazas más conocidas, como pueden ser la del Terraza Playa (Parque Madrid Río, Paseo de las Yeserías 33) o la del Café del Río (Avenida de Portugal 1), una opción es La Cantina, un local situado en la antigua sala de calderas del Matadero y que también cuenta con una amplia terraza para disfrutar en los días de calor y sol.
En el Paseo de la Chopera -ya fuera del recinto de Madrid Río- hay muchas posibilidades de establecimientos en los que elegir. Uno que lleva tiempo de moda es el Costello (Plaza General Maroto, 4), donde se pueden comer diferentes tipos de hamburguesas.
Y en la orilla de en frente, en la Avenida del Manzanares y cerca del Puente de Santa Catalina, se sitúa el centro comercial Plaza Río 2. Hay bastante donde elegir y, en su terraza, donde se ubican varios restaurantes de comida rápida o más tradicionales, las vistas de día y de noche hacia el Matadero y a todo el parque de Madrid Río son espectaculares.