Guadalajara es una de las provincias más desconocidas de España que conserva algunas de las joyas arquitectónicas y naturales más importantes del país. De hecho, algunos de sus pueblos se cuelan en la lista de los más bonitos de España y otros aparecen siempre entre los de mayor riqueza artística y cultural. Aquí tienes algunos de los que no puedes dejar de visitar.

  1. Sigüenza
  2. Molina de Aragón
  3. Brihuega
  4. Valverde de los Arroyos
  5. Hita
  6. Pastrana
  7. Palazuelos
  8. Atienza

Sigüenza, la villa medieval del Doncel

Es uno de los pueblos medievales de España más impresionantes. Está dominado por su catedral del siglo XII, donde se puede visitar la escultura funeraria gótica más famosa de España, la de Martín Vázquez de Arce o el famoso Doncel.

Además, cuenta con un impresionante castillo, decenas de casas medievales, conventos de casi todas las épocas, renacentistas, barrocos y neoclásicos, y una universidad.

Esta villa medieval recuerda en unas jornadas festivas muy famosas, donde la música se mezcla con la gastronomía, la historia y el arte, que Doña Blanca de Borbón vivió confinada en su castillo varios años durante el siglo XVI, y todas las leyendas que surgieron a su alrededor.

No podemos marchar sin visitar el Barranco del Dulce, uno de los lugares naturales más famosos de la región y donde Félix Rodríguez de la Fuente grabó algunos de sus documentales más espectaculares.

Catedral de Sigüenza
Catedral de Sigüenza

Molina de Aragón, un pueblo a la sombra de un castillo

Desde la Edad Media, esta villa ha sido un cruce de caminos y de luchas entre quienes querían dominar la comarca. Por eso su castillo, uno de los más grandes de España que se conservan y donde todavía se pueden ver algunas torres y el adarve almenado, junto a la muralla.

El pueblo está lleno de iglesias en casi todos los estilos más importantes (románico, renacentista o neoclásico), palacios que lucen sus blasones familiares y que hablan de la importancia de Molina a lo largo de la historia y hasta un monasterio, el de San Francisco, fundado a finales del siglo XIII, y que ahora acoge al Museo Comarcal.

El paseo por sus calles nos llevará a descubrir la judería y también el arrabal de la morería, al otro lado del río, sobre el que se levanta el Puente Románico, construido en piedra rojiza y un símbolo de Molina.

Molina de Aragón
Molina de Aragón

Brihuega, el jardín de la lavanda

Esta villa medieval donde sus famosas fuentes se mezclan con lienzos de murallas y puertas de entrada a la ciudad se ha vuelto muy conocida por sus increíbles campos de lavanda que en flor son una de las estampas más bonitas de la Alcarria. De hecho, en el mes de julio, Brihuega celebra un festival muy especial de la lavanda con todo tipo de actividades culturales y gastronómicas.

Al color morado de esta planta se suman también sus variadas huertas y las plantaciones de espliego que le valen el sobrenombre del jardín de Guadalajara.

Pero no podemos marchar sin ver su impresionante Castillo de la Piedra Bermeja, el recinto amurallado y la Real Fábrica de Paños.

Brihuega
Brihuega

Valverde de los Arroyos, el corazón de los pueblos negros

Situada en la Sierra Norte de Guadalajara, Valverde es el centro de los llamados pueblos negros, que son una de las rutas turísticas más importante por la belleza de estas aldeas totalmente integradas en un paisaje de montaña, gracias a un tipo de arquitectura muy particular basada en la piedra oscura del terreno y en la pizarra que cubre sus tejados y les da el color por el que son conocidos.

Suelen ser pueblos pequeños, con callejuelas preciosas y con un respeto milimétrico al relieve y la naturaleza. En Valverde no podemos perdernos su Plaza Mayor, con una peculiar fuente; una visita a su iglesia de San Ildefonso construida en pizarra para no desentonar con el resto del pueblo, y su Museo Etnográfico, con varias salas donde se explican algunas de las tradiciones más arraigadas en la zona como la matanza o el telar pero también su tipo de arquitectura tan particular o el rincón de la Danza.

Lo mejor de Valverde y estos pueblos es hacer una excursión por algunas de las áreas naturales más bonitas de la región como Las Chorreras de Despeñalagua.

Valverde de los Arroyos
Valverde de los Arroyos

Hita, el pueblo del libro del Buen Amor

Este pequeño municipio es precioso tanto en sus leyendas como en su arquitectura. Una villa medieval que sigue anclada en aquellas descripciones del Libro del Buen Amor que escribió el Arcipreste de Hita y que todavía pueden oírse susurradas en cada rincón.

Uno de los elementos más reconocidos es la increíble Puerta de Santa María, que junto con la Plaza Mayor o del Arcipreste muestra cómo era la arquitectura de soportales con doble línea de pilares de madera.

Pero no podemos marcharnos de Hita sin ver el Palenque, que es una explanada extramuros, donde el primer sábado de julio durante la celebración del Festival Medieval es escenario de unas justas medievales consideradas Fiestas de Interés Turístico Nacional.

Hita
Puerta de Santa María de Hita

Pastrana, la cárcel de la Princesa de Éboli

La leyenda de Ana de Mendoza o la princesa de Éboli colocó a Pastrana en el mapa desde finales del siglo XVI, cuando Felipe II ordenó encerrar a esta aristócrata acusada de conspirar contra la corona. Once años estuvo en el palacio Ana de Mendoza y varios encerrada en una de las torres donde sólo se le permitía abrir la celosía de la ventana una hora al día, por lo que se le conoce a ese lugar como la Plaza de la Hora.

Esta mujer libre e inteligente murió en 1592 fruto de este encierro y está enterrada en una cripta junto a su marido y algunos de sus hijos en la Colegiata de Pastrana, que se puede visitar.

El Palacio Ducal es toda una joya arquitectónica, con azulejos mudéjares y artesonados platerescos, que merece la pena ser visitado sin perder de vista el retrato de la Princesa de Éboli, que con el parche en el ojo recuerda este cruel castigo.

Pastrana
Pastrana

Palazuelos, la Ávila de la Alcarria por su muralla

Este pequeño pueblo de Guadalajara conserva una de las murallas completas mejor conservadas del país por lo que muchos se refieren a Palazuelos como la ‘Ávila de la Alcarria”.

El lienzo de piedra que rodea completamente a la villa está jalonado de puertas defensivas que daban entrada al pueblo hasta llegar a una fortaleza que fue destruida durante la invasión francesa y se reconstruyó más tarde.

Alrededor de la Plaza Mayor se pueden ver las casas de piedra roja, una iglesia románica, un lavadero de piedra y hasta una picota.

Palazuelos
Palazuelos

Atienza, un castillo y el Mio Cid

El castillo de Atienza, uno de los pueblos más bonitos de Guadalajara, fue construido por los celtíberos y pasó a los árabes y a Castilla y Aragón, que se fueron disputando su control y las lindes en esta zona. En el propio Cantar del Mio Cid se habla de “la peña muy fuerte” que era la fortaleza de Atienza. Ahora mismo no está en las mejores condiciones pero las vistas desde allí son increíbles.

Entre los puntos que no podemos perdernos en Atienza está la famosa Posada del Cordón, del siglo XV; el Arco de San Juan o la Plaza del Trigo.

También hay varios museos religiosos que merecen la pena, como el de la Santísima Trinidad, con esculturas tardorrománicas; o el de San Gil, en un templo románico. Y es aconsejable visitar el Monasterio de San Francisco, de estilo gótico, una de las pocas joyas que se pudieron mantener tras el saqueo en la invasión francesa.

Si estamos por Atienza en domingo de Pentecostés, no podemos dejar de presenciar La Caballada, Fiesta de Interés Turístico Nacional, que recrea el asedio de las tropas pro leonesas en 1162 frente a quienes defendían a Alfonso VIII niño, rey de Castilla.

Atienza
Atienza