El Museo Nacional del Prado es el pilar del ‘triángulo del arte madrileño’ porque cuenta con la muestra de pintura española más completa del mundo. Sus fondos son el resultado de la suma de las colecciones que fueron adquiriendo los monarcas españoles durante siglos de mecenazgo, numerosas donaciones y adquisiciones. Están integrados por casi nueve mil pinturas (de las que se expone una cuarta parte), cinco mil dibujos, dos mil grabados y más de setecientas esculturas repartidas por el museo. Dada su dimensión, es recomendable que organices previamente el itinerario o reserves una visita guiada para disfrutar adecuadamente de tanto arte. Además de lienzos de artistas españoles tan conocidos como Las Meninas, de Velázquez, o Los fusilamientos del 3 de mayo, de Francisco de Goya, ofrece importantes obras de maestros flamencos e italianos del Renacimiento y el Barroco.
- Colecciones de pintores españoles
- Las mejores obras de maestros italianos y flamencos
- Historia del Museo del Prado
- Ampliación del Museo del Prado
- El Prado para niños
Colecciones de pintores españoles
Esta pinacoteca ha seleccionado entre su extensa colección una serie de obras imprescindibles para aquellos visitantes que cuenten con un tiempo de visita reducido. Así, se puede elegir entre itinerarios de una hora, de dos y de tres, además de diferentes opciones temáticas y bonos con los que se pueden visitar también los otros dos museos con integran el Paseo del Arte: el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Si decides hacer la visita por libre, nuestra sugerencia es que sigas un orden cronológico comenzando en el siglo XI. De esta fecha encontrarás los murales mozárabes de la iglesia de San Baudelio de Berlanga. Sigue por las obras de Berruguete, Bartolomé Bermejo y Luis de Morales, que van de la pintura gótica hispano-flamenca al Renacimiento. Si te gusta la pintura de El Greco, encontrarás una amplia muestra de este autor. Fíjate en la calidad de la Santísimo Trinidad y El caballero de la mano en el pecho.
Pintores como Murillo, Zurbarán y Ribera son dignos representantes del Siglo de Oro, al igual que Velázquez, uno de los autores españoles más valorados. De este pintor, además de Las Meninas, podrás ver el cuadro de Las Hilanderas. El recorrido podría continuar admirando la amplia obra de Goya (del siglo XVIII al XIX), como las famosas pinturas negras con las que cubrió las paredes de su casa (la Quinta del Sordo) y los cartones que hizo para la Real Fábrica de Tapices. Por supuesto, no debes pasar por alto la belleza de la obra de Sorolla (también puedes visitar el Museo Sorolla, Madrazo y Fortuny).
Las mejores obras de maestros italianos y flamencos
El arte, mientras se desarrollaba en nuestro país, también lo hacía en otros lugares como Italia y Flandes. En el Museo del Prado encontrarás grandes obras de arte italiano de artistas como Fra Angelico, Botticelli, Mantegna, Messina, Tiziano, Tintoretto y Caravaggio.
Dada la buena relación de la corona española con Flandes, este museo dispone de una amplia colección de los maestros primitivos flamencos expuesta en las nuevas Salas de Pintura Flamenca. Entre ellas, El descendimiento de Van der Weyden y el Jardín de las Delicias de El Bosco. Otras firmas que te sonarán son las de Rubens, la familia Brueghel, Jordaens y Teniers. Aunque menos numerosas, también se pueden ver representantes de la pintura francesa, holandesa y alemana como Durero, Claudio de Lorena, Rembrandt o Watteau.
No dejes de ver tampoco El tesoro del Delfín situado en un nuevo y moderno espacio expositivo inaugurado con motivo del bicentenario del Museo del Prado.
Historia del Museo del Prado
El edificio que alberga este museo fue encargado al arquitecto Juan de Villanueva, por orden de Carlos III, como Gabinete de Ciencias Naturales a finales del siglo XVIII. Sin embargo, su uso no estuvo muy claro hasta que su nieto Fernando VII decide destinarlo, empujado por su segunda esposa María Isabel de Braganza, a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas. En 1819 abre al público con un catálogo de 311 pinturas de artistas españoles, aunque ya disponía de un fondo de 1.510 obras procedentes de los Reales Sitios. El emperador Carlos V, en el siglo XVI, fue quien comenzó la colección real de arte y, a partir de ese momento, tanto los Austrias como los Borbones siguieron ampliándola. Algunas de las grandes obras del Prado se deben a su buen gusto. No pases por alto El jardín de las Delicias, de El Bosco; El caballero de la mano en el pecho, de El Greco; El tránsito de la Virgen, de Mantegna, La Sagrada Familia, conocida como La Perla, de Rafael; Carlos V en la batalla de Mühlberg, de Tiziano; El Lavatorio, de Tintoretto, el Autorretrato, de Durero; Las Meninas, de Velázquez; Las tres Gracias, de Rubens; o La familia de Carlos IV, de Goya.
Los fondos desde su fundación se han ampliado con más de dos mil pinturas, esculturas, estampas y dibujos, además de haber recibido obras de otros museos ya desaparecidos. Algunas donaciones que merecen remarcarse son las Pinturas Negras de Goya, cedidas en el siglo XIX por el barón Emile d’Erlanger. En los últimos años también se han adquirido obras como Fábula y Huida a Egipto, de El Greco; La condesa de Chinchón, de Goya; El barbero del Papa, de Velázquez; y El vino en la fiesta de San Martín, de Pieter Bruegel el Viejo.
Las obras durante la guerra civil española se protegieron de los posibles bombardeos en la planta baja del museo con sacos de arena. Incluso acogieron otras rescatadas de iglesias, conventos e, incluso, del monasterio del Escorial. Por seguridad y recomendación de la Sociedad de Naciones, se decidió trasladar la colección a Ginebra pero al estallar la Segunda Guerra Mundial hubo de regresar nuevamente a Madrid.
Ampliación del Museo del Prado
Al tiempo que se ha ido incrementado la colección de esta pinacoteca y el número de visitantes, las instalaciones también han debido adaptarse y ampliarse. En la actualidad, se podría decir que el Museo del Prado se distribuye alrededor de un campus formado por el primigenio edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio administrativo de la calle Ruiz de Alarcón, y el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro.
En las últimas ampliaciones, que ha llevado a cabo el arquitecto Rafael Moneo, se conecta el edificio original con el claustro restaurado de los Jerónimos a través de un vestíbulo donde se sitúan los servicios de atención al visitante, la librería y la cafetería. Con esta reforma, se han obtenido también nuevas salas de exposiciones temporales, un auditorio, una sala de conferencias, talleres, laboratorios y depósitos de obras. En el Casón del Buen Retiro se han situado los departamentos de investigación, biblioteca y archivos.
El Prado para niños
El Museo del Prado también lleva a cabo una importante función divulgativa para centros escolares y para familias. Durante todo el año se diseñan numerosos recorridos y talleres que tratan de acercar el arte a los más pequeños. Es recomendable reservarlos con antelación.