Sorprende Segovia desde el primer vistazo. Se llegue a ella por carretera o por tren, la ciudad se perfila en el horizonte con sus esbeltos monumentos. Una imagen que empezó a fraguarse hace casi 2.000 años, cuando los romanos construyeron su espectacular Acueducto.
Con bastantes altibajos, lo cierto es que la ciudad ha sido protagonista importante de la Historia de España. De hecho, aquí nació Isabel I (la Reina Católica). Y fue aquí proclamada como reina de Castilla, no sin polémica ni guerra de por medio.
De ese pasado ha quedado un riquísimo legado patrimonial y artístico. Tanto, que en el año 1985 la Unesco reconoció a la Ciudad Vieja de Segovia como Patrimonio de la Humanidad.
- Acueducto de Segovia
- Alcázar de Segovia
- Qué más ver en Segovia
- Dónde comer en Segovia: El cochinillo es la estrella
Acueducto de Segovia
Sin duda, el Acueducto segoviano es el monumento más llamativo de la ciudad. Sobre todo, cuando se comprende que fue levantado sin ayuda de artilugio mecánico alguno. También cuando se sabe que sus enorme sillares de granito llevan ahí desde hace 19 siglos, sin argamasa que los una. Solo el peso de la gravedad y el ingenio de quien diseñó el perfecto sistema de arquerías que lo soporta.
Se comenzó su construcción a principios del siglo II de nuestra era, entre los reinados de los emperadores Trajano y Adriano (ambos hispanos). Su función fue traer las aguas del río Acebeda, desde el cercano Valle de la Fuenfría hasta Segovia.
Gracias a diversas reformas acometidas a lo largo de los siglos el acueducto se ha conservado casi íntegramente. La parte más espectacular es la que cruza la plaza del Azoguejo, que es donde también están las arquerías más altas: 28 metros.
Alcázar de Segovia
Pero tan escenográfico (o más) que el Acueducto lo es el Alcázar de Segovia. Cuna de Isabel la Católica, esta construcción nació como fortaleza y con los siglos se transformó en un palacio real. Así, cada monarca fue añadiendo alas y detalles arquitectónicos, hasta conformar su espectacular imagen actual.
Uno de los frontales del Alcázar, el que está culminado por el torreón rematado por un tejado cónico de pizarra negra, parece flotar sobre la quebrada en la que se asienta. Una quebrada trazada por la confluencia de los ríos Eresma y Clamores. Muchos comparan la imagen del alcázar desde este lugar con la proa de un barco abriéndose paso en el inexistente mar de Castilla.
Pero el elemento más prominente del Alcázar es la Torre de Juan II, que tras una fatigosa subida hasta su terraza, regala una magnífica panorámica al resto de la ciudad, la cercana Sierra de Guadarrama y la estepa segoviana.
En cuanto al interior del conjunto palaciego, estas son algunas de las salas más destacables:
- Sala del Trono: conserva en buena parte su decoración mudéjar. El trono doble se sitúa bajo los blasones de los Reyes Católicos.
- La de la Chimenea: pertenece a la ampliación acometida en tiempos de Felipe II (siglo XVI).
- Sala de la Galera: fue construida por orden de la reina Catalina de Lancaster (siglo XV) y en ella destaca una pintura sobre la Coronación de Isabel I de Castilla.
- La de los Reyes: también del periodo de Felipe II, aquí se encuentran las representaciones de los reyes de Asturias, León y Castilla realizados por el escultor Hernando de Ávila.
- Sala de la Armería: alberga parte de la colección de armas de la dinastía Trastámara, aunque buena parte de los fondos ahora se encuentran en la Real Armería del Palacio Real de Madrid.
Qué más ver en Segovia
Acueducto y Alcázar aparte, Segovia ofrece lugares que, por sí solos ya merecerían una visita. De todos ellos, destaca la Catedral (siglos XVI-XVIII). Los 30 metros de altura de su nave y los 88 de su campanario la convierten en la catedral de estilo gótico más elevada de España. En el exterior también destaca el ábside, con las capillas laterales, decoradas con las típicas agujas características del Gótico flamígero.
Otros monumentos y lugares de visita recomendados en Segovia son:
Plaza Mayor
Aquí está la Catedral, pero también el Ayuntamiento de la localidad y la iglesia de San Miguel. Además, hay aquí algunos agradables bares y cafés bajo los soportales.
Casa de los Picos
Del siglo XV y estilo renacentista, es conocida por este nombre por los más de 600 “picos” de granito que decoran su fachada. La realizó Pedro López de Ayala para el regidor Juan de la Hoz.
Plaza de Medina del Campo
Con más de cinco siglos de historia, aquí destaca la iglesia de San Martín y el monumento a Juan Bravo, uno de los comuneros de Castilla que promovieron una revuelta en contra del rey Carlos V.
Judería
Pese a su importancia en la Edad Media, se conserva parte del urbanismo y la que fue la Sinagoga Mayor, reconvertida en el convento del Corpus Christi.
Iglesia y parque de la Vera Cruz
Desde aquí se disfruta de la panorámica más espectacular del Alcázar, justo a sus pies. En cuanto a la iglesia, fue construida en el siglo XIII por los caballeros templarios, a imagen del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Dónde comer en Segovia: El cochinillo es la estrella
No se puede visitar Segovia sin degustar el que se considera su plato estrella: el cochinillo asado. Es decir, lechones de cerdo (animales sin destetar aún). Es una auténtica delicia, sobre todo por el acabado crujiente de la piel y el suave sabor de la carne. Algunos de los mejores restaurantes donde disfrutarlo son:
- Mesón Cándido (Plaza Azoguejo, 5): Cándido, su promotor, fue la persona que más hizo por divulgar este plato en la gastronomía nacional. Su familia perpetúa el legado.
- Casa Duque (Cervantes, 12): cochinillo y asados al estilo castellano. Todo un clásico en Segovia.
- José María (Cronista Lecea, 11): no le van a la zaga a los anteriores en cuanto al respeto a la tradición de asados castellanos.
- Taberna López (San Cristóbal, 3): sus cochinillos son de los más crujientes de Segovia.