Lo que, sí o sí, hay que ver en Manzanares el Real es el Castillo de los Mendoza. Se trata de su monumento más representativo y el que atrae hasta aquí a un mayor número de visitantes. Sobre todo por su escenográfica presencia, casi como de película: con la Sierra de Guadarrama de fondo y el embalse de Santillana a sus pies.
Pero hay bastante más que ver en Manzanares el Real. Partiendo de la base de que ésta es una tranquila localidad serrana (pese a la afluencia de visitantes, sobre todo cuando llega el buen tiempo), que mantiene su urbanismo rural y muchos de sus edificios están construidos con sólidos bloques de roca granítica.
Además, conviene no perder de vista que Manzanares es una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Guadarrama, a través de La Pedriza. Ésta supone, sin duda, uno de los parajes naturales más espectaculares Sistema Central.
- El Castillo de Manzanares el Real, una joya tardía de la Edad Media
- El castillo viejo, la Plaza de Armas de Manzanares el Real
- El embalse de Santillana y su torreón de película
- Dónde comer en Manzanares el Real
- La ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra
Un dato más: aquí nace el río Manzanares, el mismo que llega hasta la ciudad de Madrid, más tarde al río Jarama y éste a su vez, al Tajo. Es decir, la cuenca fluvial más larga de la Península Ibérica.
El Castillo de Manzanares el Real, una joya tardía de la Edad Media
Así pues, entre todo lo que ver en Manzanares el Real destaca el Castillo de los Mendoza, que data del siglo XV. Es una de las últimas fortalezas medievales que se construyeron en Castilla. De hecho, apenas tuvo una función defensiva y muy pronto se convirtió en la residencia palaciega de esa dinastía nobiliaria.
La construcción, que comenzó en 1475, se debe a Diego Hurtado de Mendoza, primer duque del Infantado, hijo de Íñigo de Mendoza, primer Marqués de Santillana. Éste es una de las figuras clave de la Literatura de la época, con sus célebres Serranillas.
En cuanto a la estructura del castillo, su planta es un cuadrado casi perfecto, rematado en las puntas por esbeltas torres circulares, a excepción de la zona Sureste, donde se levanta la torre del homenaje.
Como ya hemos dicho, el castillo de Manzanares el Real más que una fortaleza se concibió como un palacio. Las zonas más interesantes que ver en este conjunto residencial son:
- El patio porticado.
- La galería de la primera planta, de estilo gótico y con una brillante factura.
- La biblioteca, aunque buena parte de los fondos históricos pasaron a la biblioteca de los señores de Osuna y, de ahí, a la Biblioteca Nacional.
- El camino de ronda, que circunda buena parte de la muralla.
Un dato interesante es que aquí se firmó, en 1983, el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid. Y es tal la importancia y belleza de la construcción, que se la considera Monumento Histórico-Artístico desde el año 1931.
El castillo viejo, la Plaza de Armas de Manzanares el Real
No muy lejos del Castillo Nuevo está la primigenia construcción defensiva militar: el Castillo Viejo, que es uno de los lugares más interesantes que ver en Manzanares el Real. Lo que hoy queda en pie es parte del perímetro amurallado y una de las torres que lo protegían. Un rectángulo que los habitantes de esta localidad conocen como Plaza de Armas.
Lo mandó construir, en el siglo XIV, la misma familia Mendoza que posteriormente levantó el nuevo castillo. Fue aquí donde, inspirado por la belleza del lugar, creó el Marqués de Santillana (y también Duque del Infantado) buena parte de sus composiciones poéticas.
Pero antes fue la residencia de Leonor de Guzmán, amante del rey Alfonso XI de Castilla. Hoy son muchos los visitantes que se acercan hasta este lugar, sobre todo para disfrutar de las fantásticas panorámicas sobre el embalse de Santillana.
El embalse de Santillana y su torreón de película
La escenografía del embalse de Santillana, a los pies mismos de la localidad, lo convierte en uno de los lugares obligados que ver en Manzanares el Real. Sin duda, es la mejor bienvenida a la localidad cuando se llega desde Madrid y regala fantásticas panorámicas, con un interesante enfoque acuático.
Buena parte de la espectacularidad de este reservorio de agua se lo aporta su torreón, superviviente del embalse de 1907. El Duque del Infantado de aquel momento pretendió que dicha torre fuera un anticipo estético del propio Castillo de Manzanares el Real y, por eso, ordenó que se construyera en un llamativo estilo neogótico.
Al ampliarse la capacidad del embalse durante los años 60 del pasado siglo la presa original fue cubierta por las aguas. No así el torreón que, durante los periodos de máxima afluencia hídrica, parece flotar sobre la superficie del agua.
Además, el embalse de Santillana es un destacable punto de interés que ver en Manzanares el Real para amantes de la naturaleza, pues éste es un punto de nidificación y avituallamiento para todo tipo de aves.
Entre ellas, destaca la garza real, una de las mayores que surcan los cielos de la Península Ibérica. Pero también hay ánades reales, gaviotas de varias especies, somormujos lavancos, garcetas, picapinos, aviones roqueros, además de varias rapaces: buitres leonados, águilas reales, halcones peregrinos y búhos reales.
Dónde comer en Manzanares el Real
La cocina serrana pasa, sobre todo, por los guisos de cuchara, las carnes rojas, el cordero y el cochinillo. Pero en los restaurantes de Manzanares el Real hay muchas más propuestas culinarias. Estos son algunos de los más recomendables:
- Mesón Los Morales (Avenida de Madrid, 24): encomiable el esfuerzo por traer hasta este lugar platos de cocina internacional (también recetas locales) con un cierto punto de sofisticación. Por ejemplo, el tartar de vieiras con vinagreta de cítricos, el arroz con faisán y boletus o el rabo de toro estofado al vino tinto.
- La Variable (Santa Teresa, 10): aunque con algunos guiños a la cocina actual (por ejemplo, la introducción del inefable kimchi en algunos platos), aquí se viene a comer carne roja de la buena. Desde luego, chuletón de ternera.
- Parra (Panaderos, 13): un restaurante castellano de los de siempre (lleva abierto desde 1973), ideal para disfrutar de la comida típica de Madrid.
La ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra
Entre las construcciones religiosas que merece la pena ver en Manzanares el Real está la ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra. Situada a las afueras de la localidad, en dirección a la sierra, se trata de un edificio del siglo XV concebido inicialmente como un convento. Aunque la realidad es que lo único que llegó a levantarse fue esta ermita.
Atractivos arquitectónicos aparte, la elección del lugar donde se sitúa este pequeño templo parece de lo más acertado, pues desde aquí se domina tanto la propia localidad de Manzanares, con sus castillos, como La Pedriza y buena parte de la Sierra de Guadarrama.