Subida a un carro tirado por dos leones, la diosa romana Cibeles otea desde el siglo XVIII la Plaza de Cibeles. La fuente monumental de Cibeles, situada en el centro de este gran cruce de calles históricas (calle Alcalá y Paseos del Prado y de Recoletos), atrae la mirada y los flashes de los turistas durante casi todo el día. Este símbolo madrileño otorga nombre a este espacio rodeado de edificios emblemáticos como el Palacio de Comunicaciones, actual Ayuntamiento de Madrid; el Banco de España; el Palacio de Linares o Casa de América; y el Palacio de Buenavista, donde se encuentra el Cuartel General del Ejército.
- Fuente de Cibeles y el Real Madrid
- El Palacio de Cibeles
- El Palacio de Linares
- Palacio de Buenavista
- El Banco de España
Fuente de Cibeles y el Real Madrid
La Fuente de Cibeles fue diseñada por el conocido arquitecto Ventura Rodríguez y representa a esta diosa romana, que simboliza la tierra, la fecundidad y la agricultura. Su imagen, con forma de mujer, se sitúa sentada en un carro tirado por dos leones que representan otros dos personajes mitológicos: Hipómenes y Atalanta. Las tres figuras fueron esculpidas en mármol y el resto de la escultura en piedra. Francisco Gutiérrez se encargó de perfilar a la diosa y el francés Roberto Michel, hizo lo propio con los leones.
Aunque ahora solo nos planteemos su función ornamental, cuando fue concebida la Fuente de Cibeles, tenía una clara función pública. Desde su construcción en 1782 y hasta 1862 sus dos caños proveían de agua. Uno de ellos, surtía de agua a los aguadores, que llevaban dicho elemento a las viviendas particulares, y el otro se empleaba para el abastecimiento público. El agua del pilón también era aprovechada, ya que era donde bebían los caballos.
Si estos datos pueden resultarte lejanos o desconocidos, seguro que te suena mucho más que la Fuente de Cibeles es el lugar preferido para festejar las victorias en algunas competiciones deportivas. Es, de hecho, el gran icono de los madridistas, los seguidores del equipo de fútbol Real Madrid. Al igual que la Fuente de Neptuno lo es para el Atlético de Madrid. Tras algún que otro desperfecto en pasadas celebraciones, se suele proteger para que las figuras no resulten dañadas.
El Palacio de Cibeles
Desde 2011 se conoce como el Palacio de Cibeles, aunque no son pocos los madrileños que lo siguen nombrando como el edificio de Correos o el Palacio de Comunicaciones, porque ese era su uso como sede y gestión del correo. Actualmente, es la sede del Ayuntamiento del Madrid y alberga el CentroCentro, un completo espacio cultural donde no faltan las exposiciones, las actividades culturales, los eventos ni los restaurantes.
Es, además, un lugar perfecto para hacer un alto en la ruta turística para comer, tanto en el bar de la planta baja como en el restaurante de la sexta; para descansar, en sus zonas de relax (wifi gratuito); y para disfrutar desde su mirador de unas vistas excelentes de la Plaza de Cibeles al completo.
La historia del Palacio de Cibeles merece mencionarse porque fue levantado sobre los antiguos Jardines del Buen Retiro y porque los arquitectos que lo llevaron a cabo, entre 1904 y 1918, fueron los renombrados Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. Este edificio de grandes dimensiones, más de 30.000 m2, fue uno de los primeros exponentes modernistas de la capital. Lo que más llama la atención en su fachada son las dos torres pentagonales y, en el centro, el cimborrio octogonal.
El Palacio de Linares
En la esquina de la calle Alcalá y el Paseo de Recoletos se levanta el Palacio de los Marqueses de Linares, un suntuoso edificio de finales del siglo XIX. Esta singular construcción, sede de la Casa de América, es otra visita obligada cuando pases por la Plaza de Cibeles. Y si eres amante de las historias de fantasmas, estás de suerte porque este es uno de los edificios que se suelen incluir en los recorridos del Madrid mágico.
Los arquitectos responsables del proyecto fueron Carlos Colubí, Adolf Ombrecht y Manuel Aníbal Álvarez; y también trabajaron en el mismo pintores de la talla de Francisco Pradilla, Manuel Domínguez y Alejandro Ferrant. El palacio tiene cuatro pisos (sótano, entresuelo, planta noble, y tercera planta) y un subsótano. En el exterior ya se percibe cierto lujo, pero no es nada con la exquisitez del interior donde no faltan tapices, detalles ornamentales dorados, suelos de maderas exóticas, grandes lámparas y ricas alfombras.
Consulta la programación de actividades porque como sede de la Casa de América, tendrás la oportunidad de disfrutar de eventos culturales in situ. Otra opción es realizar una visita guiada, también las hay teatralizadas, o disfrutar de su jardín mientras se cena o se toma una copa en el restaurante.
Palacio de Buenavista
En otro extremo de la Plaza de Cibeles, frente al palacio de Linares, se encuentra el Palacio de Buenavista, una ubicación privilegiada para el Cuartel General del Ejército. Por motivos de seguridad, se encuentra rodeado de un muro y verjas que impiden el paso.
Este palacete, rodeado de jardines y en una posición elevada del suelo, fue la residencia de los duques de Alba. Se construyó en 1767 en una finca conocida como Altillo de Buenavista, de ahí su nombre. La edificación actual fue levantada en 1777 por la decimotercera duquesa de Alba tras derribar la anterior. El arquitecto encargado fue Pedro de Arnal que dejó constancia en su estética de la influencia italiana y francesa.
Este lugar acogió grandes obras de arte como La Venus del espejo, de Velázquez, o La Madonna de Alba, de Rafael, pero finalmente se convirtió en sede del Ministerio de Guerra en 1847. La residencia de los Alba se trasladó al Palacio de Liria y este edificio se adecuó a sus nuevas funciones como cuartel militar.
El Banco de España
La central del Banco de España se encuentra frente al Palacio de Cibeles, en la intersección del Paseo del Prado y de la calle Alcalá. Después de recorrer varias ubicaciones, esta importante entidad eligió el magnífico palacio del Marqués de Alcañices para instalar su sede. Tras las pertinentes reformas de adaptación, cuya primera piedra colocó el propio rey Alfonso XII en 1884, y las sucesivas ampliaciones, hoy día podemos ver un edificio de gran monumentalidad. Si la fachada ya es llamativa, espera a ver el interior con una hermosa escalera central, lámparas de Bohemia, pinturas de grandes artistas… y una cámara situada a 36 metros de profundidad que alberga el oro. En el tejado del edificio permanece un antiguo helipuerto, que ya no se utiliza.
Por monumentalidad, ubicación y por el cariño que le tienen los madrileños, la Plaza de Cibeles es una visita imprescindible en la capital de España.